Mientras en el corazón de Castilla-La Mancha las Tablas de Daimiel luchan por sobrevivir como uno de los últimos humedales interiores de Europa, en Dubái se plantan bosques gracias al dinero y a la ingeniería hídrica. Dos realidades opuestas que invitan a reflexionar sobre el rol de las políticas públicas, la inversión en recursos naturales y la capacidad de adaptación climática. España posee una biodiversidad valiosa, y ecosistemas como las Tablas de Daimiel –que han resistido sequías, incendios subterráneos y sobreexplotación acuífera– muestran el potencial del país para recuperar entornos naturales con estrategias sostenibles. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, la inversión en protección de humedales ha sido históricamente limitada, y con una mayor asignación presupuestaria podrían impulsarse programas de restauración ecológica, educación ambiental y turismo sostenible en zonas rurales.
Por contraste, Emiratos Árabes Unidos ha invertido más de 8.000 millones de dólares en los últimos 15 años en proyectos de forestación y tratamiento de aguas residuales para uso agrícola y urbano. Dubái ha desarrollado tecnologías de desalinización y reutilización que permiten mantener parques y áreas verdes en pleno desierto. El *Dubai Urban Forest Project*, por ejemplo, busca plantar 100 millones de árboles en zonas urbanas hacia 2030.
¿Qué puede aprender España? No se trata de imitar a Dubái, sino de reforzar lo propio. Algunas ideas:
1. *Aumentar la inversión en recuperación ecológica*: duplicar o triplicar los recursos destinados a humedales como Daimiel, Doñana o la Albufera, con enfoque en sostenibilidad hídrica.
2. *Fortalecer el ecoturismo rural*: las Tablas de Daimiel atraen visitantes, pero requieren mejor infraestructura, señalización y formación local para generar empleo verde.
3. *Fomentar la innovación hídrica*: la eficiencia en el uso del agua es crucial, sobre todo en la agricultura. El aprendizaje de modelos de reutilización como el de Dubái puede aplicarse en regiones áridas del sur de España.
4. *Crear corredores verdes urbanos*: en zonas con estrés térmico como Madrid o Sevilla, podrían integrarse soluciones de forestación urbana y techos verdes para mitigar los efectos del cambio climático.
En resumen, en España la naturaleza resiste. En Dubái, el dinero crea lo improbable. Pero ambos contextos muestran que con planificación, innovación y conciencia ambiental, las decisiones públicas pueden transformar paisajes… y futuros.
|