Familia biparental, familia monomarental o monoparental. familia joven, familia LGTBI homomarental y homoparental, familia con mayores necesidades de apoyo a la crianza, familia múltiple, familia reconstituida, familia inmigrante, familia transnacional, familia intercultural, familia en el exterior, familia retornada, familia en situación de vulnerabilidad, personas unidas en matrimonio, parejas de hecho y personas solas.
Esto es lo que la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 proponía para la Ley de Familia; y, ahora, a pesar de lo moderado de la propuesta, van y lo recortan. Y es que, a mí, ciertamente, me parecía un proyecto que dejaba a muchos fuera... Porque, ¿dónde encajan, entonces, las familias multiparentales o multimarentales, las viejas, las homovecinales, las autosuficientes, las sencillas, las rotas, las emigrantes, las transcontinentales, las aculturales, las anticulturales o las analfabetas, las familias interiores, las perdidas, las protegidas, las personas desunidas en matrimonio o patrimonio (por la igualdad), las parejas deshechas (o de deshecho) o las personas acompañadas? Para esto, para recortar tantos derechos, al menos algo más general donde todos nos sintiéramos incluidos. ¿No se podía haber decretado que familia es cualquier agrupación, amontonamiento, montonera, aglomeración, conjunto, asociación, congregación, colectividad, multitud o persona, que conviven consigo mismo o con otros de forma permanente o discontinua y se sienten emparentados? Tanto presumir de derechos…
Y ya que estamos, ¿no podría modernizarse el nombre del Ministerio y denominarlo de Derechos Sociales y Tablet 2030?
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