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Etiquetas | Julio Cortázar | Escritor | Barrios | Buenos Aires | Argentina
Un barrio de rayuelas, cuentos y gatos en Buenos Aires

​El barrio de Cortázar

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Barrio Cortazar

Al barrio Rawson se lo conoce como el “barrio de Cortázar”, donde vivió el célebre escritor desde 1934 hasta 1951.


Uno de los grandes autores en castellano del siglo XX, Julio Cortázar, hijo de padres argentinos, nació en Bélgica el 16 de agosto de 1914. Su padre trabajaba para la embajada argentina en aquel país. Cortázar creció en Argentina y estudió Letras y luego Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, aunque no llegó a terminar sus estudios, trabajando de forma esporádica como profesor de literatura y llegando a ejercer la docencia como profesor. Como escritor, es reconocido por su maestría del lenguaje y su dominio del relato, siempre en el borde entre lo fantástico y lo real. Su mayor éxito llegó en 1963 con la publicación de su obra más conocida, Rayuela, que le valió el reconocimiento internacional y fue incluido dentro del movimiento llamado el “boom latinoamericano”.


El departamento del tercer piso ubicado en la calle Artigas 3246 fue el último lugar porteño donde vivió Julio Cortázar, quien pasó parte de su juventud, entre los años 1934 y 1951. Una placa ubicada en la puerta de entrada al edificio así lo afirma: “En este edificio vivió Julio Cortázar (1914-1984) / El clima del barrio Rawson y Agronomía está presente en varios de sus cuentos”.


Cortázar daba clases en colegios secundarios en Bolívar y Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires y visitaba el barrio los fines de semana, cuando venía a ver a su madre y su hermana Memé. El barrio Rawson, ubicado dentro del barrio porteño de Agronomía, está cercado por las calles Tinogasta, Zamudio y la Avenida San Martín. En homenaje al escritor, donde antes se encontraba la calle Espinosa, hoy se encuentra la calle Julio Cortázar. En las obras de Cortázar podemos encontrar diversas referencias al barrio, lo que confirma que fue un espacio creativo para el escritor. Por ejemplo, nació allí unos de sus cuentos más famosos, “Casa Tomada”, publicado en el periódico literario Los Anales de Buenos Aires, que dirigía otro gran hombre de las letras, el argentino Jorge Luis Borges.


Lejos del bullicio urbano y las torres modernas de la ciudad, el barrio Rawson nos sumerge en un ambiente tranquilo y relajado. Las viviendas son de dos o tres pisos y todas diferentes entre sí. Los árboles del barrio, que no son pocos, crean la sensación de estar en un oasis en la ciudad.


Los vecinos conversan entre sí y los gatos circulan por las calles desiertas, formando una típica escena cotidiana que muchos conocemos pero que tenemos olvidado: un barrio. Curiosamente, Cortázar era amante de los gatos y los llamaba “los guardianes de la vereda”. Al caminar por sus calles, donde los ruidos de la ciudad desaparecen, pareciera ser que estamos en un lugar donde el tiempo se detuvo, como si nos encontráramos sumergidos en uno de los relatos de Cortázar.


Precisamente, la tranquilidad del barrio inspiró a Cortázar a incursionar en la trompeta. Los vecinos coinciden en que poco ha cambiado en el barrio desde que vivió Cortázar y valoran la atmósfera tranquila que aún perdura y caracteriza al barrio Rawson.


A tan solo media cuadra del barrio se encuentra la facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. En esas manzanas cruzadas por calles curvas, conviven 104 casas individuales de dos plantas, con nueve edificios de departamentos de tres pisos distribuidos dentro de un parque. Los orígenes del barrio se remontan al año 1934, cuando la Comisión Nacional de Casas Baratas (CNCN), una institución pública que funcionó a principios del siglo XX – creó un conjunto de viviendas y hogares con fondos provenientes en parte del presupuesto nacional y de las carreras de todos los jueves del Hipódromo de la Ciudad de Buenos Aires. A este conjunto de viviendas se lo denominó “Barrio Rawson”, el cual fue inaugurado oficialmente en febrero de 1934.


Según el singular proyecto, al principio las propiedades se otorgaban con un pago mensual que podía ser de alquiler o de cuota de venta. Si una familia no quería continuar en la vivienda, pagaba simplemente un alquiler. Si, en cambio, quería llegar a la posesión total del inmueble, debía pagar mensualmente una cuota. Una de las condiciones del proyecto señalaba la imposibilidad de realizar reformas. El pintoresco barrio lleva el nombre del distinguido legislador Guillermo Rawson, ministro de Mitre y médico higienista fundador de la Cruz Roja Argentina.


Barrio Cortazar 2

En la obra de Cortázar encontramos algunas referencias de la zona donde se inspiró para sus relatos:

“A las dos, cuando la ola de los empleados termina de romper en los umbrales de tanta casa, Villa del Parque se pone desierta y luminosa. Por Tinogasta y Zamudio bajó Clara taconeando distintamente, saboreando un sol de noviembre roto por islas de sombra que le tiraban a su paso los árboles de Agronomía. En la esquina de Avenida San Martín y Nogoyá, mientras esperaba el ómnibus 168, oyó una batalla de gorriones sobre su cabeza, y la torre florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes, alto hasta dar vértigo (…)” “Ómnibus”, Bestiario (1951).


Otro de los lugares que evoca a Cortázar en el barrio es el bar Rayuela, ubicado en la calle Artigas 3199. La esquina nos recuerda a las típicas confiterías parisinas, rodeada de árboles y los aromas de las flores. Es una excelente opción para relajarse y recuperar energía luego de recorrer el barrio de Cortázar y uno de los secretos mejor guardados de Buenos Aires: el barrio Rawson. 

​El barrio de Cortázar

Un barrio de rayuelas, cuentos y gatos en Buenos Aires
Bruno Sabella
viernes, 20 de mayo de 2022, 09:39 h (CET)

Barrio Cortazar

Al barrio Rawson se lo conoce como el “barrio de Cortázar”, donde vivió el célebre escritor desde 1934 hasta 1951.


Uno de los grandes autores en castellano del siglo XX, Julio Cortázar, hijo de padres argentinos, nació en Bélgica el 16 de agosto de 1914. Su padre trabajaba para la embajada argentina en aquel país. Cortázar creció en Argentina y estudió Letras y luego Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, aunque no llegó a terminar sus estudios, trabajando de forma esporádica como profesor de literatura y llegando a ejercer la docencia como profesor. Como escritor, es reconocido por su maestría del lenguaje y su dominio del relato, siempre en el borde entre lo fantástico y lo real. Su mayor éxito llegó en 1963 con la publicación de su obra más conocida, Rayuela, que le valió el reconocimiento internacional y fue incluido dentro del movimiento llamado el “boom latinoamericano”.


El departamento del tercer piso ubicado en la calle Artigas 3246 fue el último lugar porteño donde vivió Julio Cortázar, quien pasó parte de su juventud, entre los años 1934 y 1951. Una placa ubicada en la puerta de entrada al edificio así lo afirma: “En este edificio vivió Julio Cortázar (1914-1984) / El clima del barrio Rawson y Agronomía está presente en varios de sus cuentos”.


Cortázar daba clases en colegios secundarios en Bolívar y Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires y visitaba el barrio los fines de semana, cuando venía a ver a su madre y su hermana Memé. El barrio Rawson, ubicado dentro del barrio porteño de Agronomía, está cercado por las calles Tinogasta, Zamudio y la Avenida San Martín. En homenaje al escritor, donde antes se encontraba la calle Espinosa, hoy se encuentra la calle Julio Cortázar. En las obras de Cortázar podemos encontrar diversas referencias al barrio, lo que confirma que fue un espacio creativo para el escritor. Por ejemplo, nació allí unos de sus cuentos más famosos, “Casa Tomada”, publicado en el periódico literario Los Anales de Buenos Aires, que dirigía otro gran hombre de las letras, el argentino Jorge Luis Borges.


Lejos del bullicio urbano y las torres modernas de la ciudad, el barrio Rawson nos sumerge en un ambiente tranquilo y relajado. Las viviendas son de dos o tres pisos y todas diferentes entre sí. Los árboles del barrio, que no son pocos, crean la sensación de estar en un oasis en la ciudad.


Los vecinos conversan entre sí y los gatos circulan por las calles desiertas, formando una típica escena cotidiana que muchos conocemos pero que tenemos olvidado: un barrio. Curiosamente, Cortázar era amante de los gatos y los llamaba “los guardianes de la vereda”. Al caminar por sus calles, donde los ruidos de la ciudad desaparecen, pareciera ser que estamos en un lugar donde el tiempo se detuvo, como si nos encontráramos sumergidos en uno de los relatos de Cortázar.


Precisamente, la tranquilidad del barrio inspiró a Cortázar a incursionar en la trompeta. Los vecinos coinciden en que poco ha cambiado en el barrio desde que vivió Cortázar y valoran la atmósfera tranquila que aún perdura y caracteriza al barrio Rawson.


A tan solo media cuadra del barrio se encuentra la facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. En esas manzanas cruzadas por calles curvas, conviven 104 casas individuales de dos plantas, con nueve edificios de departamentos de tres pisos distribuidos dentro de un parque. Los orígenes del barrio se remontan al año 1934, cuando la Comisión Nacional de Casas Baratas (CNCN), una institución pública que funcionó a principios del siglo XX – creó un conjunto de viviendas y hogares con fondos provenientes en parte del presupuesto nacional y de las carreras de todos los jueves del Hipódromo de la Ciudad de Buenos Aires. A este conjunto de viviendas se lo denominó “Barrio Rawson”, el cual fue inaugurado oficialmente en febrero de 1934.


Según el singular proyecto, al principio las propiedades se otorgaban con un pago mensual que podía ser de alquiler o de cuota de venta. Si una familia no quería continuar en la vivienda, pagaba simplemente un alquiler. Si, en cambio, quería llegar a la posesión total del inmueble, debía pagar mensualmente una cuota. Una de las condiciones del proyecto señalaba la imposibilidad de realizar reformas. El pintoresco barrio lleva el nombre del distinguido legislador Guillermo Rawson, ministro de Mitre y médico higienista fundador de la Cruz Roja Argentina.


Barrio Cortazar 2

En la obra de Cortázar encontramos algunas referencias de la zona donde se inspiró para sus relatos:

“A las dos, cuando la ola de los empleados termina de romper en los umbrales de tanta casa, Villa del Parque se pone desierta y luminosa. Por Tinogasta y Zamudio bajó Clara taconeando distintamente, saboreando un sol de noviembre roto por islas de sombra que le tiraban a su paso los árboles de Agronomía. En la esquina de Avenida San Martín y Nogoyá, mientras esperaba el ómnibus 168, oyó una batalla de gorriones sobre su cabeza, y la torre florentina de San Juan María Vianney le pareció más roja contra el cielo sin nubes, alto hasta dar vértigo (…)” “Ómnibus”, Bestiario (1951).


Otro de los lugares que evoca a Cortázar en el barrio es el bar Rayuela, ubicado en la calle Artigas 3199. La esquina nos recuerda a las típicas confiterías parisinas, rodeada de árboles y los aromas de las flores. Es una excelente opción para relajarse y recuperar energía luego de recorrer el barrio de Cortázar y uno de los secretos mejor guardados de Buenos Aires: el barrio Rawson. 

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