Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Juramento | Legislación | Estado de Derecho | Constitución

El perjurio consentido

Cuando uno sube al carro del poder, debe coger las riendas y conducir con responsabilidad colectiva
Ángel Alonso Pachón
sábado, 18 de diciembre de 2021, 12:22 h (CET)

El sentido social y moral del juramento ha sido siempre el eje del funcionamiento justo y fiable de un ESTADO de DERECHO. No ser consecuente con el JURAMENTO es poner piedras en el camino e imposibilitar el recto funcionamiento de los Estamentos Sociales. Una sociedad y un Estado que consienten convertir en BALADÍ el JURAMENTO social, comienzan a CAVAR SU PROPIA TUMBA.


En España, últimamente, son los Legisladores los que están repartiendo picos y palas a todas aquellas personas que, más que JURAR defender la CONSTITUCIÓN se JURAMENTAN para DESTRUIRLA.

La responsabilidad... (¿?)

El PRESIDENTE... ¿Cómplice?
La MESA DEL CONGRESO... ¿Cómplice cobarde o dependiente?

¿Se aplica la misma magnanimidad a todos los ciudadanos?... NO.

¿Se exige responsabilidad a todos los POLÍTICOS, FUNCIONARIOS o CONTRATADOS?... NO.

¿Qué JURAMENTO llevaron a cabo el PRESIDENTE DEL GOBIERNO y los MINISTROS en su toma de posesión?

¿Quién es responsable de los VARIOPINTOS FORMULISMOS que CONGRESISTAS y SENADORES han utilizado en sus tomas de escaños?


No sólo somos lo que pensamos, sino, sobre todo, lo que decidimos libremente.

Socialmente, las buenas intenciones no bastan… Como decía San Agustín:

“En las cosas necesarias, la UNIDAD.

En las dudosas, la LIBERTAD

y en todas, la CARIDAD”.


Y yo, pobre de mí, añadiría:

“Cuando uno sube al carro del poder, debe coger las RIENDAS y CONDUCIR con RESPONSABILIDAD colectiva”.

Noticias relacionadas

Estamos entrando en tiempos en los que la palabra paz se pronuncia con más facilidad que se practica. No faltan quienes, antes de llegar al poder, aseguran que no iniciarán nuevas guerras, que pondrán fin a las ya existentes, que tenderán puentes en lugar de cavar trincheras. Promesas que, una vez alcanzadas las altas esferas, se diluyen entre intereses y el deseo, a menudo mal disimulado, de dejar una huella de fuerza en el tablero internacional.

Oímos hablar en los medios de los aforamientos y de sus beneficiados, los aforados. Pero con frecuencia nos liamos la manta a la cabeza y creemos que solo son aforados los políticos, o que ningún aforado puede ser juzgado. Con lo que bien está que sean aclaradas ciertas cosas básicas sobre tan esencial asunto.

El 23 de junio de 1936, un documento oficial norteamericano revela la inquietud que embarga a los delegados de Estados Unidos para lograr un acuerdo territorial relacionado con el Chaco, a un año de haberse logrado el cese de hostilidades entre Paraguay y Bolivia.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto