” Con la superposición de cristales, que pueden variar de 14 a 21 láminas las obras de Xia Xiaowan logran tener un efecto tridimensional”
De nuevo nos encontramos ante un ejemplo claro de búsqueda de nuevas formas de representación de una realidad dominada por la imagen bidimensional electrónica que ha superado con creces la idealista y romántica pintura que conocemos. Hoy en día, y consecuencia de la natural evolución del modo (en este caso pintura, aunque podría extenderse a cualquier otro modo de representación) los artistas intentan (como ya lo hicieron tantos otros) la reflejar y representar la realidad que nos rodea pero que se limita a las dos dimensiones.
En este escenario se posiciona Xia Xiaowan, uno de los grandes nombres de la pintura en China dentro del movimiento chino conocido como Realismo Chino, siendo uno de sus representantes más legítimos.
Xia Xiaowan investiga y se pregunta sobre la propia esencia de la pintura así como del proceso de creación y de nuestra conservación de la realidad. Su meta ha sido explorar, por medio de puntos de vista ampliados y difractados, una nueva y verdadera visión que va más allá de los principios de la física. Así a través de la superposición de materiales, tecnologías y técnicas ha creado un nuevo realismo. Y con la superposición de cristales, que pueden variar de 14 a 21 láminas las obras de Xia Xiaowan logran tener un efecto tridimensional. Evitando la simple superficie de la pintura convencional, al artista concede a sus trabajos nociones de profundidad, espacio y luz, sin recurso de la perspectiva; y con sus pinceladas movidas y casi borrosas, Xia rescata la memoria de otras épocas.
El artista se ocupa no sólo de temas materiales sino también espirituales, poniendo en evidencia referencias metafóricas de la filosofía tradicional china, como la idea de que las fuerzas estén en conflicto permanente en la naturaleza cíclica del mundo y de la existencia. Cuando el artista pinta paisajes idílicos, que ya tienen poca cabida en el paisaje Chino actual, se cuestiona un tiempo pasado, con características que poco a poco empiezan a ser olvidadas por los ciudadanos de las grandes ciudades. Con sus pinceladas movidas y casi borrosas, Xia recata la memoria de otras épocas, trayendo imágenes de una China bucólica, que ya no aparece más en el paisaje contemporáneo, cada día más urbano.
Xia Xiaowan.
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