Hoy con el permiso de todos voy a hablar de una época profesional que viví y por la que soy conocida por el gran público. Soy hija de una familia obrera, humilde, sencilla, mi padre era guardián de bosques y mi madre trabajaba a destajo cosiendo para una empresa textil que hacia uniformes. Nací en un pueblo de cinco mil habitantes, situado a 30 kilómetros Barcelona.
Iba al colegio de las Dominicas en el pueblo y era una estudiante brillante, era una niña inquieta, juguetona y muy parlanchina, divertida, en mi contra tenía que pasar cada dos años por un quirófano para remediar la enfermedad que a los diecisiete meses contraje y con la que toda la vida he tenido que convivir así como con sus secuelas: una cojera que me he impedido ser Miss Universo o atleta olímpica, todo lo demás lo he hecho a mi tiempo, ando tomándome un tiempo, no he conseguido obtener otro.
En el pueblo abanderé un grupo de gente cuya edad iba de los diez hasta los cincuenta años para conseguir que el pueblo despertara a la vida social, conseguimos hacer una semana dedicada a la juventud, sesiones de cine-forum, baile, conciertos, conferencias, y el gran objetivo fue conseguir que las mujeres y los hombres jóvenes no pasearan los domingos unos por un acera y los otros por la otra y tan sólo se saludaran, trabajamos para conseguir ser amigos al margen de las relaciones sentimentales que podían nacer. Por aquellas fechas en Castellar del Vallés, mi pueblo, existía un semanario local, “La Forja”, dirigido por el cura del pueblo, el equipo de redacción muy responsable y muy entregado hacia lo que podía, nosotros propusimos una inyección de juventud y una manera nueva de ver el mundo de la información local.
Se nos dieron dos páginas que bautizamos como “El racò juvenil”, las dirigía yo y todo el grupo que hacia tiempo trabajábamos en el pueblo para obtener que el mismo se moviera nos pusimos a trabajar con entusiasmo en el proyecto. Después de ganar un premio de redacción en el Colegio tuve claro, a los doce años, que quería ser periodista. A partir de ese momento empecé a estudiar con esa idea, sólo tenía un problema, entonces triunfaba de la Quadra Salcedo, él estaba las 24 horas de aventura en aventura y me entró la duda, soy coja, ¿podré ejercer como periodista?, en mi pueblo no había ningún periodista y yo, como es de esperar, no tenía contacto con nadie de la profesión. El diario “El Correo Catalán” sacó unas páginas entre rosas y salmón dedicada a la información de las comarcas de Catalunya, la mía era el Vallés, haciendo pellas del cole y sin que mi familia estuviera enterada me largué un día hasta Barcelona y me presenté al director de esas páginas.
Hablé con Antoni Plaja Mateu un hombre tranquilo que venía de Palamós y estaba inmerso en intentar conseguir que esas páginas triunfaran, le pregunté si yo podía ejercer como periodista y ante todo le manifesté que como era obvio por edad no estudiaba periodismo pero que le prometía que iba a realizar mis estudios, Plaja Mateu me preguntó cuándo era el acto más importante que se iba a celebrar de inmediato en mi pueblo, le contesté: el canto de “les caramelles”, se sonrió y me espetó: “ empieza con eso, no me hagas un artículo muy largo y si funciona serás nuestras corresponsal en Castellar del Vallés” y así empecé me pagaban 25 pesetas por crónica, hablo del año 1970.
Después del artículo de “les caramelles” llegaron otros de más calado, como denunciar la falta de iluminación en el pueblo, el mal estado del techo del mercado (una noche se derrumbó), las calles sin asfaltar y deficientemente urbanizadas. La mayoría de mis crónicas tenían un sentido crítico aunque algunas eran alegres, especialmente las dedicadas a las fiestas del pueblo. En plena época franquista y más en un pueblo pequeño una mujer adolescente que denunciara en la prensa estas cosas era difícil de sobrellevar por parte de las autoridades, tanto que en el Ayuntamiento me hicieron un juicio público, por supuesto mi redactor jefe se solidarizó conmigo, escribió una editorial y vino a casa para estar conmigo y hablar de esa experiencia. En esos tiempos nunca lloraba, me lo enseñó el traumatólogo que me operaba: “Hay que ser fuerte, lo tienes que pasar y en la vida hay que aprender a vivir con nuestros achaques”.
Mis amigos lo comentaban a todas horas: “La Tere nunca llora”, tampoco lo hice en el juicio público. Seguí mi carrera en el diario, pasé de corresponsal en mi pueblo a serlo de otros tantos de la comarca, me adentré buscando información en Sabadell, Terrassa y Granollers las tres grandes ciudades y capitales del Vallés Oriental y Occidental, iba de una parte a otra como las maletas de la Piquer y tocaba todos los palos del periodismo. Me llamaron de la central en Barcelona para darme un puesto como Auxiliar de Redacción, cobraba por ello, poco, pero cobraba, luego cuando cursaba primero de Ciencias de la Información me pusieron en plantilla y tuve varias secciones, las más conocida fueron las páginas centrales del diario con el nombre de “El dulce encanto de los populares”. Durante esos años por parte de los colegas sólo recibí ayuda, comprensión, frases de apoyo, jamás una palabra malsonante, ni ninguna mala expresión.
En las fiestas de Matadepera, el pueblo de renta per cápita más alta de España en la actualidad, mientras estaba haciendo una entrevista a Carmen Sevilla coincidí con Tony Montcaujussà, fotógrafo de la revista Lecturas, mientras yo estaba entrevistando a Carmen él estaba allí escuchando, cuando acabé me dijo: “Oye voy a hablar con Juli Bou (entonces director de Lecturas) creo que esta entrevista le puede interesar, ¿se la podrás vender?” le dije que era para El Correo Catalán y que tenía que preguntar, en el Correo me dijeron que la podía vender siempre y cuando ellos la publicaran antes.
Desde entonces empecé a trabajar para Lecturas y para otras revistas de las llamadas de prensa rosa. Nunca dejé de publicar en ellas nada que no quisiera o no fuera cierto. Nunca nadie me coartó, trabajé mucho en ellas, especialmente a través de Sincro Press, una agencia de noticias cuya propietaria Juana Biarnés, nacida en Terrassa, hacia años que trabajaba en Madrid. Juli Bou me enseñó algo básico: “Los personajes nos interesan cuando tienen noticia fuera de lo que ellos normalmente hacen, si Rocío Dúrcal graba un disco lo vamos a dar, pero si va de compras y se viste de forma muy colorista las páginas serán más y si está esperando un hijo, la portada”. Un ejemplo que me quedó clavado para realizar mi trabajo. Seguía estudiando en Bellaterra en la Universidad Autónoma y me pagaba los estudios que hice con becas. Cursé también Filosofía y Letras y dos cursos de Derecho, los veranos los aprovechaba cuando podía y salía fuera para hacer cursos de comunicación y relaciones públicas.
HOLLYWOOD, INICIOS EN TV
El Correo cerró en el momento en que yo, ya acabada la Universidad, estaba trabajando como guionista y coordinadora del programa “Àngel Casas Show” en TV3, en este programa aprendí a tratar con los grandes de Hollywood, cómo se hablaba con sus agentes, con sus secretarios y trabajaba en equipo desde las 10 de la mañana hasta las tres de la madrugada, la diferencia horaria con Los Ángeles para cerrar tratos exigía estar despierto a deshoras. Este programa duró del 85 hasta el 89, al cerrar el Correo me quedé sin contrato fijo y empecé a ser autónoma, una “free-lance”, esta situación me llegó cuando estaba a tope de trabajo y también trabajaba en Catalunya Ràdio. Cuando acabó este programa en TV3 no había ningún puesto de trabajo para mí, me fui a trabajar a la productora de Àngel Casas, pero no era mi medio.
Volví a TV3 y Oleguer Sarsanedas, entonces jefe de programas, me dijo que lo único que tenía para mi era la posibilidad de ir una vez a la semana a contar “mis fiestas” y mi relación con los famosos en “Com a casa”, el programa de las tardes, que presentaba Mari Pau Huguet la presentadora de más éxito en Catalunya y por quién suspiraban todas las madres de Catalunya para que fuera su nuera. Le dije que no, yo no quería salir en pantalla, quería hacer reportajes, entrevistas, pero no había otra cosa y si quería comer cada día esa era la oferta, dije que iba a probar y que si no me gustaba no volvería. Probé y al acabar me pasaron las imágines, no me reconocía y dije que no pero ellos tenían otra opinión: iba a ir todos los viernes. Fue un éxito, me fui acostumbrando a estar ante las cámaras y cuando por la calle le gente me hablaba me parecía un milagro que me hubiesen visto. Seguí haciendo mi vida. El ambiente de trabajo era colaboracionista, divertido, nos reíamos mucho y en Mari Pau desde entonces tengo una amiga.
Fui muy conocida y me llamaba todo el mundo, siempre he tenido los teléfonos abiertos para todos, soy muy receptiva y creo en la gente, sin más, soy poca cosa como para que alguien quiera destrozarme. Debo decir que soy muy despistada y que por el nombre reconozco a muy poca gente, tengo memoria fotográfica y cuando alguien me habla y asegura que me conoce no tengo otra cosa que hacer que darlo por bueno, sé que no puedo recordar a todo el mundo, no soy Julio Iglesias que sólo con ver una vez a una persona se acuerda de su nombre, de todo, es algo positivo de lo que carezco. Un día a finales del invierno del 1998 me llamó Antonio Robles, me hablaba con mucha familiaridad de cosas referentes al trabajo, a ver qué me parecía tal o cual situación, tal o cual personaje, tal o cual periodista, las llamadas se alargaron varios días, yo, sin saber quién era profesionalmente la persona con la que hablaba, intentaba por las conversaciones sacar conclusiones, nunca supe porque Robles me llamaba hasta un día en que me comentó que iba a dirigir en Antena 3 TV un programa que iba a presentar Ana Rosa Quintana y me propuso ir a hacer el programa piloto en el que también estaría Chelo García Cortés.
DEBUT EN MADRID
Acepté la propuesta de Antena 3, se acercaba el verano y me quedaba sin trabajo en la televisión catalana, mi trabajo en Tv3 era muy gratificante pero muy mal pagado, necesitaba trabajar todos los días, nada de vacaciones. Cuando grabamos el programa piloto Ana Rosa no sabía ni decir bien mi apellido, yo era una total desconocida en los medios televisivos de Madrid. Les gustó el resultado y empezó “Sabor a ti”, hacía lo mismo que en el sofá de Mari Pau, tenía que dar noticias contrastadas, nada nuevo bajo el sol de mi vida profesional pero pronto me di cuenta que algo extraño flotaba en el ambiente. Entre tantos colegas como tuve encontraron que con Miguel Temprano era con quién mejor funcionaba, llegamos a hacer más de un 40 % de share, algo insólito hoy, nuestra pareja era tan rentable que un día, en directo, a Ana Rosa se le ocurrió decir que éramos novios, me quedé pasmada, primero porque era mentira y después porque yo tenía novio, lo dejé pasar y la mentira tuvo tanto efecto que cuando iba yo sola a algún acto todo el mundo me preguntaba por Miguel, otro día Ana Rosa, también en directo, para hinchar la mentira y seguir ganando share insinuó que podíamos estar esperando un hijo. Para gritar que nada era cierto no había tiempo, ¿a quién me tenía que enfrentar? , se lo comenté a Miguel y él me aseguró que no le diera importancia, que había que comer. Temprano siempre ha sido un buen colega pero de ahí a tener una relación sentimental con él media un abismo, todo fue un invento de Ana Rosa Quintana para seguir en la cresta de la ola de la programación, ya saben que “la reina de las mañanas” lo mismo plagia un libro que se inventa un romance.
MONTAJES Y CENSURAS
Antonio Robles me llamó un día, íbamos a acabar la temporada, me invitaba a cenar para hablar de trabajo, me pareció normal. Me llevó a una pizzería, me dijo que el programa funcionaba muy bien y que a partir de setiembre seguía contando conmigo y me rogaba que en verano, si podía, no saliera en pantalla pues el equipo de verano no era el de Ana Rosa y no quería que nos quemáramos, no tuve más remedio que aceptar la propuesta ante la promesa de futuros trabajos. La sorpresa de la noche llegó cuando me regaló un horroroso anillo de plata colocándolo en uno de mis dedos. No lo sabía pero estaba sirviendo de conejillo de indias para mostrar cómo se puede fabricar un montaje para engañar a la audiencia televisiva. La respuesta la tuve en uno de los últimos programas de la temporada en el que se hablaba de cómo la gente creaba montajes, nuestra cena, la entrega de anillo y la salida del Antena 3Tv era la prueba de que Robles y yo éramos pareja sin serlo, para más “inri” las fotos las había hecho Miguel Temprano, mi supuesto novio, sobre la mesa el morbo servido y la audiencia engañada aunque en esta ocasión finalmente se explicara la verdad. Me reí, había caído en la trampa como una pardilla y encima cuando llegó agosto una llamada de Antonio Robles me informó que no seguía con Ana Rosa pero me había conseguido trabajo en el programa de las mañanas, que presentaba Alicia Senovilla. El verano en blanco y sin ingresos para no airar al colectivo de Ana Rosa me había servido para que se me cargaran, Robles se mostraba cabreado de que yo le preguntara porque donde había dicho digo en esos momentos me dijera diego, al final me habló de amistades reconciliadas y de decisiones de productores.
Las mañanas de Antena3 TV estaban por ganar a Telecinco donde Teresa Campos ganaba en share por goleada, Alicia Senovilla, una presentadora con una gran vis cómica, alta, guapa, directa y convincente, se rodeó de un grupo de colaboradores que le fuimos muy eficaces, Alicia y yo somos amigas, debería estar ahí aún pero los vericuetos de la vida te dejan que vayas haciendo otros caminos que a lo mejor son infinitamente más apropiados. El programa logró vencer varias veces al más inmediato contrincante, las críticas dolían a los personajes pero nos daban credibilidad, un día la directora estaba muy seria muy cabreada y nos dijo: “Desde hoy ninguna información más sobre Terelu y adláteres”, me enfurecí, esperé a todos los demás, todos pusimos el grito en el cielo: “Nos están tapando la boca y la ley nos ampara”, la directora se puso dura, Alicia asentía sin estar de acuerdo: “En este programa trabajan más de 300 personas y si seguimos hablando de ellas el programa se acaba, ¿queréis que todo el mundo se quede en la calle?”, preguntamos de donde venia el “cierre” : “de arriba” y cuando se preguntó el por qué y pedimos nombres se nos dijo que ya era muy tarde y había que hacer el programa”. Censura, clara, ¿hay algún profesional que vaya por ahí explicando que es o son unas blancas palomas?
De vez en cuando me llamaban de Tómbola, en el plató del Canal valenciano la gente cuando entrábamos nos empujaba a que fuéramos unas fieras con los personajes, nos pedían que les despellejáramos, nunca entendí eso, yo iba a hacer lo de siempre. Y bien es cierto que en Antena3 Tv y en Tómbola hice mucho más de lo que yo tenía por sistema, tuve que enfrentarme a profesionales de otros campos que sabiendo que hacían montajes nunca lo podía demostrar y tenía que estar en un enfrentamiento continuo dándoles sin muchas veces saber cómo ni dónde.
Aída me mintió cuando a través de su representante David Subirachs aseguró que quería contar de una por todas su auténtica vida porque quería empezar una vida normal como millones de españoles. Me costó aceptar hacer esa entrevista pero es mi trabajo, si Aída decía la verdad yo no tenía ninguna razón de peso para decir “no”. Empezamos mal, quería hacerse las fotos con vestidos de Chanel, de Escada, de grandes firmas. Como yo hacia también el estilismo de la entrevista llamé a todas las firmas para encontrar una solución, nadie, absolutamente nadie quería que Aída llevara su ropa, el reportaje se hacia en Barcelona y el día en que íbamos a empezar a hacer las fotos Aída se empecinó en que si no tenía estas marcas no hacia el reportaje, me obligó a ir a Chanel, por suerte la directora que había en esos momentos me conocía bien, nos atendió como si fuésemos del séquito de Rania de Jordania aunque le dijo a Aída que la imagen de Chanel era Carole Bouquet y que si dejaba una sola prenda a personas que no tenían ese perfil la iban a despedir, le regaló una camelia.
DEL ROSA AL AMARILLO
En 2003 en el programa de las mañanas de Antena 3 Tv me dijeron que mi colaboración se había acabado, sin dar explicaciones, ¿qué hice mal?, Alicia Senovilla no entendía nada-eso fue lo que me dijo- nadie le había preguntado nada ni hecho ningún comentario. Prometió averiguar las razones. Nunca las supo y si las conoció nunca me lo ha dicho, estoy preparada para todo. A los pocos días contrataron a un personaje al que había maltratado su marido, Raquel Bollo, “amiga” de la folklórica ex novia de Muñoz y que todavía hoy tan sólo con esas tristes credenciales sigue pisando los platós televisivos.
Tengo un millón más de historias pero esto se haría muy largo, por suerte tengo una profesión y trabajar en TV no es garantía de nada y mucho menos de credibilidad profesional. He explicado todo esto por lo que estamos viendo en estos últimos tiempos. “Sálvame” es patético, basa su esencia en una mujer que hace 10 vive de hablar de una hija que tuvo con un torero. “Las joyas de la corona”, lo dije hace poco, es la forma de entusiasmar a un grupo de personas sencillas para que salgan del pozo de su ambiente cotidiano gracias a los desvelos de un programa que lucha no por esos chicos sino por su share.
Y lo que ha encendido mis venas, mis carnes y todo en mí es ver en “Enemigos íntimos” a una serie de impresentables que a base de jugar a favor de la cadena de Fuencarral hacen picadillo a la otra cadena generalista y a una profesional a la que han engañado un par de aprovechados y sin mediar ni Dios ni la Santísima Trinidad han emitido una conversación privada.
En Telecinco se han olvidado de los tres meses, sí, tres meses, de mentiras una tras otras de Lidia Lozano acerca del paradero de la hija de Romina Power y Al Bano, se olvidan que tienen en “Sálvame” a gente que sin oficio ni beneficio se sienta en aquellas sillas para informar de noticias sin contrastar la mayoría de ellas, su estandarte es una tenida por “madre coraje” y cuando un profesional del medio intenta dar una información veraz se ponen a bailar. Su presentador, en tono de superioridad, se permite decir lo que está bien, mal, regular y se ríe de sus invitados siempre que lo decide o bien se lo dictan por el pinganillo. Todo bien aliñado para embaucar a la audiencia mientras dan trabajo a la peluquera, a la hija de la peluquera, a Kiko Matamoros, un tipo absolutamente desacreditado y cuyas informaciones siempre son partidistas, lo mismo hace su estimada esposa, Makoke, ex chica del Telecupón. En ese programa los periodistas no tienen nada que hacer o participan del show y veneran y le bailan el agua a su gran “estrella” o se van de patitas a la calle.
En “Enemigos íntimos” la nómina de colaboradores es mucho más amplia, pero sucede exactamente lo mismo que con el programa mentado de la tarde, la noche del martes de esta semana los invitados estrella eran dos chicos que según ellos habían desenmascarado la campaña de desprestigio que, supuestamente, habían levantado en contra de Belén Esteban desde Antena 3 TV, la prueba que presentaban era una conversación privada de Pepa Jiménez con uno ellos y que se había emitido en Telecinco pese a ser una conversación celebrada en el ámbito de la privacidad personal, eso era todo, la prueba de “la gran trama”, pero eso no fue lo más grave, lo peor fue que los dos invitados se permitieron el lujo de no contestar a muchas preguntas de periodistas como Isabel Rabago o Cristina Fernández , éstas y otros que estaban allí fueron agredidos verbalmente por esos “ilustres” invitados, una pena, la conversación no existe, es más los invitados hubo un momento que dijeron: “nosotros hemos venido aquí para demostrar que Pepa es la que ha organizado esta trama contra Belén y es de ella de quién tenemos que hablar” Es decir vamos a destripar y desacreditar cuanto más mejor, así nos llamarán de otros programas que en definitiva es lo que quieren esos grandes investigadores de la información.
Lo he dicho en más de una ocasión y lo repito ahora, a mi me gustaría, como periodista, tener un sindicato como el de los Controladores Aéreos, o el de Iberia, lo digo de verdad, esa vergüenza que viví en lo más profundo la otra noche nunca hubiera llegado a producirse, ni tampoco todo lo que sucede en “Sálvame” ni en “Las Joyas de la Corona” y en algunas noches en “La Noria”, es un desprestigio total para los profesionales. Mezclar manzanas buenas con podridas nunca ha sido productivo y eso es lo que están haciendo en todos los programas, ¡ah¡ me olvidaba, también “El Informe DEC” tiene defectos de esta categoría, se libra DEC, son profesionales que como yo, con las diferencias, yo humilde columnista y ellos-as estrellas mediáticas, claman al cielo para que luzca la verdad aunque alguna vez les cuelen algún que otro gol.
Alguien pudiera pensar que escribo desde el resentimiento, pues no y lo digo para que no haya malos entendidos, soy clara y transparente o callo y si escribo es porque desde fuera veo mucho más que otros estando dentro, todo el mundo tiene que vivir, pero hay que ser decente, miren la mujer del César además de serlo tiene que parecerlo, pues eso, la mal llamada prensa rosa que siempre ha sido la hermana mal vista de la prensa ahora ya no es rosa, es amarilla y mentirosa, yo lo digo, y grito con los que hacen lo mismo para intentar remediarlo, si hay mierda que salga, después de la tormenta siempre llega la calma es por los que somos de verdad luchamos.
|