Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Raimon | Canción | Aniversario | libertad | Franquismo
Nos hemos hecho mayores con esta canción de aquel joven de Xàtiva que un día lanzó un grito con el que nos sentimos identificados

La canción “Al vent” cumple sesenta años

|

Empezamos este 2023 celebrando que hace sesenta años uno de los nuestros, Raimon, un joven de Xàtiva, sacaba su primer disco al mercado. Un disco de aquellos con cuatro canciones, un EP lo llamaban. Cuando a Raimon le propusieron grabarlo sólo tenía tres temas, tuvo que parir una cuarta canción, “Som”, para cubrir el cupo exigido por la discográfica. Todo esto ocurría en 1963, hace ya muchos años, y desde entonces aquel grito, lanzando por Raimon al viento del mundo, nos ha venido acompañando a lo largo de los tiempos, estando con nosotros desde el estreno de la juventud hasta ahora,  cuando, también como canta Raimon, tenemos "més passat que futur".


Pero “Al vent” ya tenía cuatro años cuando apareció en aquel mítico disco junto a los temas “La pedra”, “A colps” y “Som”.  El setabense la compuso en un viaje entre Xàtiva y Valencia cuando iba de “paquete” en el asiento trasero de la moto de un compañero de estudios.  Lo de ir buscando la luz, buscando la paz, buscando a Dios al viento del mundo había nacido mientras el viento peinaba el pelo de aquel universitario que sólo aspiraba por entonces a ser un buen profesor.  Seguramente, hasta ese momento, Raimon con la guitarra que le había regalado su hermano, sólo había cantando temas melódicos intentado ganar la atención de alguna chica, pero nunca lo había hecho en valenciano. “Al vent ” le salió en su lengua de forma espontanea, tal vez porque no pensaba en ganarse las algarrobas cantando.


Raimon en aquellos primeros momentos era el Pele, fue Eliseu Climent quien lo bautizó con el nombre artístico con el que ahora  se le  conoce mundialmente.  La canción debe mucho a personajes como Xavier Marco, dueño de la taberna Casa Pedro, Joan Fuster y Vicent Ventura, que allí entre plato y plato, mientras almorzaban, crearon unos premios literarios donde el día de la entrega ofrecieron el escenario  a Raimon que, naturalmente, cantó su tema “Al vent” aún inédito.  Fue la primera vez que el cantante cobró por su trabajo, 200 pesetas que, a alguien que estudiaba becado, le vinieron muy bien. A partir de aquí el camino ha sido largo, siempre con éxito y durante la dictadura franquista con obstáculos y prohibiciones.


El grito raimoniano lanzado al viento del mundo pronto impactó más allá de los territorios en los que se habla catalán. Aquel primer disco de Raimon logró el Primer Premio de las Canciones Revelación en el VIII Premio del Disco Español. Aquel 1963 también, junto a Salomé, ganaría por votación popular el festival de la Canción Mediterránea con “Se'n va anar” la única canción en catalán presentada en el certamen. Pronto hizo su primer Palau de la Música y el primer Olympia parisino, y ya en 1964, apenas un año después de la aparición de su primer disco, Joan Fuster le escribió su, aún corta, biografía.


La aparición de “Al vent” a muchos de mi generación nos supuso un revulsivo, nos abrió los ojos a una tierra, la nuestra, que los largos años de mala educación escolar durante el franquismo nos habían ocultado, como años después “Veles e vents” descubriría Ausias March, también ausente en las escuelas de nuestra infancia. Nos habían ocultado tantas cosas, demasiadas cosas, porque, como dice Raimon, “de vegades la pau no és més que por”. A nosotros nos tocó romper esa falsa paz hecha de miedos porque “contra la por som nosaltres contra la por sense por”.

 

Nos hemos hecho mayores con “Al vent” y con muchas otras canciones de aquel joven de Xàtiva que un día, sin saber cómo ni porqué, lanzó un grito con el que nos sentimos identificados.

La canción “Al vent” cumple sesenta años

Nos hemos hecho mayores con esta canción de aquel joven de Xàtiva que un día lanzó un grito con el que nos sentimos identificados
Rafa Esteve-Casanova
martes, 4 de abril de 2023, 11:45 h (CET)

Empezamos este 2023 celebrando que hace sesenta años uno de los nuestros, Raimon, un joven de Xàtiva, sacaba su primer disco al mercado. Un disco de aquellos con cuatro canciones, un EP lo llamaban. Cuando a Raimon le propusieron grabarlo sólo tenía tres temas, tuvo que parir una cuarta canción, “Som”, para cubrir el cupo exigido por la discográfica. Todo esto ocurría en 1963, hace ya muchos años, y desde entonces aquel grito, lanzando por Raimon al viento del mundo, nos ha venido acompañando a lo largo de los tiempos, estando con nosotros desde el estreno de la juventud hasta ahora,  cuando, también como canta Raimon, tenemos "més passat que futur".


Pero “Al vent” ya tenía cuatro años cuando apareció en aquel mítico disco junto a los temas “La pedra”, “A colps” y “Som”.  El setabense la compuso en un viaje entre Xàtiva y Valencia cuando iba de “paquete” en el asiento trasero de la moto de un compañero de estudios.  Lo de ir buscando la luz, buscando la paz, buscando a Dios al viento del mundo había nacido mientras el viento peinaba el pelo de aquel universitario que sólo aspiraba por entonces a ser un buen profesor.  Seguramente, hasta ese momento, Raimon con la guitarra que le había regalado su hermano, sólo había cantando temas melódicos intentado ganar la atención de alguna chica, pero nunca lo había hecho en valenciano. “Al vent ” le salió en su lengua de forma espontanea, tal vez porque no pensaba en ganarse las algarrobas cantando.


Raimon en aquellos primeros momentos era el Pele, fue Eliseu Climent quien lo bautizó con el nombre artístico con el que ahora  se le  conoce mundialmente.  La canción debe mucho a personajes como Xavier Marco, dueño de la taberna Casa Pedro, Joan Fuster y Vicent Ventura, que allí entre plato y plato, mientras almorzaban, crearon unos premios literarios donde el día de la entrega ofrecieron el escenario  a Raimon que, naturalmente, cantó su tema “Al vent” aún inédito.  Fue la primera vez que el cantante cobró por su trabajo, 200 pesetas que, a alguien que estudiaba becado, le vinieron muy bien. A partir de aquí el camino ha sido largo, siempre con éxito y durante la dictadura franquista con obstáculos y prohibiciones.


El grito raimoniano lanzado al viento del mundo pronto impactó más allá de los territorios en los que se habla catalán. Aquel primer disco de Raimon logró el Primer Premio de las Canciones Revelación en el VIII Premio del Disco Español. Aquel 1963 también, junto a Salomé, ganaría por votación popular el festival de la Canción Mediterránea con “Se'n va anar” la única canción en catalán presentada en el certamen. Pronto hizo su primer Palau de la Música y el primer Olympia parisino, y ya en 1964, apenas un año después de la aparición de su primer disco, Joan Fuster le escribió su, aún corta, biografía.


La aparición de “Al vent” a muchos de mi generación nos supuso un revulsivo, nos abrió los ojos a una tierra, la nuestra, que los largos años de mala educación escolar durante el franquismo nos habían ocultado, como años después “Veles e vents” descubriría Ausias March, también ausente en las escuelas de nuestra infancia. Nos habían ocultado tantas cosas, demasiadas cosas, porque, como dice Raimon, “de vegades la pau no és més que por”. A nosotros nos tocó romper esa falsa paz hecha de miedos porque “contra la por som nosaltres contra la por sense por”.

 

Nos hemos hecho mayores con “Al vent” y con muchas otras canciones de aquel joven de Xàtiva que un día, sin saber cómo ni porqué, lanzó un grito con el que nos sentimos identificados.

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto