Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Psicología y sexualidad
Etiquetas | Problemas | Pesimismo | Estado de ánimo | emociones | Psicología

Cuando las cosas no van bien, ¿todo sale mal?

Sentir altibajos, irritabilidad, debilidad, mal humor, pensamientos autodestructivos, sensación de ahogo… son manifestaciones totalmente normales cuando alguien está superando determinados problemas
Violeta Torrejón
miércoles, 5 de marzo de 2025, 10:22 h (CET)

Existen épocas en las que la vida no va como uno quisiera, momentos que nos pueden desbordar o, en su defecto, que nos hacen dudar de si las cosas más adelante volverán a su cauce. Y es que a lo largo de nuestra existencia viviremos instantes de gran felicidad y otros en los que parezca que todo se tuerce. Nos compararemos con las personas más próximas y, hasta a veces, querremos la vida que otros tienen despreciando la nuestra.


Male 4134307 1280


Nos olvidaremos de lo que tenemos y parecerá que no valorásemos lo que todavía, no hemos perdido debido a esa actitud pesimista a causa de la perspectiva tan negativa que podemos ir arrastrando tiempo atrás. Y es que al principio, puede sucedernos “algo” que hará que nuestra valoración de la vida cambie por completo, algo que nos golpee con respecto al futuro o a los acontecimientos presentes. Nos podrán doler más o menos esos cambios y podremos hundirnos en mayor o menor medida pero, después, tendremos que levantarnos y seguir con nuestra vida.


El problema viene cuando, después de ese “algo” se van sucediendo unos tras otros, pequeños obstáculos que, repetidos en el tiempo una y otra vez, pueden desestabilizar de forma crónica o temporal, todo nuestro mundo y su relación con el entorno llegando a transformarnos en la forma que tenemos de interpretar la vida.


El hecho de superar los inconvenientes no quiere decir que hayamos avanzado ni que hayamos aprendido algo de ellos, sino que vamos sobreviviendo a lo que nos viene; divorcios tras años de matrimonio, convenios reguladores que se cambien a golpe de juicios, pagos de hipotecas tras la pérdida de un empleo, infidelidades con personas cercanas, disputas entre familiares por herencias, adicciones que vuelven a manifestarse, rupturas de pareja con bienes en común, muertes de personas cercanas, pérdidas precipitadas por enfermedades o accidentes, diagnósticos irreversibles…


Tendremos que gestionar de la mejor manera posible aquellas cosas que esperábamos que no nos pasaran a nosotros pero que, visto en otros, parecen no tener tanta importancia ni suponer tanto drama. Y tras ese suceso que nos impactará y cambiará vendrán pequeños momentos de cierta estabilidad, pero que debido al estado emocional cualquier problema por mínimo que sea, nos hará caer de nuevo porque no estaremos totalmente recuperados.


No es tanto, el que cuando algo va mal, todo venga igual después, sino que se trata de que no tenemos la fuerza ni la seguridad suficiente para afrontar cualquier suceso que se nos presente y que nos trastoca. No estaremos mentalmente preparados para nuevas caídas porque arrastramos aún, la recuperación y el salir a flote de esa mochila emocional.


Cuando alguien está fuerte y no ha sufrido malos momentos será capaz de comerse el mundo, pero cuando alguien ha experimentando alguna mala situación, le costará más ver la vida con una visión más positiva porque, en cierta medida, estará influenciado por determinados sentimientos derrotistas. Por lo que no se trata, de pensar que existen épocas en las que todo viene mal sino de ser conscientes de que todo lo que nos venga después de un mal suceso nos afectará muchísimo más que en el caso de no haberlo sufrido.


Es por eso, que hay que pararse a reflexionar sobre el momento en el que nos encontremos y en cómo nos afectará todo. Sentir altibajos, irritabilidad, debilidad, mal humor, pensamientos autodestructivos, sensación de ahogo… son manifestaciones totalmente normales cuando alguien está superando determinados problemas. Y es que lo más importante es ser completamente objetivo con la situación que nos está tocando vivir y asimilar y entender que el estado emocional en el que nos encontremos afectará de lleno a la valoración que hagamos de las situaciones futuras.

Noticias relacionadas

Hay personas que se levantan cada día buscando desafíos, adrenalina, retos que activarían cualquier sistema de recompensa. Otras, sin embargo, viven atrapadas en una forma más insidiosa de activación: una búsqueda inconsciente de cortisol, de angustia conocida, de problemas por anticipar. Como si necesitaran una dosis diaria de preocupación, de fracaso o de dolor emocional para sentirse “en casa”.

La depresión no siempre se manifiesta como una tristeza visible. A veces es una ausencia: de sentido, de energía, de palabras. Hay quienes conviven con un dolor sordo, un deseo de desaparecer, y sin embargo… siguen aquí. ¿Por qué? ¿Cómo? A veces por algo tan simple —y tan complejo— como una excusa, una canción, una conversación. A veces quedarse con vida ya es, en sí mismo, un acto de esperanza.

Cuando formamos parte de una sociedad también lo hacemos con los grupos que más afines son a nosotros porque compartimos aficiones o gustos. Nos sentimos plenos con ellos y nos aportan algo que otros no pueden darnos. Pero sin querer nos empezamos a comparar con aquellos que tenemos más cercanos, ¿Por qué esa tendencia a querer aquello que no tenemos? ¿Por qué deseamos lo que otros tienen?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto