Los microorganismos marinos —incluyendo bacterias, fitoplancton, arqueas y virus— son componentes fundamentales para el equilibrio ecológico de los océanos. Lejos de ser actores invisibles, estos organismos microscópicos regulan procesos biológicos y geoquímicos clave que sostienen la vida marina y contribuyen activamente a la estabilidad climática del planeta.

Clara García, buzo profesional, bióloga marina y técnica de proyectos de Underwater Gardens International
Importancia de los microorganismos marinos
Los microorganismos marinos intervienen en funciones críticas como la descomposición de materia orgánica, el reciclaje de nutrientes y la producción primaria, siendo responsables de más del 50% del oxígeno generado en la Tierra. A través del llamado bucle microbiano (microbial loop), estas comunidades transforman materia orgánica disuelta —producida por algas, detritos y excreciones— en biomasa microbiana que luego es consumida por el zooplancton y otros niveles tróficos. Este proceso optimiza el aprovechamiento energético y mantiene activa la red alimentaria incluso en aguas pobres en nutrientes.
Más allá de su rol trófico, los microorganismos son agentes esenciales en los ciclos biogeoquímicos del carbono, nitrógeno, fósforo y oxígeno. Participan en procesos como la fijación de nitrógeno, la remineralización del carbono orgánico y la producción de compuestos que regulan la acidez y composición química del agua marina. Estos ciclos no solo sostienen la productividad oceánica, sino que tienen un impacto directo en la regulación del clima global, mediante el control de gases de efecto invernadero y la absorción de carbono atmosférico.
Bosques marinos: aliados en los procesos microbianos
En este contexto, los bosques marinos —como praderas de fanerógamas, bosques de macroalgas o arrecifes de coral— se posicionan como ecosistemas clave, desempeñando un papel ecológico central en el sostenimiento de los procesos microbianos. Actúan como fuentes de materia orgánica disuelta, contribuyen a la retención y reciclaje de nutrientes, y ofrecen hábitats estructurales complejos que aumentan la diversidad y funcionalidad microbiana. Además, fijan grandes cantidades de carbono mediante la fotosíntesis, reforzando la conectividad entre procesos físicos, químicos y biológicos en el océano.
Desde un enfoque científico y de conservación, la restauración de los bosques marinos emerge como una acción prioritaria y estratégica para la salud del planeta. Recuperar estos ecosistemas implica reactivar procesos microbianos esenciales, fortalecer la resiliencia del medio marino ante el cambio climático y garantizar servicios ecosistémicos fundamentales para las generaciones actuales y futuras. En esta línea, iniciativas como las desarrolladas por Underwater Gardens International impulsan modelos regenerativos que integran ciencia, biotecnología y restauración ecológica para acelerar la recuperación de hábitats marinos complejos. En particular, los sustratos inteligentes SER®, diseñados por su equipo científico y técnico, tienen en cuenta en su diseño las comunidades microbianas específicas de cada entorno, favoreciendo su desarrollo según la biodiversidad local para maximizar la funcionalidad ecológica de las intervenciones.
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