World Vision declara una respuesta de emergencia en el cruce fronterizo de Islam Qala, en Afganistán debido a que el número de retornados ha aumentado en los últimos días. Decenas de miles de repatriados, incluidos niños y niñas en situación de vulnerabilidad, llegan diariamente a instalaciones superpobladas y con escasos recursos, en medio de advertencias de una crisis humanitaria cada vez más grave.

Desde que las autoridades iraníes impusieron en marzo la fecha límite del 6 de julio para que los 4 millones de afganos que viven en Irán salieran del país, 640.000 afganos han regresado a Afganistán, de los cuales 366.000 han sido deportados. Solo en la frontera de Islam Qala, 222.729 personas regresaron en junio, alcanzando un máximo de 24.333 el 1 de julio.
Desde Islam Qala, la directora nacional de World Vision en Afganistán, Thamindri De Silva, declara: “Los afganos están llegando a la frontera de su país en condiciones desesperadas. Es desgarrador ver a los niños y niñas con aspecto aturdido, desorientado y angustiado, sin saber dónde está su hogar. El apoyo urgente a estas familias es esencial, y sin embargo, las agencias de ayuda humanitaria intentan responder con muy pocos fondos debido a los continuos recortes de ayuda”.
Y la crisis fronteriza es solo una parte de la historia: lo más difícil para muchos será empezar de cero. Sin inversión en la atención de las necesidades humanas básicas en Afganistán, los servicios, ya de por sí deficientes, simplemente colapsarán, multiplicando la necesidad humanitaria.
En los cruces fronterizos, como Islam Qala, las necesidades superan con creces el apoyo disponible actualmente. Las instalaciones solo pueden albergar a unos pocos cientos de personas al día; sin embargo, miles llegan a diario. Los albergues están abarrotados y carecen de servicios básicos, como la gestión de residuos e instalaciones sanitarias adecuadas.
Los retornados denuncian la confiscación de objetos personales, como teléfonos, durante su viaje de deportación, y algunos llegan a la frontera solo con la ropa que llevan puesta. Muchos necesitan comida, alojamiento, atención médica, apoyo psicosocial y transporte de inmediato para llegar a sus provincias de origen.
Por eso, World Vision está respondiendo en la zona de Herat, contribuyendo al esfuerzo interinstitucional para aliviar el sufrimiento. El servicio de asistencia prestado por la ONG permitirá que quienes no tienen otros medios de contacto con sus familiares u otros apoyos puedan hacerlo, mientras que el apoyo en la atención médica, saneamiento y promoción de la higiene ayudará a aliviar parte de la angustia que tantos sufren al llegar.
Sin embargo, para muchos, lo más difícil está por venir. La frágil infraestructura de Afganistán, las crisis climáticas, la pobreza y la escasez de empleo fueron los motivos principales que llevaron a las familias a Irán. En las zonas del oeste de Afganistán, donde World Vision tiene su sede, hay comunidades donde casi no hay jóvenes ni hombres mayores de 13 años, ya que todos están trabajando en Irán.
Las causas de esta migración laboral persisten, y es inevitable que el retorno tan considerable de personas necesitadas lleve los servicios al límite, sin una intervención internacional urgente. World Vision insta a la comunidad internacional a aumentar urgentemente la financiación para hacer frente a la respuesta humanitaria y al apoyo a la reintegración en Afganistán.
Las personas retornadas cuentan sus propias historias de ansiedad y angustia. Abdul Wahid, un hombre que regresa de Irán, explica: “No tenemos nada y nos obligaron a regresar. No tenemos refugio ni dinero y no sabemos qué hacer. Nos quitaron todo nuestro dinero y sufrimos malos tratos”.
Nasiba, una mujer afgana que vivió en Irán durante 15 años, comenta: “Soy sastra, pero no tengo equipo ni lugar donde trabajar. Aún así, quiero valerme por mi misma y no depender de los demás”.
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