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Psicología y sexualidad
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La sexualidad alternativa

Un masaje
Ana de Calle
sábado, 14 de enero de 2017, 10:31 h (CET)
Lo sepamos o no muchas personas expresan su sexualidad fuera de las fronteras convencionales. Practican sado-masoquismo, tríos, sexo comercial, acuden a salones de chat, sexo semipublico, intercambio de parejas y fetichismo como guantes, caucho, piel, encaje o tacones ( los suyos o los de otros, besándolos, llevándolos o dejándose pisar por ellos) Y también practican actos tabú, que a veces pueden considerarse no convencionales: aventuras sexuales y pornografía...

¿Cómo tratamos estas formas de expresión sexual? Los terapeútas tenemos el compromiso de trascender el contenido de las historias y las vidas de los pacientes y nos concentramos en la dinámica situacional. Aunque este compromiso se reduce cuando hablamos del mundo del sexo. Pero no solemos decirles como vivir su vida, con frecuencia les decimos lo que no tienen que hacer cuando hacen el amor. Y tampoco les decimos si una visión de la vida es o no normal, incluso aunque nos lo pregunten, siempre opinamos sobre la normalidad de su vida sexual y otras veces considerando patológico lo que hacen o lo que desean.

Muchas personas viven una vida secreta y de vergüenza, que a veces les duele mucho más que sus preferencias sexuales. Incluso, he visto hombres que se masturban con los pantis de su mujer, y ha mujeres confesar con angustia que piensan en otra mujer para intentar llegar al orgasmo con su novio. Y décadas de seretos y sentimientos de culpa socavan la función y la intimidad sexual. Muchas veces, estas personas pierden el deseo, porque inconscientemente, les es más fácil distanciarse de su sufrimiento.

Si las personas nos dicen que arreglemos su sexualidad debemos de ir muy, muy despacio. Primero hemos de comprender, su necesidad de guardar secreto y su vergüenza, sin cambiar su expresión sexual. Si surge esto último -puede que no sea así si sabemos tratar el dolor emocional-, tendría que ser al final del tratamiento, no al principio.

También tenemos que entender que muchos de los aspectos de las relaciones alternativas no por necesidad son sobre la dinámica sexual. Cuando las personas hacen intercambio de parejas sin ningún problema discuten sobre si su hijo tiene que ganarse el dinero que le dan o si se lo dan gratis, o cómo tratar con los suegros, o qué hacer con el problema crónico de que uno de los dos siermpre llegue tarde, su gusto por el intercambio de parejas desa un asunto totalmente ajeno.

Las personas que expresan su sexualidad en la bisexualidad, el sadomasoquismo, o el juego de roles comparten otros aspestos de sus vidas con las personas más tradicionales. De modo que cuando tenemos una persona con actividades alternativas nos lo vamos a tomar como el centro de su vida o del tratamiento.

El lamento es una etapa es una etapa importante para saber en quien nos hemos convertido y que es lo que podemos hacer. Todo el mundo tiene miedo a lamentarse aunque tos queremos estar serenos y gozar de la energía que se encuentra al otro lado del pesar. "Todos queremos ir al cielo pero nadie quiere morir"

El masaje de las manos: un ejercicio
Decidid ahora quien va a ser A y quien va a ser B. No importa quien es quien. Esto os llevará poco tiempo. Que haya silencio, cuando tengáis un poco de intimidad y sin teléfonos móviles. Usad cualquier marca. Empezar por lavaros bien las manos y luego secaros. Luego cada uno se pone un poco de crema en las manos y la espacéis para eliminar los grumos.

A toma una de las manos de B entre las tuyas. Después frota esa mano por tu propio placer e interés quizá te apetezca examinar las uñas. Puede que prefieras frotar esa mano con vigor o con suavidad, o alternar, o alternar B, no digas ni indiques nada -ni suspires, ni hagas muecas o digas palabras de ánimo, salvo que te duela o te haga cosquillas. Si es así, por favor dilo, y A debería cambiar lo que está haciendo.

A frota o acaricia la mano durante un minuto. Mírala mientras lo haces. Después de un minuto deja una mano y toma la otra. Frota suavemente esta mano durante un minuto, y esta vez házlo para el placer y el goce de B. Ahora B deberá usar palabras o sonidos, para que A sepa para hacer saber a A si te gusta lo que está haciendo. No le digas a A lo que tiene que hacer, sólo responde a lo que hace para que sepa si tiene que seguir o cambiar.

A responde a la información que le proporciona B, pero sigue acariciando o frotando la mano de a forma que se le ocurra. Al cabo de un minuto deja la mano.

Ahora cambio: B toma una de las manos de A y la frota a su gusto. Al cabo de un minuto, toma la otra mano de A y la frota con la finalidad de darla placer. Recuerda mirar la mano que estés acariciando.

Después decíos una palabras sobre algún aspecto de esta experiencia. Si los dos queréis tener una larga conversación, adelante. Al menos, cada uno deberá decir algo que le haya llamado la atención respecto a este momento que habéis pasado juntos.

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