Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cartas a un ex guerrillero

Vana palabrería

Sor Clara Tricio
Sor Clara Tricio
lunes, 6 de octubre de 2008, 10:55 h (CET)
Querido Efraín: Hemos de desear siempre la vida dichosa y eterna que nos dará nuestro Dios y Señor, y así estaremos siempre orando. Pero, con el objeto de mantener vivo este deseo debemos, en ciertos momentos, apartar nuestra mente de las preocupaciones y quehaceres que nos distraen de él, y predicarnos a nosotros mismos con la oración vocal, no fuese caso que si nuestro deseo empezó a entibiarse llegara a quedar totalmente frío y, al no renovar con frecuencia el fervor, acabara por extinguirse del todo.

Por eso, cuando dice el Apóstol: “Vuestras peticiones sean presentadas a Dios”, no hay que entender estas palabras como si se tratara de descubrir a Dios nuestras necesidades, pues él continuamente las conoce, aun antes de que se las formulemos; estas palabras significan, más bien, que debemos descubrir nuestras peticiones a nosotros mismos en presencia de Dios, perseverando en la oración, sin mostrarlas ante los hombres para gloriarnos en vano de nuestras plegarias, pues de todo hay quien presume.

Si esto es así, aunque en el cumplimiento de nuestros deberes, hemos de orar siempre con el deseo; no puede considerarse inútil y vituperable el entregarse largamente a la oración, siempre y cuando no nos lo impidan otras obligaciones buenas y necesarias. Ni hay que decir, como algunos piensan, que orar largamente sea lo mismo que orar con vana palabrería. Una cosa son las muchas palabras y otra cosa el efecto perseverante y continuado. Pues del mismo Señor Jesucristo está escrito que pasaba “toda la noche en oración” y que oró largamente, con lo cual, ¿qué hizo sino darnos ejemplo, al orar en el tiempo, aquel mismo que, con el Padre, oye nuestra oración en la eternidad?

Se cuenta que los monjes en Egipto hacen frecuentes oraciones, pero muy cortas, a manera de jaculatorias brevísimas, para que así la atención, que es tan sumamente necesaria en la oración, se mantenga vigilante y despierta y no se fatigue ni se embote con la prolijidad de las palabras. Con esto nos enseñan claramente que así como no hay que forzar la atención cuando no logra mantenerse despierta, así tampoco hay que interrumpirla cuando se puede continuar orando.

Lejos, pues, de nosotros la oración con vana palabrería; pero, que no falte la oración prolongada mientras persevere ferviente la atención: Hablar mucho en la oración es como tratar un asunto necesario y urgente con palabras superfluas. Orar, en cambio, prolongadamente es llamar con corazón perseverante y lleno de afecto a la puerta de aquel que nos escucha. Con frecuencia, la finalidad de la oración se logra más con lágrimas y llantos, con profundos sentimientos, que con palabras y expresiones verbales. Porque el Señor recoge nuestras lágrimas y a él no se le ocultan nuestros gemidos, pues todo lo creó por medio de aquel que es su Palabra, y no necesita las palabras humanas.

Os envío los mejores deseos, y con la esperanza de que sigáis todos bien, recibir un cariñoso saludo, CTA

Noticias relacionadas

'In illo tempore', lo de dedicarse a la política estaba reservado a la elite, en interés de la comunidad, y se decía que era una vocación; término que sonaba bien para el auditorio de incautos de la época. Tras los cambios, y ya en un plano más realista, pasó a ser una profesión remunerada como cualquier otra dentro del panorama social, para no solo sobrevivir sino llevar la mejor vida posible.

Tenemos un presidente que miente hasta al médico; es de una condición y no hay quién le cambie. «No miento, es un cambio de opinión», ha llegado a decir. Ni siquiera se da cuenta de que miente en todo y a todos, como lleva años haciendo con Carles Puigdemont. Mintió al juez cuando acudió como testigo y miente a los españoles cada vez que improvisa una rueda de prensa.

Las clases dominantes de los países de la Unión Europea han dado un gravísimo paso en su entrega, económica, política y militar, a la superpotencia estadounidense y a sus inaceptables exigencias para que financiemos sus esfuerzos para tratar de retrasar su ocaso imperial.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto