Si el negocio del sexo es uno de los más rentables de Internet, es lógico que los ecommerce que reporten más beneficios a sus propietarios sean los que distribuyan productos dirigidos al público adulto. Su facturación crece una media de dos dígitos al año.

Según el Foro de Economía Digital, que reúne a las principales empresas españolas que operan en el mercado online, las ventas de los productos eróticos registran un aumento anual del 25%.

Pero, ¿es sólo el sexo el principal factor de éxito de este tipo de negocios? Obviamente, la respuesta es no.

Los establecimientos eróticos que actualmente operan en la red se han adaptado al nuevo perfil de compradores de tiendas eróticas y han hecho un esfuerzo por adaptar el viejo concepto de sex shop a los nuevos tiempos.

La prueba que el sexo no lo es todo para que un negocio de estas características funcione la encontramos en los datos de la Asociación Española de Comerciantes de Artículos de Sex-Shops.

En pleno boom económico (año 2005), Margarita Antón, responsable entonces de esta asociación, se lamentaba que los 210 comercios asociados habían disminuido la facturación por culpa de la competencia desleal de las gasolineras, los quioscos y videoclubes.

Los nuevos  sex shop como Lovesexing.com, con fuerte presencia en Internet, lejos de quejarse de la situación, han encarado el negocio hacia el nuevo público de los productos eróticos: mujer, discreta y sofisticada.

Pocas revistas eróticas y vídeos pornográficos encontraremos en estas tiendas eróticas. ¿Para qué queremos pagar por contenido erótico si Internet está plagado de vídeos y fotografías sexuales?

En lugar de estos artículos, encontramos vibradores, cremas y geles afrodisíacos, lencería erótica, productos de bondage, etc.

En el mundo una de las primeras personas que aprovechó este cambio de tendencia fue Jacqueline Gold, propietaria de la cadena de tiendas Ann Summers y del sex shop que tiene el mismo nombre.

Revolucionó el sector satisfaciendo las necesidades de la mujer moderna y cosmopolita del siglo XXI, liberada de los tabúes del siglo XX y defensora de la nueva sexualidad femenina.

En España los sex shop online son los que más han sabido captar esta tendencia y los que más piedra ha llegado a picar para que se pueda hablar con orgullo de uno de los negocios más rentables de la nueva era.