El domingo, el Barça dio un paso de gigante para conseguir la Copa de la Liga española de fútbol 2024/2025 al ganar por 4 goles a 3 al Real Madrid. Encontrar en algunos partidos actuaciones sospechosas y tramposas contra el Barça es lo más habitual en esta liga en la que el Barça está impartiendo sobre el césped 'masters' de cómo se debe jugar al fútbol en cada partido. Un encuentro más, el Barça demostró que es un equipo que cuando pisa el césped es para divertirse y sudar jugando al fútbol, mientras el Madrid es un grupo donde reinan las individualidades, la mala educación en algunos jugadores, ataques de divismo en otros y la ayuda de los árbitros cuando la necesitan.
Hace unos meses la prensa afín a los de la capital de España intentó desestabilizar a un Barça, que empezaba a dar miedo, aireando el caso Negreira para sembrar la duda sobre una posible sombra de sospecha de ayudas arbitrales al equipo catalán, todo se disolvió tal y como llegó, puras especulaciones de la prensa blanca. Pero el domingo en Montjuich se vio claro que los lloros y amenazas lanzados desde la televisión del Real Madrid daban resultado, y pasaban a ser órdenes para los antiguos "señores de negro". Un penalti precedido de un fuera de juego, un gol precedido de una falta a Yamil, una segunda tarjeta amarilla no mostrada a un jugador del Madrid, un penalti cometido por ese mismo jugador anulado por el VAR, y la guinda la ponía un gol anulado a Fermín, también por el VAR, por una jugada que nada tenía que ver con la del gol, en el audio alguien dijo “menos mal”, menos mal porque si no es por el VAR y el árbitro el Real Madrid podría haberle llevado de regalo seis goles a la señá Cibeles.
El Barça, desde los inicios del club, ha sufrido todo tipo de triquiñuelas, tanto arbitrales, igual o más grandes que las del domingo, como políticas. Comenzó en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera cuando las autoridades políticas cerraron seis meses el campo de Les Corts y expulsaron del país a Gamper, presidente del club, por los silbidos que el público dedicó a la interpretación de la Marcha Real durante un partido en homenaje al Orfeó Català. La política y la cultura casi siempre han ido unidas al Barça, tanto como la represión política desde los gobiernos españoles, especialmente durante el franquismo. En agosto de 1936 el presidente blaugrana Josep Sunyol fue fusilado en la sierra de Guadarrama, mientras el que sería presidente del Madrid, Santiago Bernabeu tomaba voluntariamente las armas en las filas del ejército rebelde de Franco, alcanzado el grado de cabo y desfilando con su columna, la 150, por la Diagonal de Barcelona el 1939. Terminada la guerra el franquismo vencedor imponía al club catalán los directivos y hasta llegaron a cambiar el nombre del club, lo españolizaron tan sólo con el añadido de un acento a la palabra fútbol pasando de Futbol(en catalán y sin tilde) Club Barcelona a Club de Fútbol Barcelona.
“El Barça era la única ilusión. No había vida en el barrio, la prensa era terrible y fascista, la gente no tenía aparato de radio. Que el Barça ganara o perdiera era una transmisión simbólica importante. Podías decir Viva el Barça y no era delito, aunque sabías que en realidad decías otras cosas" así explicaba el historiador Josep Termes cómo eran las cosas en 1945, y también lo fueron así en los sesenta. La expresión "el Barça es más que un club" la dijo por primera vez el presidente Narcís de Carreras en 1968 en una asamblea de socios, después llegaría el conocido artículo de Manuel Vázquez Montalbán “Barça!, Barça!, Barça!” en la revista Triunfo, el escritor identificó al Barça como el ejército desarmado y simbólico de Catalunya. La venganza llegó en la liga 73/74 con aquellos cinco goles que encajó el Madrid en el Bernabéu sin que el equipo blanco fuera capaz de hacer ni uno en la portería del Barça. Después de aquel partido el New York Times escribió que aquel marcador había hecho más por la causa catalana que lo que podría haber hecho un mitin político o una figura de la resistencia, y La Trinca compuso el tema “Botifarra de pagés” en honor de aquellos cinco goles “Sonaren cinc campanades / allà a la porta del Sol / cinc cops plorà la Cibeles /, Madrid estava de dol /. Y aquello en Madrid hizo pupa y encendió, más aún, los ojos vigilantes de la Brunete Mediática y la Brigada Aranzadi contra el Barça, porque, quieran o no, es, ha sido y será "más que un club".
|