Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas

Inventores de ídolos

Francisco Rodríguez
martes, 12 de enero de 2016, 23:26 h (CET)
En el capítulo tercero del Génesis podemos leer el diálogo entre la mujer y el diablo que termina diciéndole que no les pasará nada por desobedecer a Dios, sino al contrario, Dios sabe muy bien que el día que comiereis del árbol prohibido se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.

Desde entonces los hombres siguen queriendo ser como dioses olvidando que no se han hecho a sí mismos sino que son criaturas porque Alguien les concedió la existencia inexorablemente limitada por la muerte.

Eliminar a Dios de nuestras vidas nos parece la única forma de ser libres, pero el vacío de Dios tenemos que rellenarlo de alguna manera y creamos los ídolos, obras de nuestras manos que no nos pueden salvar.

En cada época y lugar los hombres han dado forma a sus ídolos que rara vez han resultado indulgentes pues han sido manejados por otros hombres en su propio beneficio y han exigido desde sacrificios humanos a ciega obediencia a los dictados de sus hierofantes.

No tenemos que remontarnos a la idolatría de los antiguos paganos sino observar los ídolos de la modernidad, quizás desde la diosa Razón de los revolucionarios franceses que impusieron sus razones a golpe de guillotina, los marxistas que entronizaron la lucha de clases y el socialismo como ídolos inapelables para encarcelar a las personas en gulags o eliminarlas para hacer posible el triunfo de su revolución o qué decir de los ídolos nazis del racismo y la fuerza. Ídolos todos creados por hombres que se creyeron dioses.

En la actualidad seguimos lo mismo. Rechazamos el orden natural creado por Dios y creamos el ídolo de la ciencia como única verdad, que debemos aceptar humildemente si no queremos ser tachados de tontos. Mantener que hay verdades más allá de la ciencia no resulta aceptable por lo que, en el mejor de los casos, simplemente seremos tolerados si no alzamos demasiado la voz.

Otro ídolo al que hemos de doblegarnos es la democracia. Un simple procedimiento para resolver problemas administrativos y de gestión, como puede ser nuestra comunidad de vecinos, resulta que se convierte en la ley inapelable de la mayoría que siempre lleva razón y puede decidir sobre lo bueno y lo malo, lo justo o lo injusto, la vida y la hacienda de los ciudadanos. Si se nos ocurre invocar la ley divina, como por ejemplo en el aborto, seremos rechazados por casi todos los partidos políticos y casi todos los medios de comunicación.

Las organizaciones supranacionales como pueden ser la Comunidad Europea o la ONU, también se erigen en súper ídolos, a los que acatar y obedecer, sin otra autoridad que la que ellos mismos se atribuyen para decidir sobre cualquier cosa ya sea el control de la natalidad, el calentamiento global, la ecología, la ideología de género, etc. mientras es dudosa su eficacia en acabar con las guerras, distribuir mejor los alimentos, garantizar los derechos humanos que nos otorgó Dios, sin andar retorciéndolos e interpretándolos para que digan lo que interesa a determinados gobernantes y grupos de presión.

Seréis como dioses nos sigue diciendo el demonio y seguiremos creando ídolos que no nos pueden salvar, pero Dios sigue llamándonos y ofreciendo su misericordia si nos convertimos a Él.

Noticias relacionadas

Reacciones internacionales: entre la condena y la inacción Aunque organismos como la ONU, la International Federation of Journalists (IFJ) y el Committee to Protect Journalists (CPJ) han condenado enérgicamente los ataques contra periodistas en Gaza, la respuesta de los Estados ha sido tibia.

Un abrupto desahucio que te deja en mitad de la calle con deudas y con lo puesto. O una peligrosa travesía desde los arrabales de la marginalidad al extrarradio de la pobreza. Tal vez una violación sexual en el portal de casa, o en un confesionario católico, o en el domicilio conyugal, o en el hogar de la niñez. O un despido fulminante que te manda a la precariedad vital.

En España la muerte natural de personas de todas las edades por parada cardiorrespiratoria es la dulce fuente de vida, donada y trasplantada. En Estados Unidos la muerte de personas jóvenes por sobredosis de fentanilo es el amargo origen de donantes y trasplantes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto