Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cartas al director

Sobre la Iglesia

Josefa Romo, Valladolid
Lectores
miércoles, 11 de septiembre de 2024, 12:12 h (CET)

Sobre la Iglesia se habla mucho, y no siempre con acierto, pues abunda la confusión. Recientemente ha sido noticia la coronación de la nueva reina maorí de Nueva Zelanda, Ngawai Hono ki Parakino, joven católica de 27 años, bautizada por deseo de su abuela por un obispo católico. Desde su posición, podrá hacer mucho bien si es coherente con su fe.


La Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo sobre los doce Apóstoles, con Pedro a la cabeza, tiene unos signos distintivos: Una, Santa, Católica, Apostólica. Una, porque su doctrina es la misma en todas partes;  Santa, porque santo es su Fundador- Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre en las entrañas de María Santísima-, y santos son sus frutos en tantos hombres, mujeres y niños que acogen el Evangelio y viven su Fe de modo radical; Católica, porque es Universal, no se circunscribe a un país, y es para todos los que la abrazan; Apostólica, porque la sucesión apostólica es una cadena ininterrumpida. Muy importante, en la Iglesia, es el Sucesor de Pedro, el Papa, figura “sine qua non” puede existir la Iglesia de Cristo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,  y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella”. El Papa, Obispo de Roma, la gobierna en unión con todos los Obispos del mundo, verdaderos sucesores de los Apóstoles. Si faltara alguna de esas características, la Iglesia sería una institución humana más.  


Las crisis gordas de la Iglesia han sucedido más o menos cada quinientos años, y la hacen resurgir más pura y fuerte. Ella permanece en su ser, y sólo pasan los papas y obispos que la gobiernan, su forma y vestiduras. La figura del Papa es esencial; sin Papa, no hay Iglesia de Cristo. El Papado es como el punto de equilibrio y fuerza que sustenta el edificio espiritual de la Iglesia, apoyado en sus cimientos, que son Cristo y los Apóstoles;  ello, por la gracia del Espíritu Santo, con independencia de sus cualidades y conducta santa o pecadora, inteligente o fatua, responsable o no.  En este punto, de todo ha habido en la viña del Señor, en la historia bimilenaria de la Iglesia. Como definió el Concilio Vaticano I, el Papa es infalible cuando habla "ex cathedra" sobre Fe o moral, sin contradicción con la doctrina de la Iglesia ( Sagradas Escrituras, Tradición Apostólica y Magisterio definitivo anterior).


Los rasgos “petrinos” de la Iglesia divinamente instituida por el Señor eran patrimonio compartido de los creyentes, fueran buenos o malos papas. Ya lo dijo San Cipriano (210 ca.-258): una Ecclesia et cathedra una super Petrum Domini voce fondata (Epístola 43):  [“Como Dios es uno y uno es Cristo, así hay una sola Iglesia y una sola cátedra fundada sobre Pedro por el Señor”]. Son muchos más los papas santos  que han sabido ser y estar, cumplir su sagrada misión. Nuestro deber como católicos es rezar por el Papa y respetarle siempre como Padre común de los católicos.

Noticias relacionadas

Ronda la Red una frase lapidaria de Mark Twain: “una mentira puede viajar al otro lado del mundo mientras la verdad se pone los zapatos”. Tal vez sea cierto porque, siguiendo a Oscar Wilde, “la verdad rara vez es pura y nunca simple”. Vamos, que tiene matices y dudas que la hacen onerosa; esos matices y dudas no incomodan, en cambio, a la mentira.

El caldo de cultivo de las realidades actuales nace de las actuaciones previas, azares y descuidos; a través de unas andanzas complejas, en una mezcolanza difícil de asimilar. Atareados en los agobios cotidianos, la mayoría de los individuos no son propensos a los análisis de la situación; como es natural, con frecuencia han de lamentar los efectos contraproducentes de los planteamientos sociales.

Según Garamendi, “el sistema empresarial no es corrupto, el que corrompe es el que tiene el poder”. La Real Academia Española define corromper como sobornar a alguien con dinero. Es decir, corruptor es quien tiene suficiente poder monopolista económico para poder tener corruptos en los distintos gobiernos e instituciones estatales.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto