Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Elecciones | EEUU | Noviembre | 2024 | Candidatos | Presidencia | Donald Trump | Kamala Harris

​¿En qué empatan Trump y Kamala?

RAE. Empatar, sinónimo de igualar, hacer iguales a dos personas
Eduardo Madroñal Pedraza
lunes, 21 de octubre de 2024, 09:35 h (CET)

A dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump aparecen empatados en el posible resultado electoral. Pero lo más importante -y que no se destaca- es que están empatados -igualados- en el objetivo de seguir ejerciendo el poder sobre el resto del planeta. Están unidos para llevarlo adelante, pero también están muy enfrentados en cómo hacerlo. La vida hegemonista de su país -en el ocaso imperial- les va en ello.


La sorpresa de octubre, empatan contra el mundo


Harris y Trump empatan en mantener y ampliar la superioridad militar de la superpotencia estadounidense, en respaldar el genocidio de Israel, en imponer un mayor sometimiento a los países bajo su dominio, y en enfrentarse a los pueblos y países que buscan escapar de las imposiciones de su hegemonismo.


Trump y Harris empatan en la agresividad contra China, en ampliar la presencia militar en Asia-Pacífico, en boicotear el acceso de Pekín a la alta tecnología, y en imponer restricciones al comercio con China, aunque eso perjudique la “globalización”. Harris y Trump empatan en multiplicar el saqueo a los países y pueblos del mundo.


En estas elecciones presidenciales hay mucho en juego, demasiado en juego para la clase dominante estadounidense, que está agudamente dividida en dos fracciones representadas ahora por los candidatos Harris y Trump.


El ocaso oculto de Estados Unidos


Desde 2001 hasta 2023 el PIB estadounidense se ha más que duplicado, pero su deuda se ha multiplicado casi por seis. Ha crecido a costa de endeudarse. Por cada dólar de más en su PIB desde 2001, la deuda ha aumentado dos dólares.


Se debe, en primer lugar, a que Estados Unidos pierde peso, porque lo ganan los países emergentes del Tercer Mundo. Desde 1999 la participación estadounidense en el PIB mundial ha caído 7 puntos, mientras el de China es 14 puntos más, y el del conjunto del Tercer Mundo 23 puntos mayor. En segundo lugar, a la superpotencia le cuesta más mantener su hegemonía, principalmente a causa de un gasto militar disparado que se ha triplicado desde 1999.


El resto del mundo financiamos obligatoriamente su hegemonía mundial. Su deuda externa neta asciende a 18 billones de dólares, es decir, un 77% de su PIB. En China es un 14%, y en los BRICS un 19,5%. Por lo que se ve, unos ahorran, y otros roban el dinero a los demás.


“Estados Unidos todavía necesita al mundo”


Así titula Condoleezza Rice su prolijo artículo en Foreign Affairs. Fue la primera mujer negra que ordenó invadir Irak en 2003 bombardeando y asesinando a miles de civiles, y mintiendo sobre la posesión armas de destrucción masiva por Irak, cuando era la superministra de asuntos exteriores e intervenciones militares -traducción de secretaria de Estado- con George W. Bush como presidente. Actualmente es directora de la Institución Hoover, un centro intelectual para la influencia política.


Destacamos sus ideas clave para Harris y Trump: “las potencias revisionistas están adquiriendo territorio por la fuerza y el orden internacional se está desmoronando”; “el aislamiento nunca ha sido la respuesta a la seguridad ni a la prosperidad de Estados Unidos”; “el ADN de gran potencia sigue estando muy presente en el genoma estadounidense”; “Estados Unidos necesita mantener capacidades de defensa suficientes para impedir que China, Rusia e Irán alcancen sus objetivos estratégicos”; “los aliados tendrán que asumir una mayor parte del costo de su defensa. Los acuerdos comerciales serán menos ambiciosos y globales, pero más regionales y selectivos”.


Las elecciones más antidemocráticas


Las elecciones presidenciales (que es jefe de Estado y de gobierno a la vez) son antidemocráticas. Es necesario inscribirse para poder votar. Por ello, la participación es muy baja -alrededor del 50%- salvo las de 2020, con un desconocido 66%.


Los votantes no son los electores. Hay unos intermediarios, tantos como el número de congresistas y senadores de cada estado. Y son los que convierten al más votado en el único votado porque los demás no cuentan. Lo que lleva a que un presidente electo puede haber perdido la mayoría de los votos. En 2000, Al Gore perdió, con 500.000 votos más, contra Bush. En 2016, Clinton lo mismo con 2.800.000 votos.

Noticias relacionadas

¿Optarían los más jóvenes por disfrutar de una buena vida en lo material a cambio de una reducción en la calidad de la democracia? Eso parece desprenderse de una encuesta emanada de los entresijos del poder, pero se trata, creo yo, de un tanteo engañoso, pues no está reñida una cosa, el nivel de vida, con la otra, es decir, con la democracia.

Quizá la electricidad ya haya vuelto a todos los hogares y todo el mundo esté de nuevo conectado a este milenio de voltios esenciales, pero de lo que no estoy tan seguro es de que lo haya hecho la luz que permitió a nuestros antepasados progresar y alcanzar la cima de la evolución.

Si algo queda claro en la era superpoblada es la soledad inquebrantable con la cual afrontamos las grandes incógnitas de la vida. Solemos dejarlas de lado en las actuaciones diarias, no podemos permanecer aturdidos, paralizados por la indecisión. Con los ojos bien abiertos, no logramos hallar las respuestas definitivas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto