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Día Uno de Mayo,
de grandes contrastes,
por ser del Trabajo
también de las Madres.
De un trabajo digno,
que -a todos- alcance;
y de un gran recuerdo
para nuestras madres.
Desgraciadamente,
hoy también nos trae,
los ecos nefastos
de una guerra infame.
Que, desde las Rusias,
alienta un cobarde,
ebrio de poder
y con mala sangre.
Y aquí en nuestra España
un gobierno infame,
que pacta con gentes
de sucio pelaje.
Ojalá otro mayo,
traiga nuevos aires:
que reine la paz
y echen al tal Sánchez.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
El hombre ocupa el área ocre de la pista. La mujer, el área aceituna. El hombre, debajo de una mesa liviana. Cerca y silencioso, un enanito disfrazado de enanito de jardín. El haz del “buscador”, quieto, lo ilumina. Se enloquece. Se pasea por el área ocre. Se detiene en el hombre: Romeo, el italiano. Habrán de imaginárselo: candor.
Resulta admirable encontrarse con un libro que guarda sus raíces en la investigación académica y en la fusión de las pasiones por la tradición oral y la ilustración. La cantidad de datos, citas, reflexiones minuciosas, relatos, trazos y nombres aparecen de una manera tan acertada, que en conjunto configuran ese terreno seguro donde entregarnos confiadamente a la lectura.
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