La primera ola de calor del verano 2025 ha demostrado que las ciudades españolas, tal y como las conocemos hoy en día, no están preparadas para resistir el aumento sostenido de las temperaturas. De hecho, Madrid ha sido la ciudad europea más afectada, con 108 muertes en solo diez días, de las cuales 98 se atribuyen directamente al cambio climático, según datos del Grantham Institute*.

El calor urbano ya no es una anomalía puntual, sino una constante estacional con efectos acumulativos. Según Arup, firma global de desarrollo sostenible, la mayoría de los entornos urbanos en España necesita desarrollar la infraestructura climática necesaria para hacer frente a olas de calor cada vez más frecuentes e intensas.
Ya en el verano de 2023, el estudio Urban Heat Snapshot** llevado a cabo por Arup puso de relieve que Madrid concentraba la mayor diferencia de temperatura entre zonas densamente urbanizadas y áreas verdes. En barrios como Malasaña se registraron hasta 8,5 °C más que en espacios como la Casa de Campo, donde la vegetación alcanzaba el 72 %.
Partiendo de esta situación, Arup ha recopilado tres medidas climáticas inmediatas que pueden ayudar a enfriar las ciudades y mejorar el bienestar urbano:
1. Aplicar revestimientos claros o reflectantes a las cubiertas planas para reducir el calor urbano y el consumo energético
La mayoría de las cubiertas planas suelen estar recubiertos por materiales oscuros que absorben energía solar, lo que incrementa su temperatura superficial hasta 60-80 ºC en verano, contribuyendo a aumentar la temperatura en el interior de los edificios y al efecto isla de calor urbana. Una solución eficaz y de bajo coste consiste en pintar estas superficies con pintura blanca reflectante o utilizar grava clara. Estas soluciones son capaces de reflejar hasta el 90 % de la radiación solar. De esta forma, es posible reducir la temperatura ambiental y reducir la transmisión de calor hacia el interior de los edificios, mejorando su eficiencia energética.
2. Renaturalización infraestructuras existentes y cubiertas
Las infraestructuras existentes —especialmente las que han quedado infrautilizadas o en desuso — pueden transformarse en parques lineales o corredores verdes. Este tipo de actuaciones reduce la temperatura urbana, mejora la biodiversidad, ofrece espacios de disfrute en entornos densos y refuerza la cohesión social.
Asimismo, otra solución aplicable a las cubiertas planas de los edificios es su naturalización, que contribuye no sólo a mantener la temperatura de su superficie igual que la temperatura del aire, sino también a controlar la escorrentía, aumentar la biodiversidad y mejorar su impacto visual. El plan de azoteas verdes del ayuntamiento de Madrid aborda estos objetivos, y su implementación es más necesaria que nunca.
3. Aumento de la cobertura arbórea y los espacios verdes
Incrementar la presencia de vegetación en el entorno urbano es una de las estrategias más efectivas para mitigar el calor extremo y mejorar la calidad de vida. Los árboles proporcionan sombra, filtran la contaminación del tráfico y reducen la temperatura ambiente. De hecho, según un estudio publicado en The Lancet***, aumentar en un 30 % la vegetación en las ciudades europeas podría evitar más de 2.600 muertes anuales durante episodios de calor extremo, lo que refuerza su papel como una solución tanto climática como de salud pública y mejora de la biodiversidad urbana.
Ahora bien, más allá del impacto ambiental, la vegetación urbana es también un activo social y económico: mejora la calidad del espacio público, revitaliza barrios y refuerza el sentimiento de pertenencia comunitaria.
“Lo que está claro es que el calor urbano ya no es una cuestión estacional, sino estructural. Estas medidas pueden combinarse con otras estrategias como cubiertas verdes, superficies permeables o fuentes de agua pública, para configurar una red de espacios más frescos y resilientes. La clave está en aplicar soluciones climáticas a escala de barrio, priorizando aquellas zonas donde la vulnerabilidad social y el estrés térmico se cruzan” señala Susana Saiz, Total Design Leader de Arup en Europa.
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