Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Sabersinfin | Temas | ACTUALIDAD | Pensamientos | Poesía

Entre guerras, “desextinciones” y desapego

Conviene tomar la vida con serenidad, dejarse asombrar por lo inesperado y sostener, como un faro interior, la esperanza intacta de un mañana mejor
Abel Pérez Rojas
lunes, 14 de abril de 2025, 09:50 h (CET)

La atención internacional está centrada en la guerra arancelaria provocada por quienes gobiernan el vecino país del norte, desde donde se nos recuerda lo endebles que son los hilos que hacen posible la frágil paz mundial.


En el ámbito nacional, como parte de nuestra problemática interna, las desapariciones forzadas, los inocultables fraudes a las arcas públicas —que en todos los niveles de gobierno salen a relucir— y la violencia desenfrenada nos empujan a la amnesia, al olvido de que el sol existe más allá de los nubarrones.


Pero no todo es negativo. Por ejemplo, esta semana causó gran asombro y esperanza mundial la “desextinción” del lobo gigante. Dicha noticia trajo aparejada otra similar, la cual había pasado prácticamente desapercibida: la misma empresa que logró la hazaña con el Canis dirus, hace unas semanas consiguió la "creación de ratones cuyo genoma se había editado con la técnica CRISPR para incluir varios rasgos genéticos del mamut..." (La empresa que creó los ratones lanudos anuncia la “desextinción” del lobo gigante, El País, 7/04/2025).


Por otra parte, en el ámbito personal, han sido días repletos de actividad. Entre teatro, literatura y poesía, me he visto en la fortuna de recapitular sobre muchas cuestiones que suelen pasar desapercibidas en el trajín diario.


Gracias a mi participación en la producción de la puesta en escena de la obra de teatro Ángelos y el Desapego (Calva Morales, Salvador. Abril, 2025), inevitablemente he reflexionado sobre el arte de “soltar” sin sufrir.


Han sido días de pensar en torno a la necesidad de aprender a no aferrarse a las personas, a las cosas o a las situaciones. Lo cual no significa que no importen, sino que hay que entender que nada es para siempre, y que podemos estar bien consigo mismo, aunque las cosas cambien o se vayan.


En fin, conviene tomar la vida con serenidad, dejarse asombrar por lo inesperado y sostener, como un faro interior, la esperanza intacta de un mañana mejor.


Son tantas las situaciones sobre las cuales hacer múltiples metanarrativas o metanálisis, que la poesía, una vez más, sale al paso para atisbar rincones que permanecerían a oscuras sin la riqueza de la lírica, sin la fuerza del simbolismo.


Después de pensar en todo lo anterior —y en tantísimas otras situaciones— quise cerrar esta semana escribiendo el poema Tropo y fulcro, el cual les comparto con la esperanza de que detone en usted, caro lector, algo que la prosa no consigue.


Tropo y fulcro


Hoy canto para mí,
en este reencuentro inevitable
de los ojos mirándose a sí mismos,
del río que vuelve a su cauce
como un recuerdo que se niega al olvido.


Canto porque, con ello,
el tropo es fulcro,
el trino troca en pétalo.
Canto para que nuestras palabras
abran las espesas nubes.


No es nostalgia lo que me guía,
sino esta brújula interior
que tiembla al compás del silencio,
esta certeza de lo hondo
que florece en la oscuridad.


He sido tacto y llanto,
he sido viento entre columnas caídas,
y ahora soy canto que se levanta
sobre la piel del agua,
sobre la llama del tiempo que regresa.


Porque el alma también se escribe
con lo impronunciable.
Y hoy me escucho, por fin,
como quien se descubre
en el reflejo tibio de su propia voz.

Noticias relacionadas

En esta novela nos trasladamos a la Barcelona de los años 70 donde Óscar Drau, protagonista de la historia, conoce a Marina Blau, hija de un pintor enfermo, cuya curiosidad les hace investigar el porqué una extraña mujer vestida de negro acude al cementerio a realizar un extraño ritual, depositando una rosa negra en una tumba sin nombre.

Los pobladores acostumbraban dormir muy temprano. Las luces del pueblo se encendían a las seis de la tarde y eran apagadas a las nueve de la noche, puede afirmarse que era ironía del tiempo. El vecindario del barrio hablaba del burdel y en especial de la mente enfermiza de una mujer, su pasión la llevó a la cárcel, su encanto de mujer le garantizaba los halagos de sus admiradores, pero el día del hecho criminal, en un abrir y cerrar de ojos se esfumó su encanto y la venta de su cuerpo.

Muchas gracias, Señor, por enseñarme, a postrarme ante a Ti con devoción, y por abrir Tu noble Corazón donde poder, dichoso, refugiarme.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto