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Sin Synthohol

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El invento de una supuesta bebida revolucionaria denominada Synthohol, por un equipo de investigadores, entre los que figura el profesor David Nutt, no es, a mi juicio, algo positivo. Porque, que las personas se puedan emborrachar con un simple vaso de esta bebida que no contiene nada de alcohol, no es, en mi opinión, bueno para la salud, por diversas razones.

Porque el efecto embriagador del Synthohol no es deseable por sí mismo, y su inocuidad me parece que está sin demostrar. Entre otras cosas, porque a los que toman esta bebida artificial, para que se les pasen los efectos tienen que tomar una pastilla como antídoto. Con lo cual están tomando una medicación que es un derivado de la benzodiacepina, algo que no es recomendable, salvo prescripción médica por otras causas.

Al final, el Synthohol, que no tiene sabor, parece otra droga más, aunque, supuestamente, no cree adicción, o no tenga un efecto inocuo en el organismo y en el cerebro. Y no se saben los posibles efectos secundarios que su consumo puede producir.

Las posibles consecuencias indeseables de esta bebida de nueva creación, por la falta de control causada por los efectos de la embriaguez podrían ser: caídas, desmayos, peleas, violencia, abusos, y otros problemas.

La estimulación de los neurotransmisores que responden al placer puede realizarse con actividades placenteras, sin necesidad de consumir sustancias artificiales, ya que modifican el estado de la consciencia de un modo no natural.

Todas las campañas dirigidas a la ciudadanía por el Estado en contra del consumo de drogas van en esta dirección. Como forma también de preservar la salud de los jóvenes, y de todas las personas.

Los efectos negativos del tabaquismo y el alcoholismo son, por desgracia, muy grandes y extensos, y no deben ser prolongados con más sustancias innecesarias.

Además, la desinhibición producida por el estado de embriaguez puede tener consecuencias, y dar lugar a comportamientos de riesgo en las relaciones interpersonales. Si a esto se añade la cuestión de las enfermedades de transmisión sexual, la situación se puede complicar.

Existen muchas formas de divertirse de forma sana y sin peligro. Desde el disfrute de la música, el arte, la práctica deportiva, el cine, el teatro, actividades lúdicas o creativas, etc.

Una cosa es el placer, y otra emborracharse. No son lo mismo. Hay numerosos modos de sentir goce en la propia vida. Y ya se están consumiendo en nuestra sociedad una considerable cantidad de tranquilizantes y antidepresivos en nuestro país, según las últimas investigaciones. No hace falta añadir el Synthohol, otra sustancia más, a las existentes.

Sin Synthohol

José Manuel López García
viernes, 15 de enero de 2016, 00:17 h (CET)
El invento de una supuesta bebida revolucionaria denominada Synthohol, por un equipo de investigadores, entre los que figura el profesor David Nutt, no es, a mi juicio, algo positivo. Porque, que las personas se puedan emborrachar con un simple vaso de esta bebida que no contiene nada de alcohol, no es, en mi opinión, bueno para la salud, por diversas razones.

Porque el efecto embriagador del Synthohol no es deseable por sí mismo, y su inocuidad me parece que está sin demostrar. Entre otras cosas, porque a los que toman esta bebida artificial, para que se les pasen los efectos tienen que tomar una pastilla como antídoto. Con lo cual están tomando una medicación que es un derivado de la benzodiacepina, algo que no es recomendable, salvo prescripción médica por otras causas.

Al final, el Synthohol, que no tiene sabor, parece otra droga más, aunque, supuestamente, no cree adicción, o no tenga un efecto inocuo en el organismo y en el cerebro. Y no se saben los posibles efectos secundarios que su consumo puede producir.

Las posibles consecuencias indeseables de esta bebida de nueva creación, por la falta de control causada por los efectos de la embriaguez podrían ser: caídas, desmayos, peleas, violencia, abusos, y otros problemas.

La estimulación de los neurotransmisores que responden al placer puede realizarse con actividades placenteras, sin necesidad de consumir sustancias artificiales, ya que modifican el estado de la consciencia de un modo no natural.

Todas las campañas dirigidas a la ciudadanía por el Estado en contra del consumo de drogas van en esta dirección. Como forma también de preservar la salud de los jóvenes, y de todas las personas.

Los efectos negativos del tabaquismo y el alcoholismo son, por desgracia, muy grandes y extensos, y no deben ser prolongados con más sustancias innecesarias.

Además, la desinhibición producida por el estado de embriaguez puede tener consecuencias, y dar lugar a comportamientos de riesgo en las relaciones interpersonales. Si a esto se añade la cuestión de las enfermedades de transmisión sexual, la situación se puede complicar.

Existen muchas formas de divertirse de forma sana y sin peligro. Desde el disfrute de la música, el arte, la práctica deportiva, el cine, el teatro, actividades lúdicas o creativas, etc.

Una cosa es el placer, y otra emborracharse. No son lo mismo. Hay numerosos modos de sentir goce en la propia vida. Y ya se están consumiendo en nuestra sociedad una considerable cantidad de tranquilizantes y antidepresivos en nuestro país, según las últimas investigaciones. No hace falta añadir el Synthohol, otra sustancia más, a las existentes.

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