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-Usted nos dirá.
-Quiero comprarme un piso.
-Ese es el primer paso. Creérselo. ¿Por donde lo quiere?
-Céntrico, pero me adapto.
-Tenemos algo cerca del núcleo terrestre, pero no se lo recomiendo en verano.
-No, hablo de algo cerca de Atocha.
-Concretando, eso está bien. ¿Tiene avales?
-Soy la presidenta de la comunidad.
-Muy bien. ¿Algo más?
-Me interesaría serlo del gobierno pero antes debo de librarme de un gallego.
-Un gallego. No le va a ser cosa fácil. Pero volviendo al turrón..., ¿tiene algunos bienes que nos sirvan para el aval?
-Los 100.000 pavos anuales de mi nómina y algunos millones de mascarillas de mi hermano.
-Algo es pero no lo suficiente.
-¿No basta para un préstamo?
-¿No puede aspirar usted a alguna presidencia del banco mundial, o del G algo?
-Pensaba que con esto...
-...era suficiente. Presuponer es un grave problema de nuestro tiempo.
-Puedo recalificarles el Retiro...
-Mejor vuelva cuando lo tenga todo más atado.
-...Para áticos de lujo.
-Que no tenemos todo el día.
-¿Entonces no es posible...?
-No puedo decirle que sí porque no lo es.
-Pero esto del alquiler es una lata.
-¿Seguro que no es el gallego el que quiere librarse de usted?
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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