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​Poco pan y pésimo circo

Asistimos a tiempos de impensada grotesquización de la política en un marco de capitalismo salvaje y ramplón
Diego Vadillo López
sábado, 17 de diciembre de 2022, 10:04 h (CET)

“Poco pan y pésimo circo”, así titulaba Def con Dos una desesperanzada canción que daba una vuelta de tuerca al manido tópico del “pan y circo” romano, metonímica expresión que alude a un estado de las cosas en el que los modos de ganar el sustento son cada vez más complejos en un mundo incierto en el que la nitidez informativa no halla su lugar, confluyendo todo en el más burdo entretenimiento, pasto de irreflexivos. Pues de tal guisa nos quiere el capital: reblandecidos e ignaros. Sí, el capital. ¿Y quién es ese? Pues muchas personas y entidades, que, no (o sí) sabemos cómo, han logrado una incuantificable acumulación de rentas la cual usan para ahormar el mundo a sus designios. De esta manera, dicho mundo es el acumulado de designios de grandes detentadores, algunos de los cuales se alían entre sí, chocando en ocasiones contra otros de su estirpe cuyos designios transitan por otros sentidos o por diferentes u opuestos derroteros, produciéndose en algún momento la mentada colisión. ¿Y el grueso del cuerpo ciudadano? Ejerciendo como comparsa del trágala (que es la sucesión interminable de trágalas), afronta su día a día contemplando meramente la punta del iceberg de algunas de las tinieblas que discurren por las insondables esferas, hurtadas al común.


Y siempre hallan estos estrategas de su propia perpetuación, por entre nuestros conciudadanos, a algunos sociópatas a los que manejar en el simulacro político institucional estatuido en aras de otorgar barniz de legitimidad a las más ignominiosas prácticas de pública gestión.


Todo esto lo explica muy certeramente Evaristo Páramos en la letra que concibiera para La Polla Recods “Monopoli”:


Te dejaré dinero, te ayudaré a salir.

Tu crisis engorda mis intereses.

Un país favorecido por mi ayuda comercial.

Préstamos para pillar lo que queda por chupar.

¿Cómo me lo hago?

Pues me asocio algún paisano con orgullo en la cartera

y con mi ayuda militar

yo lo pongo a gobernar mi finca particular

Colaborando al desarrollo de los pueblos...

Si se atreven a piar, yo puedo garantizar

la puta estabilidad

¿Cómo me lo hago?

Pues jubilo a mi muñeco; pongo otro orgulloso

y con mi ayuda militar

yo lo pongo a gobernar mi finca particular.

Relaciones sexuales entre nuestros dos gobiernos.

Las medidas oportunas si venís de buena fe.

Un repique de campanas cuando yo te conocí.


Cuando se lamenta Páramos de que sus canciones no hayan perdido vigencia, ciertamente demuestra harto civismo toda vez que se pone del lado de los más ante las infamias perpetradas por esos “paisanos con orgullo en la cartera” a los que se alude en el cantar.


La presunta sobornable Eva Kaili (de corroborarse judicialmente los indicios que se han conocido en los últimos días) sería susceptible de engrosar ese universo copado por gentes con “orgullo en la cartera”. Y lo más ignominioso es que se continúe con un espectáculo mundialista que ya nació sujeto a oscuros intereses a fuer de a contemporáneas prácticas esclavistas. En cualquier caso, lo increíble es que la canción de La Polla Records parece escrita hoy al calor de estos aconteceres; en medio de un balompédico mundial en el que el deporte (si se puede llamar deporte al deporte de elite) es ya lo de menos, por más que excite las pasiones de grandes capas de los antes aludidos como comparsas de la mundanal comedia, pues lo que ha rodeado el espectáculo en sí es otro espectáculo grotesco más interesante que la propia práctica deportiva, cada vez (todo sea dicho) más desustancializada, ya que el fútbol también se ha tornado simulacro, pero esa es otra historia…

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