En las últimas semanas, la Asociación Española de Consumidores está recibiendo multitud de avisos por parte de empresarios señalando que han intentado engañarlos con una suplantación de identidad que envía supuestas facturas para su pago. En este sentido, la estafa de las facturas falsas se produce cuando un tercero envía una factura fraudulenta para su pago a una entidad, aunque también pueden darse casos en particulares.
Normalmente, los delincuentes que cometen estos fraudes investigan los contratos y nombres de proveedores que proporcionan bienes a una empresa en particular. Acto seguido, suplantan la identidad de un proveedor legítimo y envían las facturas al personal subordinado.
Los productos que se mencionan en la factura falsa como, por ejemplo, material de oficina, son tan comunes que hace que el destinatario proceda automáticamente con el pago sin revisar si es real esa venta de productos o prestación de servicios. Los criminales lo saben, y evitan poner productos o servicios más especiales o específicos, ya que facilita que sea contrastado a nivel interno.
Una vez más, desde la asociación piden sentido común y no fiarnos de los correos electrónicos que nos lleguen. Además, desde la Asociación Española de Consumidores recomendamos:
1. Tener canales de comunicación efectivos para poder verificar las solicitudes de pago. El personal de una empresa o un consumidor debe ser consciente de la credibilidad de las facturas que les lleguen. 2. En el caso de las empresas se debe formar a la plantilla en ciberataques para enseñarles a identificar y prevenir cualquier ataque a través de medios digitales 3. Verificar siempre cómo se emitieron las facturas anteriores y si son los mismos medios de pagos. 4. Normalmente se suele presionar para la realización del pago de una factura falsa. 5. No debemos pagar hasta no estar completamente seguros de la identidad real del remitente de la factura 6. Si recibimos una factura falta debemos hacer denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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