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Entrevista a Silvia Navarro

"Somos unas afortunadas por jugar balonmano a un nivel tan alto"

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Silvia Navarro Giménez (Valencia, 1979) se formó en la cantera del antiguo Mar Valencia Osito L’Eliana, dirigido por Cristina Mayo, con el que consiguió proclamarse campeona de la Champions en 1997, contando tan solo 17 años de edad. También perteneció a otros clubes valencianos como el Ferrobús Mislata, Marítim Villegas y C. Bm. Sagunt hasta que fichó por el Itxaco Navarra, donde jugó por espacio de seis temporadas. Más tarde probó la experiencia extranjera, enrolándose durante un año en el equipo rumano Olchim Valcea. En la actualidad, forma parte del Rocasa ACE de Canarias. Silvia posee un palmarés envidiable como jugadora de club: 7 ligas de España y 1 en Rumanía; 7 Copas de la Reina; 3 Supercopas; 1 Copa de Europa y 2 Copas EHF. Como portera de la Selección Española, con 123 internacionalidades en su haber, ha conseguido la medalla de bronce en los JJ. OO. de Londres de 2012 y en el Mundial de Brasil 2011 y la de plata en el Campeonato de Europa de 2014.

Desde hace años, Silvia Navarro es la portera de la Selección Española de Balonmano. La valenciana, que actualmente juega en el Rocasa ACE, atesora un palmarés extraordinario, cuyo último título conseguido fue la Copa de la Reina 2014-2015, conquistada el pasado mes de febrero en el Pabellón Ciutat de Castelló. Ante el arranque de la temporada en la División de Honor Femenina, Liga Loterías, y también ante los próximos compromisos de la Selección Española, cuya cita más importante, aunque no la única, es el Campeonato del Mundo, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Dinamarca, tuve la oportunidad de conversar con Silvia sobre su trayectoria balonmanística.

Silvia, ¿cómo te iniciaste en el balonmano?
Me inicié en el colegio Comunitat Valenciana del barrio de Campanar, un centro escolar al que llegó el balonmano como una oferta más del deporte municipal. Mi madre me apuntó para jugar y así comenzó todo.

¿Por qué escogiste este deporte y no otro?
La verdad es que me gustó desde el primer momento y siento que me llena realmente, aunque tengo que reconocer que me encantan todos los deportes y que también soy muy futbolera. Esta atracción mía por el deporte me la inculcaron mi padre y mi abuelo Manolo.

Para llegar a tu status actual has tenido que trabajar mucho y muy duro, de todas las facetas que componen la vida de una balonmanista, ¿cuál es la que más sacrificio te ha exigido?
Sí que fue muy costoso llegar a donde he llegado y sin la ayuda de mi madre no hubiera sido posible, ya que no solo fui yo quien perdió fines de semana, meses y años, porque ella sacrificó su tiempo y se dejó la vida en llevarme a todos los sitios a los que tenía que acudir. Como no disponía de fines de semana libres, forjé amigos en el balonmano, amigos que llevaban la misma existencia que yo. Fue mi forma de relacionarme con los demás.

¿Qué peculiaridades reúne la portería para que te atrajese especialmente?
Desde el primer momento la portería me encantó. Me dieron a elegir y entre los “tres palitos” me sentía segura. La portería es un puesto solitario, pero es gratificante defenderla. Me gusta mucho ver en primera fila la defensa y el ataque de mi equipo.

Dicen que los porteros y porteras de balonmano están algo «tocados del ala», ¿hay que ser un poco inconsciente para ponerse debajo de los tres palos o basta con ser valiente, que no es poco?
Eso dicen, pero yo creo que es más una leyenda que otra cosa [risas]. Y valientes son mis compañeras que reciben un codazo tras otro durante los sesenta minutos del partido. Eso sí que es digno de admirar.

¿Qué entrenador o entrenadora influyó más en tu carrera?
Sagrario Santana y Svetlana Bogdanova fueron las que me perfeccionaron, las que estuvieron, minuto a minuto, corrigiéndome la posición de los brazos y la orientación. Cristina Mayo me dio la oportunidad de pertenecer a un club grande y me hizo fortalecer las piernas muchísimo y Manuel Etayo organizó mi puesta a punto para estar en las mejores condiciones posibles. En el apartado selección, Jorge Dueñas confió en mí y me hizo darme cuenta de que somos unas privilegiadas. Con él y mis compañeras he vivido los mejores éxitos de mi carrera deportiva y he de agradecerle muchas cosas.

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A propósito de Cristina Mayo, en una ocasión dijo de ti que «nunca serías portera de elite porque eras muy bajita». Recientemente, en una entrevista ha reconocido que se equivocó en su vaticinio, vistas esas palabras con la perspectiva del tiempo transcurrido ¿qué piensas?
Cristina Mayo es una "jefa" en el balonmano femenino, sabe muchísimo y es capaz de sacar partido de cualquier jugadora. A mí no me lo puso fácil, pero como he dicho antes, he de agradecerle que insistiese mucho en que fortaleciese mis piernas. No le guardo ningún rencor en absoluto, al contrario, me ofreció la posibilidad de ser campeona de Europa al ganar la Champions y de formar parte de un equipo de ensueño. Debutar en la División de Honor y conseguir la Champions fueron experiencias de las que guardo un recuerdo buenísimo.

A tu juicio, ¿cuáles son tus características más importantes como portera?
Mido 1,69, la altura mínima para ser portera, y por ese motivo soy una jugadora antropométricamente inusual. Como yo digo [risas] pertenezco más bien al “país de los bajitos” y quizá la insistencia de Cristina Mayo hizo que mis características más importantes como portera sean la rapidez y los reflejos.

Fuiste jugadora de la Selección Autonómica de la Comunidad Valenciana e incluso conseguiste proclamarte campeona de España con ella, ¿es importante para la formación de una jugadora formar parte de estas selecciones?
Acudir a las convocatorias de las selecciones autonómicas significa una recompensa al trabajo que realizas en tu club. Es un premio y lo has de vivir como tal. Allí compartes con otras compañeras la posibilidad de defender a tu comunidad, conoces más entrenadores y otras formas de juego. Todo eso es importantísimo.

Tras jugar en varios clubs nacionales, la situación económica de nuestro país te obligó a emigrar para jugar en Rumanía, ¿cómo fue esa experiencia?
Pues hubo de todo un poco, buenos y malos momentos. Partir de tu país hacia otro distinto siempre es difícil, se hace cuesta arriba porque estás más lejos de tu familia, de tu pareja y de tu gente. Pero recomiendo esa experiencia, porque te permite crecer como persona y como jugadora, sin olvidar que conoces otra liga, otro estilo de juego, una sistemática diferente y nuevas compañeras.

¿Se trabaja el balonmano en Rumanía de un modo muy diferente a como lo hacemos en nuestro país?
Es muy parecido. En la liga había menos equipos, pero tres eran muy potentes y con ellos te jugabas las primeras plazas.

¿Este goteo de jugadoras hispanas hacia el extranjero crees que durará mucho tiempo?
Espero y deseo que no y que todas, poquito a poco, vayan regresando a España, aunque la cosa va muy lenta y, por el momento, creo que la gente aguantará fuera mientras que en nuestro país no exista una mayor estabilidad, que al final es lo que busca todo el mundo.

De Rumanía regresaste al Rocasa de Canarias y la experiencia no va mal. El año pasado conquistasteis la Copa de la Reina y peleasteis por la liga hasta el final, ¿qué objetivos os habéis trazado como equipo con vistas a la próxima temporada?
Aquí en Canarias me encuentro estupendamente, el trato es maravilloso y mis compañeras son fenomenales. Hay un buen bloque que, al final, es lo que prima en los éxitos deportivos. Este año aspiramos a todo e intentaremos luchar hasta el último momento por los títulos y, aunque somos conscientes de que es algo muy complicado, no nos vamos a rendir jamás.

¿Cómo es el día a día de una jugadora de balonmano valenciana en Canarias?
La verdad es que el clima acompaña mucho. Como bien sabes yo soy de playa y, aunque no demasiado, me queda algo de tiempo libre para mí, lo saco de donde haga falta para estar con los míos. Después de los entrenes y de los partidos tenemos otra vida, que es importantísima.

Cambiamos de tercio. Un buen día alguien te llevó a la selección española, ¿quién fue? Fue Luis Carlos Torrescusa, junto con su segundo que no es otro que el actual seleccionador Jorge Dueñas.
Durante unos instantes recuerda el momento en que te convocaron, ¿qué sensación tuviste? No me lo creía, pensaba que había sido una equivocación ya que era muy joven. No pensé que se fueran a fijar en mí.

¿Se siente mucha responsabilidad al ser la portera titular de la selección española o esa responsabilidad es compartida?
Bueno, creo que la titularidad no es fija, depende del estado de forma de la jugadora. Yo, cuando soy llamada a la selección, intento darlo todo en la pista y los entrenamientos. Pienso que responsabilidad no es la palabra adecuada, más bien somos unas “privilegiadas” y, como tales, hemos de disfrutar con lo que hacemos, porque somos muy afortunadas por jugar balonmano a ese nivel tan alto.

Posees un currículum impresionante como jugadora de club, los títulos se suceden en tu historial. Analiza por un momento tu trayectoria desde que comenzaste, ¿has llegado a dónde soñabas?
Sigo pensando que esto es un sueño. Me paro a recordar el pasado y aún veo a esa niña que jugaba en el patio del colegio con un balón, una lata o cualquier otra cosa que pudiera golpear con el pie o la mano. He tenido muchísima suerte en los logros deportivos y cada día doy gracias por todo lo que me ha sucedido en esta vida.

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No es menos impresionante tu palmarés con la selección en la que has sobrepasado de largo las cien internacionalidades y has conquistado medallas tanto en los JJ.OO. como en los campeonatos de Europa y Mundiales. De todos estos galardones, ¿con cuál te quedas?
En todas las finales que se juegan quieres alcanzar el oro, pero aún no se ha dado el caso. Es algo que tengo clavado y muy presente, ojalá que pueda cambiar esta situación. Subir al pódium y recibir la medalla de oro sería un sueño hecho realidad, un sueño muy difícil de alcanzar, soy consciente de ello, pero soñar es gratuito.

Participaste en la Olimpiada de Londres de 2012, ¿qué significa para una jugadora de balonmano jugar una olimpiada?
Es la experiencia que siempre quieres vivir, la que deseas, es impresionante. Estar allí junto a tantos deportistas conocidos es otro sueño.

En diciembre jugáis un nuevo Campeonato del Mundo, ¿qué perspectivas le auguras a la selección nacional? Esperamos y deseamos que sean buenas, ojalá hagamos un buen papel, que desemboque en el pase a la Olimpiada de Río de Janeiro.

Una curiosidad: de todas las jugadoras que has tenido enfrente, ¿cuál es la que más respeto te ha causado?
Hay unas cuantas: Anita Gorbitz, Katerina Bulatovic….

¿Define brevemente a Jorge Dueñas como seleccionador?
Jorge es un entrenador excepcional y una persona maravillosa. Confía en nosotras, nos apoya, nos escucha y nos facilita la labor para afrontar los partidos y los entrenamientos. Es muy sabio.

La última pregunta por hoy: ¿te ves tú en ese rol de entrenadora en el futuro?
Puffff... Si te soy sincera la verdad es que no me veo, pero nunca se puede decir de este agua no beberé. Quizá pueda ayudar a porteros o porteras pero, como te digo, por el momento no me veo. Hay gente mejor cualificada que yo.

"Somos unas afortunadas por jugar balonmano a un nivel tan alto"

Entrevista a Silvia Navarro
Herme Cerezo
martes, 29 de septiembre de 2015, 15:35 h (CET)



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Silvia Navarro Giménez (Valencia, 1979) se formó en la cantera del antiguo Mar Valencia Osito L’Eliana, dirigido por Cristina Mayo, con el que consiguió proclamarse campeona de la Champions en 1997, contando tan solo 17 años de edad. También perteneció a otros clubes valencianos como el Ferrobús Mislata, Marítim Villegas y C. Bm. Sagunt hasta que fichó por el Itxaco Navarra, donde jugó por espacio de seis temporadas. Más tarde probó la experiencia extranjera, enrolándose durante un año en el equipo rumano Olchim Valcea. En la actualidad, forma parte del Rocasa ACE de Canarias. Silvia posee un palmarés envidiable como jugadora de club: 7 ligas de España y 1 en Rumanía; 7 Copas de la Reina; 3 Supercopas; 1 Copa de Europa y 2 Copas EHF. Como portera de la Selección Española, con 123 internacionalidades en su haber, ha conseguido la medalla de bronce en los JJ. OO. de Londres de 2012 y en el Mundial de Brasil 2011 y la de plata en el Campeonato de Europa de 2014.

Desde hace años, Silvia Navarro es la portera de la Selección Española de Balonmano. La valenciana, que actualmente juega en el Rocasa ACE, atesora un palmarés extraordinario, cuyo último título conseguido fue la Copa de la Reina 2014-2015, conquistada el pasado mes de febrero en el Pabellón Ciutat de Castelló. Ante el arranque de la temporada en la División de Honor Femenina, Liga Loterías, y también ante los próximos compromisos de la Selección Española, cuya cita más importante, aunque no la única, es el Campeonato del Mundo, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Dinamarca, tuve la oportunidad de conversar con Silvia sobre su trayectoria balonmanística.

Silvia, ¿cómo te iniciaste en el balonmano?
Me inicié en el colegio Comunitat Valenciana del barrio de Campanar, un centro escolar al que llegó el balonmano como una oferta más del deporte municipal. Mi madre me apuntó para jugar y así comenzó todo.

¿Por qué escogiste este deporte y no otro?
La verdad es que me gustó desde el primer momento y siento que me llena realmente, aunque tengo que reconocer que me encantan todos los deportes y que también soy muy futbolera. Esta atracción mía por el deporte me la inculcaron mi padre y mi abuelo Manolo.

Para llegar a tu status actual has tenido que trabajar mucho y muy duro, de todas las facetas que componen la vida de una balonmanista, ¿cuál es la que más sacrificio te ha exigido?
Sí que fue muy costoso llegar a donde he llegado y sin la ayuda de mi madre no hubiera sido posible, ya que no solo fui yo quien perdió fines de semana, meses y años, porque ella sacrificó su tiempo y se dejó la vida en llevarme a todos los sitios a los que tenía que acudir. Como no disponía de fines de semana libres, forjé amigos en el balonmano, amigos que llevaban la misma existencia que yo. Fue mi forma de relacionarme con los demás.

¿Qué peculiaridades reúne la portería para que te atrajese especialmente?
Desde el primer momento la portería me encantó. Me dieron a elegir y entre los “tres palitos” me sentía segura. La portería es un puesto solitario, pero es gratificante defenderla. Me gusta mucho ver en primera fila la defensa y el ataque de mi equipo.

Dicen que los porteros y porteras de balonmano están algo «tocados del ala», ¿hay que ser un poco inconsciente para ponerse debajo de los tres palos o basta con ser valiente, que no es poco?
Eso dicen, pero yo creo que es más una leyenda que otra cosa [risas]. Y valientes son mis compañeras que reciben un codazo tras otro durante los sesenta minutos del partido. Eso sí que es digno de admirar.

¿Qué entrenador o entrenadora influyó más en tu carrera?
Sagrario Santana y Svetlana Bogdanova fueron las que me perfeccionaron, las que estuvieron, minuto a minuto, corrigiéndome la posición de los brazos y la orientación. Cristina Mayo me dio la oportunidad de pertenecer a un club grande y me hizo fortalecer las piernas muchísimo y Manuel Etayo organizó mi puesta a punto para estar en las mejores condiciones posibles. En el apartado selección, Jorge Dueñas confió en mí y me hizo darme cuenta de que somos unas privilegiadas. Con él y mis compañeras he vivido los mejores éxitos de mi carrera deportiva y he de agradecerle muchas cosas.

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A propósito de Cristina Mayo, en una ocasión dijo de ti que «nunca serías portera de elite porque eras muy bajita». Recientemente, en una entrevista ha reconocido que se equivocó en su vaticinio, vistas esas palabras con la perspectiva del tiempo transcurrido ¿qué piensas?
Cristina Mayo es una "jefa" en el balonmano femenino, sabe muchísimo y es capaz de sacar partido de cualquier jugadora. A mí no me lo puso fácil, pero como he dicho antes, he de agradecerle que insistiese mucho en que fortaleciese mis piernas. No le guardo ningún rencor en absoluto, al contrario, me ofreció la posibilidad de ser campeona de Europa al ganar la Champions y de formar parte de un equipo de ensueño. Debutar en la División de Honor y conseguir la Champions fueron experiencias de las que guardo un recuerdo buenísimo.

A tu juicio, ¿cuáles son tus características más importantes como portera?
Mido 1,69, la altura mínima para ser portera, y por ese motivo soy una jugadora antropométricamente inusual. Como yo digo [risas] pertenezco más bien al “país de los bajitos” y quizá la insistencia de Cristina Mayo hizo que mis características más importantes como portera sean la rapidez y los reflejos.

Fuiste jugadora de la Selección Autonómica de la Comunidad Valenciana e incluso conseguiste proclamarte campeona de España con ella, ¿es importante para la formación de una jugadora formar parte de estas selecciones?
Acudir a las convocatorias de las selecciones autonómicas significa una recompensa al trabajo que realizas en tu club. Es un premio y lo has de vivir como tal. Allí compartes con otras compañeras la posibilidad de defender a tu comunidad, conoces más entrenadores y otras formas de juego. Todo eso es importantísimo.

Tras jugar en varios clubs nacionales, la situación económica de nuestro país te obligó a emigrar para jugar en Rumanía, ¿cómo fue esa experiencia?
Pues hubo de todo un poco, buenos y malos momentos. Partir de tu país hacia otro distinto siempre es difícil, se hace cuesta arriba porque estás más lejos de tu familia, de tu pareja y de tu gente. Pero recomiendo esa experiencia, porque te permite crecer como persona y como jugadora, sin olvidar que conoces otra liga, otro estilo de juego, una sistemática diferente y nuevas compañeras.

¿Se trabaja el balonmano en Rumanía de un modo muy diferente a como lo hacemos en nuestro país?
Es muy parecido. En la liga había menos equipos, pero tres eran muy potentes y con ellos te jugabas las primeras plazas.

¿Este goteo de jugadoras hispanas hacia el extranjero crees que durará mucho tiempo?
Espero y deseo que no y que todas, poquito a poco, vayan regresando a España, aunque la cosa va muy lenta y, por el momento, creo que la gente aguantará fuera mientras que en nuestro país no exista una mayor estabilidad, que al final es lo que busca todo el mundo.

De Rumanía regresaste al Rocasa de Canarias y la experiencia no va mal. El año pasado conquistasteis la Copa de la Reina y peleasteis por la liga hasta el final, ¿qué objetivos os habéis trazado como equipo con vistas a la próxima temporada?
Aquí en Canarias me encuentro estupendamente, el trato es maravilloso y mis compañeras son fenomenales. Hay un buen bloque que, al final, es lo que prima en los éxitos deportivos. Este año aspiramos a todo e intentaremos luchar hasta el último momento por los títulos y, aunque somos conscientes de que es algo muy complicado, no nos vamos a rendir jamás.

¿Cómo es el día a día de una jugadora de balonmano valenciana en Canarias?
La verdad es que el clima acompaña mucho. Como bien sabes yo soy de playa y, aunque no demasiado, me queda algo de tiempo libre para mí, lo saco de donde haga falta para estar con los míos. Después de los entrenes y de los partidos tenemos otra vida, que es importantísima.

Cambiamos de tercio. Un buen día alguien te llevó a la selección española, ¿quién fue? Fue Luis Carlos Torrescusa, junto con su segundo que no es otro que el actual seleccionador Jorge Dueñas.
Durante unos instantes recuerda el momento en que te convocaron, ¿qué sensación tuviste? No me lo creía, pensaba que había sido una equivocación ya que era muy joven. No pensé que se fueran a fijar en mí.

¿Se siente mucha responsabilidad al ser la portera titular de la selección española o esa responsabilidad es compartida?
Bueno, creo que la titularidad no es fija, depende del estado de forma de la jugadora. Yo, cuando soy llamada a la selección, intento darlo todo en la pista y los entrenamientos. Pienso que responsabilidad no es la palabra adecuada, más bien somos unas “privilegiadas” y, como tales, hemos de disfrutar con lo que hacemos, porque somos muy afortunadas por jugar balonmano a ese nivel tan alto.

Posees un currículum impresionante como jugadora de club, los títulos se suceden en tu historial. Analiza por un momento tu trayectoria desde que comenzaste, ¿has llegado a dónde soñabas?
Sigo pensando que esto es un sueño. Me paro a recordar el pasado y aún veo a esa niña que jugaba en el patio del colegio con un balón, una lata o cualquier otra cosa que pudiera golpear con el pie o la mano. He tenido muchísima suerte en los logros deportivos y cada día doy gracias por todo lo que me ha sucedido en esta vida.

29091512

No es menos impresionante tu palmarés con la selección en la que has sobrepasado de largo las cien internacionalidades y has conquistado medallas tanto en los JJ.OO. como en los campeonatos de Europa y Mundiales. De todos estos galardones, ¿con cuál te quedas?
En todas las finales que se juegan quieres alcanzar el oro, pero aún no se ha dado el caso. Es algo que tengo clavado y muy presente, ojalá que pueda cambiar esta situación. Subir al pódium y recibir la medalla de oro sería un sueño hecho realidad, un sueño muy difícil de alcanzar, soy consciente de ello, pero soñar es gratuito.

Participaste en la Olimpiada de Londres de 2012, ¿qué significa para una jugadora de balonmano jugar una olimpiada?
Es la experiencia que siempre quieres vivir, la que deseas, es impresionante. Estar allí junto a tantos deportistas conocidos es otro sueño.

En diciembre jugáis un nuevo Campeonato del Mundo, ¿qué perspectivas le auguras a la selección nacional? Esperamos y deseamos que sean buenas, ojalá hagamos un buen papel, que desemboque en el pase a la Olimpiada de Río de Janeiro.

Una curiosidad: de todas las jugadoras que has tenido enfrente, ¿cuál es la que más respeto te ha causado?
Hay unas cuantas: Anita Gorbitz, Katerina Bulatovic….

¿Define brevemente a Jorge Dueñas como seleccionador?
Jorge es un entrenador excepcional y una persona maravillosa. Confía en nosotras, nos apoya, nos escucha y nos facilita la labor para afrontar los partidos y los entrenamientos. Es muy sabio.

La última pregunta por hoy: ¿te ves tú en ese rol de entrenadora en el futuro?
Puffff... Si te soy sincera la verdad es que no me veo, pero nunca se puede decir de este agua no beberé. Quizá pueda ayudar a porteros o porteras pero, como te digo, por el momento no me veo. Hay gente mejor cualificada que yo.

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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