Repasando todos los acontecimientos vividos estos meses y todas las contrariedades que han impuesto los separatistas catalanes, habiendo visto todo tipo de habladurías, desbarajustes y engaños enfrentados, me ha dado un repelús, y, habiendo visto que el fugitivo Puigdemont sigue suelto, no tengo más remedio que chirriar mis dientes. Con este escalofrío, considero que, esta pantomima de todos los sediciosos catalanes, el fugitivo tiene la llave para quitarle y abrirles los grilletes a Sánchez desde el primer día de su huida cobarde.
“Total, el prófugo golpista ha decidido descargar una primera bofetada sobre Pedro Sánchez golpeándole en el pleno rostro de los Presupuestos Generales del Estado” (EL Imparcial). Este, que viste y calza con esta noticia, a mí, me deja sin palabras. El tal Puigdemont le está dando bofetadas desde el primer día que huyó cobardemente. “Pero el presidente del Gobierno ha demostrado una insólita habilidad para mantenerse en el poder”. Y ahí está todavía. En equilibrio sobre la cuerda floja, a pesar de los zarandeos a los que está sometido”. Y lo que te rondaré, morena.
Estamos hartos, estoy harto de ver vocear a todos los salva patrias, solamente voceando y dar patadas al viento resoplando tímidamente. Lo estamos viendo, estoy viendo cómo los partidos constitucionalistas y sus clones en el resto de las provincias del suelo patrio también tienen mordaza. Bien es verdad que el hombre de la calle, como yo, los que no pisamos alfombras hemos ido engordando la marrana. Echando valones fuera, como algunos periódicos, echando la vista a un lado. Dejando olvidar las atribuciones que les hemos dado todos los españoles.
El libreto del referido 155 está en manos de estos hábiles tramperos de retazos, con los compadres y seguidores animadores. Los Junqueras, los Forcadell, el Pere y la pera, el socarrón de Rufián junto a otros partidos independentistas que son todos los catalanes, están dejando pasar los días, limpiándose el trasero con el referido libreto. La amnistía bien que se está paseando por los senderos jurídicos, dando pisadas sin poner los pies en el suelo.
El Carlitos Puigdemont, cuando quiere le quita las pilas al reloj del tiempo. Poco a poco, el presidente del gobierno comunista social de España le va pidiendo las alcalinas para recargar su estancia en la Moncloa. “Mala sum facienda, ut inde avenían bona” No se debe hacer el mal para obtener de él un bien (del libro de las paremias grecolatinas de mi buen amigo, Rafael Martínez Segura). La feria sigue su curso y la pista del circo aumenta con los payasos.
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