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A medio siglo de nuestra ruptura,
te tengo que decir sinceramente,
y con toda la fuerza de mi mente
que aquella decisión fue gloria pura.
Abandonarte fue la eficaz cura,
que pedía mi cuerpo decadente
ante el apego tan fiel y absorbente
que me causaba atracción tan dura.
Y aunque nunca saliste de la pista,
te puedo asegurar, que al rechazarte,
quedaste eliminado de mi lista.
Tu fétido olor ya no me conquista,
por mucho que quisieras transformarte;
¡vete tabaco, lejos de mi vista!
El hombre ocupa el área ocre de la pista. La mujer, el área aceituna. El hombre, debajo de una mesa liviana. Cerca y silencioso, un enanito disfrazado de enanito de jardín. El haz del “buscador”, quieto, lo ilumina. Se enloquece. Se pasea por el área ocre. Se detiene en el hombre: Romeo, el italiano. Habrán de imaginárselo: candor.
Resulta admirable encontrarse con un libro que guarda sus raíces en la investigación académica y en la fusión de las pasiones por la tradición oral y la ilustración. La cantidad de datos, citas, reflexiones minuciosas, relatos, trazos y nombres aparecen de una manera tan acertada, que en conjunto configuran ese terreno seguro donde entregarnos confiadamente a la lectura.
En el finísimo camino del hilo casi invisible / la araña desafíala terca gravedad y la engañosa distancia, / el hierro se desgastacon el frotar de la ventana, / casi una imperceptible sinfonía endulza el ambiente / cuando el viento transitaentre las grietas de la madera, / al mismo tiempo, / dos enamorados entregan su saliva el uno al otro / como si fueran enfermos recibiendo una transfusión.
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