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Reseña literaria del poemario “Detrás de la careta”, de Erling Tórrez González

Un mundo feliz es posible: vivir la vida sin caretas

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Erling Tórrez González, docente, poeta y escritor nicaragüense, es el autor del bello poemario “Detrás de la careta”. Esta nueva obra literaria, integrante de la literatura hispanoamericana y de reciente incorporación, año 2022, ha sido publicada por la editorial peruana Ediciones Kuelap, que no descansa en su trabajo de encontrar nuevos y profundos talentos literarios de gran sensibilidad y espíritus artísticos. Por eso, “Detrás de la careta” promete ser un poemario que no defraudará al amante de las letras que lo posea.


Cubierta Detrás de la careta 2022 (2)           

Cuando pensamos en un poemario, sabemos que vamos a encontrar la exaltación de la belleza en el lenguaje y una óptica de sensibilidad con la que observar y desentrañar la cotidianidad y, sin embargo, en “Detrás de la careta” hay un paso más allá a esta maravillosa habilidad poética, pues podemos encontrar reflexiones y filosofía cosidas entre sus expresiones líricas.

            

Sus descripciones cargadas de naturaleza, colores vivos y paisajes exóticos, así como sus temáticas costumbristas y románticas con toques de misticismo y denuncia social a la urbanización, le hacen encajar perfectamente dentro del estilo clásico de la literatura hispanoamericana. Sin embargo, encontramos entre sus líneas, ecos de ese romanticismo puro y originario europeo, en ese desgarro interior que expresa a través de todos los elementos naturales y cotidianos que le rodean, así como en esa añoranza en la que habita negándose a formar parte de la realidad hostil que denuncia y creando su propio mundo dónde habitar como un literato apasionado de la libertad, la naturaleza y el amor tejido en su frontera con la fantasía y la devoción al arte.

            

Otro elemento característico del romanticismo presente en la obra de Tórrez, es la idealización de un amor que nos describe de forma nostálgica, pero resiliente, sobre todo en su segundo capítulo, «Ocaso», que a veces se le hace tangible a través de sus sueños y, en otras ocasiones, es un ente inalcanzable. Para el autor, el amor no se queda en la primavera ni es el otoño sinónimo de olvido, sino que perdura románticamente en los tiempos y estaciones, de la hermosura y dulzura que de distintas maneras experimentamos y sin poder ni querer escapar de él: “/Sentiré el alivio en tu regazo/ encanto de tu sonrisa inmaculada/vislumbrante rostro que no veo/ no es el tiempo. /Y detrás del cerrojo/ sin estopas del ayer/ huyo y estás aquí. /”.

            

Los temas que se abordan a lo largo de la obra son diversos y complejos. Sin embargo, el autor, desde un lenguaje poético desentraña la profundidad de lo esencial y sencillo, en lo que es vital para las necesidades y alimento del alma. No necesita artificios ni escenas complicadas, tampoco núcleos urbanos abarrotados de tramas complejas y entrelazadas de formas imposibles con triángulos amorosos, venganzas y tragedia. Pues una vez más, encontramos romanticismo en su individualismo sencillo y vitalista. La historia de un individuo y sus sentimientos cantados por él mismo a los árboles y las mariposas, un ser al que ama sin complicaciones y con una historia que no le interesa compartir, sin principio ni final, sólo la descripción más íntima de sus sentimientos por ella, así como una filosofía que nos regala desde su alma para hacernos despertar a los colores de la vida.

            

La filosofía se hace patente en todos los poemas y se entreteje de forma sutil con la sensibilidad observadora del autor. Nos hace patente su capacidad de viajar impreciso en el paso de las estaciones o de los días, y de encontrar reflexiones a través de los animales, formas y tamaños: “//Hay mariposas que se posan en palmeras/ y con sus alas hacen ecos vespertinos/ […]. //Y aquel misterio indescifrable/ en la carátula del sol/ empastado de estrellas sin descubrir/ con líneas cósmicas/ perdidasen alguna galaxia indómita/ […]”.

            

El poema «Estación», es el que más sobresale su capacidad de valorar los detalles efímeros: “/ los ecos que saben a sueñosinalcanzables/ de amores que se perdieron en el vacío/ sin vacilaciones y sin despedida/s como un minuto del 31 de diciembre/ […]”, en contraposición al concepto de permanencia: “// Pero, yo permanezco sentado/ inmóvil, meditabundo, no infeliz/ […]”, para hacernos reflexionar sobre la existencia de la belleza e importancia de dos conceptos que existen e inundan nuestro mundo al mismo tiempo.

            

Hay un canto a la libertad en el libro de Tórrez, que va tomando fuerza a través de sus versos, con sus palabras que tachan de destructiva a la modernidad y se atan a la sencillez de lo natural, de los colores, de las personas que “traen arco iris” para ser amigos, así como de los árboles, las rocas y el agua. Así termina su obra con el poema «A mi querido Pire», al que le desea esa vida plagada de libertad y de la nostalgia que emana durante todo el poemario de nuestro autor: “Hoy quiero/ —Pire/ que se escuchen las notas/ de los cantos del pocoyo en los cerros/ en los atardeceres de encierros/ al regreso de los potreros/ escuchar las historias de cálidas noches/ de Ceguas que lavaban en los ríos a carcajadas /testimonios de mis abuelos/ leyendas que se pintaron con barro/ […]”; mientras que al mismo tiempo expresa no desearle que le alcance el desarrollo urbanista: “//No quiero hoy/ —Pire/ que te alcance el otro desarrollo/ ni que videojuegossustituyan/ tardes de balones/ […]”.

            

Cuando “Detrás de la careta” llegó a mis manos, acaricié con mis ojos aquella portada de tonos violáceos y azules, repleta de símbolos, augurios y del misticismo de aquella careta brotada de un jardín salpicado de flores, de colores y siendo revoloteada por un par de libélulas cerúleas. Cuando he cerrado el libro, he recordado la frase con la que desde niña he definido a los libros: “Los libros son las puertas al alma de las personas”. Mi sensación al cerrar este poemario es la de haber recorrido el alma de Erling Tórrez, en sus versos, en cada página y creo que durante esas horas que me he perdido entre sus hojas, me ha quitado la máscara.


Autora de la reseña:

*Alba Reina, escritora, poeta (1995), Sevilla, Andalucía, España, con estudios en Ingeniería Biomédica, mientras realizaba sus estudios universitarios, compaginaba la escritura y la lectura como afición. Desde el año 2020 comparte sus escritos de prosa poética en redes sociales (@albareinarrr) y, en el año 2021 publica su primer poemario: “Sueños de Bohemia”, con 25 poemas de género romántico. En la actualidad tiene en proceso de edición y de forma simultánea dos novelas.

Un mundo feliz es posible: vivir la vida sin caretas

Reseña literaria del poemario “Detrás de la careta”, de Erling Tórrez González
Redacción
martes, 7 de junio de 2022, 09:42 h (CET)

Erling Tórrez González, docente, poeta y escritor nicaragüense, es el autor del bello poemario “Detrás de la careta”. Esta nueva obra literaria, integrante de la literatura hispanoamericana y de reciente incorporación, año 2022, ha sido publicada por la editorial peruana Ediciones Kuelap, que no descansa en su trabajo de encontrar nuevos y profundos talentos literarios de gran sensibilidad y espíritus artísticos. Por eso, “Detrás de la careta” promete ser un poemario que no defraudará al amante de las letras que lo posea.


Cubierta Detrás de la careta 2022 (2)           

Cuando pensamos en un poemario, sabemos que vamos a encontrar la exaltación de la belleza en el lenguaje y una óptica de sensibilidad con la que observar y desentrañar la cotidianidad y, sin embargo, en “Detrás de la careta” hay un paso más allá a esta maravillosa habilidad poética, pues podemos encontrar reflexiones y filosofía cosidas entre sus expresiones líricas.

            

Sus descripciones cargadas de naturaleza, colores vivos y paisajes exóticos, así como sus temáticas costumbristas y románticas con toques de misticismo y denuncia social a la urbanización, le hacen encajar perfectamente dentro del estilo clásico de la literatura hispanoamericana. Sin embargo, encontramos entre sus líneas, ecos de ese romanticismo puro y originario europeo, en ese desgarro interior que expresa a través de todos los elementos naturales y cotidianos que le rodean, así como en esa añoranza en la que habita negándose a formar parte de la realidad hostil que denuncia y creando su propio mundo dónde habitar como un literato apasionado de la libertad, la naturaleza y el amor tejido en su frontera con la fantasía y la devoción al arte.

            

Otro elemento característico del romanticismo presente en la obra de Tórrez, es la idealización de un amor que nos describe de forma nostálgica, pero resiliente, sobre todo en su segundo capítulo, «Ocaso», que a veces se le hace tangible a través de sus sueños y, en otras ocasiones, es un ente inalcanzable. Para el autor, el amor no se queda en la primavera ni es el otoño sinónimo de olvido, sino que perdura románticamente en los tiempos y estaciones, de la hermosura y dulzura que de distintas maneras experimentamos y sin poder ni querer escapar de él: “/Sentiré el alivio en tu regazo/ encanto de tu sonrisa inmaculada/vislumbrante rostro que no veo/ no es el tiempo. /Y detrás del cerrojo/ sin estopas del ayer/ huyo y estás aquí. /”.

            

Los temas que se abordan a lo largo de la obra son diversos y complejos. Sin embargo, el autor, desde un lenguaje poético desentraña la profundidad de lo esencial y sencillo, en lo que es vital para las necesidades y alimento del alma. No necesita artificios ni escenas complicadas, tampoco núcleos urbanos abarrotados de tramas complejas y entrelazadas de formas imposibles con triángulos amorosos, venganzas y tragedia. Pues una vez más, encontramos romanticismo en su individualismo sencillo y vitalista. La historia de un individuo y sus sentimientos cantados por él mismo a los árboles y las mariposas, un ser al que ama sin complicaciones y con una historia que no le interesa compartir, sin principio ni final, sólo la descripción más íntima de sus sentimientos por ella, así como una filosofía que nos regala desde su alma para hacernos despertar a los colores de la vida.

            

La filosofía se hace patente en todos los poemas y se entreteje de forma sutil con la sensibilidad observadora del autor. Nos hace patente su capacidad de viajar impreciso en el paso de las estaciones o de los días, y de encontrar reflexiones a través de los animales, formas y tamaños: “//Hay mariposas que se posan en palmeras/ y con sus alas hacen ecos vespertinos/ […]. //Y aquel misterio indescifrable/ en la carátula del sol/ empastado de estrellas sin descubrir/ con líneas cósmicas/ perdidasen alguna galaxia indómita/ […]”.

            

El poema «Estación», es el que más sobresale su capacidad de valorar los detalles efímeros: “/ los ecos que saben a sueñosinalcanzables/ de amores que se perdieron en el vacío/ sin vacilaciones y sin despedida/s como un minuto del 31 de diciembre/ […]”, en contraposición al concepto de permanencia: “// Pero, yo permanezco sentado/ inmóvil, meditabundo, no infeliz/ […]”, para hacernos reflexionar sobre la existencia de la belleza e importancia de dos conceptos que existen e inundan nuestro mundo al mismo tiempo.

            

Hay un canto a la libertad en el libro de Tórrez, que va tomando fuerza a través de sus versos, con sus palabras que tachan de destructiva a la modernidad y se atan a la sencillez de lo natural, de los colores, de las personas que “traen arco iris” para ser amigos, así como de los árboles, las rocas y el agua. Así termina su obra con el poema «A mi querido Pire», al que le desea esa vida plagada de libertad y de la nostalgia que emana durante todo el poemario de nuestro autor: “Hoy quiero/ —Pire/ que se escuchen las notas/ de los cantos del pocoyo en los cerros/ en los atardeceres de encierros/ al regreso de los potreros/ escuchar las historias de cálidas noches/ de Ceguas que lavaban en los ríos a carcajadas /testimonios de mis abuelos/ leyendas que se pintaron con barro/ […]”; mientras que al mismo tiempo expresa no desearle que le alcance el desarrollo urbanista: “//No quiero hoy/ —Pire/ que te alcance el otro desarrollo/ ni que videojuegossustituyan/ tardes de balones/ […]”.

            

Cuando “Detrás de la careta” llegó a mis manos, acaricié con mis ojos aquella portada de tonos violáceos y azules, repleta de símbolos, augurios y del misticismo de aquella careta brotada de un jardín salpicado de flores, de colores y siendo revoloteada por un par de libélulas cerúleas. Cuando he cerrado el libro, he recordado la frase con la que desde niña he definido a los libros: “Los libros son las puertas al alma de las personas”. Mi sensación al cerrar este poemario es la de haber recorrido el alma de Erling Tórrez, en sus versos, en cada página y creo que durante esas horas que me he perdido entre sus hojas, me ha quitado la máscara.


Autora de la reseña:

*Alba Reina, escritora, poeta (1995), Sevilla, Andalucía, España, con estudios en Ingeniería Biomédica, mientras realizaba sus estudios universitarios, compaginaba la escritura y la lectura como afición. Desde el año 2020 comparte sus escritos de prosa poética en redes sociales (@albareinarrr) y, en el año 2021 publica su primer poemario: “Sueños de Bohemia”, con 25 poemas de género romántico. En la actualidad tiene en proceso de edición y de forma simultánea dos novelas.

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