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Pídele cuentas al Rey

Rafa Esteve-Casanova
Rafa Esteve-Casanova
domingo, 3 de enero de 2010, 09:47 h (CET)
Hoy quería escribir de la casposa y con olor a naftalina Nochevieja que desde algunas cadenas televisivas se ofreció a los espectadores, desde TVE que no gastó más euros que los que le reclame Teddy Bautista de la SGAE hasta TeleBelén- perdón quise decir TELE 5- que continuó exprimiendo su gallina de los huevos de oro aunque a mucho trecho de share del conseguido por Anne Igartiburu y Manuel Bandera desde la televisión pública. Pero he pensado que estamos a primeros de año y que al mismo tiempo que más de uno se atragantaba con las uvas de la ira y que desaparecía la publicidad de las pantallas de TVE también entraban en vigor los Presupuestos Generales del Estado, esas cuentas en las que están reflejados gastos e ingresos anuales del Gobierno que antes ocupaban voluminosos volúmenes y que hoy, gracias a la técnica, quedan compiladas en un sencillo pen drive.

La manera en que se gastan por cada departamento esos Presupuestos está controlada tanto por los poderes políticos como por el Tribunal de Cuentas, pero cada año queda exento de ese control el apartado correspondiente a las cuentas de la Casa Real, cuentas que siguen siendo un total secreto para todos los españolitos que aportan, vía impuestos, cada uno de los euros que las engrosan. En 1978 en la Constitución, por cierto obsoleta en muchos de sus aspectos, y en su artículo 65.1 se estableció que el Rey “recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y Casa, y distribuye libremente el mismo”, es decir que con nuestro dinero, que pasa a ser el suyo, hace lo que le da la real gana, y nunca mejor dicho lo de real.

No se me alteren, como estamos en época de apretarse el cinturón, Juan Carlos I también lo ha hecho, y este año 2010 recibirá para sus gastos la módica cantidad de 8,9 millones de euros, la misma cantidad que percibió en el pasado año. Es muy duro ser Rey, a los jubilados y viudas les han subido un 2% mientras que los Borbones han de pasar este año con la misma asignación que los doce meses anteriores. Esta cantidad de casi nueve millones de euros puede parecer inapropiada para mantener el tren de vida de un monarca y sus allegados y para ello los diversos Gobiernos de este país siempre han aportado su pequeño óbolo a los gastos reales. Así se consignan en las cuentas estatales más de seis millones de euros para pagar la nómina de los 127 empleados y los nueve eventuales que trabajan en el entorno de Zarzuela, los viajes al extranjero corren a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, la seguridad a cargo del de Interior y los gastos de gasolina y chóferes del de Economía, gastos todos estos que si que son controlados por los políticos y el Tribunal de Cuentas.

Y es que en los tiempos que corren hasta los Reyes pasan penurias económicas, Isabel II de Inglaterra, parienta del Rey de España, ha cogido más de una vez el tren para desplazarse hasta uno de sus numerosos palacios aunque en un vagón para ella sola, y dentro de unos días el periódico The Independent tiene previsto publicar la correspondencia y notas cruzadas entre el Palacio de Buckingham y el Gobierno británico en las que la cabeza de la monarquía más antigua se comporta como una pedigüeña reclamando a los políticos británicos un aumento de sueldo para poder pagar la luz, el gas, el agua y el mantenimiento de sus innumerables residencias.

Aquí todavía no hemos llegado a ese extremo, Juan Carlos I tiene suficiente para mantener su Casa con esos casi nueve millones de euros que salen del erario público español, no olvidemos que tiene a sus hijas trabajando, ahora hasta Disney hace películas con princesas que trabajan, una en la Fundación MAPFRE y la otra, desde hace tiempo, en la Caixa, y no creo que sus estipendios sean los de cualquier empleado medio de estas entidades, su yerno Iñaki también está bien colocado en Telefónica y al otro, al que “cesó la convivencia temporalmente” con la Infanta Elena le van retirado, poco a poco, las prebendas de estar de oyente en diversos Consejos de Administración pues ya no es “uno de los nuestros”, incluso su cuñado Constantino ha casado muy bien casado a uno de sus hijos con una millonaria americana y ya no supone ningún dolor de cabeza. El Rey duerme tranquilo, la familia se puede valer por si sola, y él ya no tiene tantos gastos.

Pero en una democracia las cuentas deben estar claras, los ciudadanos tenemos derecho a saber en que se gastan nuestros impuestos y si a los políticos les reclamamos claridad en las cuentas también la primera autoridad del país debe poner las suyas a disposición de todos. Desde partidos minoritarios en el Congreso como IU y ERC se ha pedido en reiteradas ocasiones que así se haga pero tanto el Partido Popular como el Partido Socialista se hacen los remolones y se remiten al Art. 65.1 de la Constitución, el Rey “distribuyen libremente” su asignación. En otras monarquías, como por ejemplo la sueca, las cuentas reales están expuestas en Internet y fiscalizadas por una auditoria externa. Esperemos que cunda el ejemplo y algún día sepamos realmente en que se gastan nuestros impuestos.

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