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Hemos pasado de la pandemia a la liberación de los que practican la sedición cometiendo presuntos delitos contra el estado

Humo, solo humo

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Los políticos son especialistas en crear cortinas de humo para despistar al conjunto de la población. Ahora la nueva cortina son los indultos a los independentistas. Hemos pasado de la pandemia a la liberación de los que practican la sedición cometiendo presuntos delitos contra el estado. Pero hemos tenido que soportar durante casi dos años, la inoperancia de los gobiernos, tanto central como los autonómicos, en materia sanitaria. No han sabido gestionar de forma correcta la pandemia que nos han inoculado a todo el Planeta desde distintos lugares o países que solo buscan herirse y claro lo mejor es infectarnos a todos. Pero ¿por qué los enfermos crónicos han sido abandonados sin hacerles ni un sencillo análisis de sangre durante todo este tiempo?


No he sido de los que han salido al balcón a dar aplausos gratis. Me voy a explicar. Los médicos y el personal sanitario lo son de forma vocacional. Su labor es encomiable y apasionante, pero no soy partidario de esos reconocimientos ya que el trabajo es totalmente altruista. Por tanto, si es una vocación ¿de qué nos sirven las palmas?


Los enfermos crónicos, sobre todo los que padecen cáncer, no ha recibido la correspondiente medicación además de la atención porque primaba los infectados por el Covid-19. Si tan maravillosa es la sanidad española como nos hacen creer, ¿por qué no se ha seguido tratando a los enfermos con padecimientos crónicos graves? Es totalmente denunciable el abandono sufrido por los grupos de riesgo, a los que solo se les atendía si estaban infectados. 


Si un sistema sanitario es bueno, todos debían de haber sido atendidos por igual ya que la sanidad es universal para toda la población. Al ver casos así, nos tenemos que cuestionar si la sanidad es solo para los que pueden pagarla. Imagino que será como la justicia: si tienes pecunio, estás salvado porque podrás satisfacer la minuta del bufete de abogados. Por tanto, estamos ante dos situaciones en las que solo prima el vil metal. Y que no nos cuenten el cuento de que somos los mejores, tenemos una sanidad excepcional y que somos tratados de forma magnífica. No me lo puedo creer a tenor de los resultados.


Por otra parte, se ocultan los datos reales de personas fallecidas, no ya en los hospitales sino en las residencias. Quizás porque ha recibido la consigna del silencio para que el poder gobernante salga victorioso ante las cifras que son verdaderamente horrorosas. Si solicitas en el Registro Civil el correspondiente certificado de los fallecidos a diario no solo te lo niegan, sino que te preguntan para que lo quieres. Y si tienes la suerte de conseguirlo resulta no ser real si lo cotejas con las funerarias y los tanatorios. Además, es más sencillo comprobarlo. ¿Por qué en los cementerios municipales se construyen nichos y columbarios a marchas forzadas? En determinadas residencias se silencian en los servicios religiosos los nombres de las mujeres -que son mayoría en las de tipo privado-, colocándose nombres falsos o de familiares o de hombres conocidos o no, pero si la residencia es femenina, omiten pronunciar el nombre de la posible fallecida para así será no crear alarma o seguir percibiendo las subvenciones de la administración.


Se nos sigue conminando nuestra libertad personal. Los hombres -y las mujeres claro está-, somos libres desde nuestro nacimiento. Para los cristianos -y para todos los habitantes del planeta llamado Tierra-, Jesucristo nos hizo libres, independientes y nos liberó de las ataduras de la muerte resucitando. Todas las declaraciones de Derechos Humanos y Constituciones tienen como principio la libertad. ¿Por qué se nos sesga haciendo que nos vacunemos? Somos seres libres y por tanto si no queremos hacerlo, estamos en nuestro derecho. ¿Por qué hay empresas que amenazan con el despido si alguno de sus trabajadores decide no vacunarse?


Seamos consecuentes y no hagamos caso de las cortinas de humo. Reclamemos lo que nos corresponde por justicia y dejemos atrás esas cortinas tan llenas de nebulosas exigiendo a los políticos de turno que nos ha tocado padecer o sufrir que se ocupen de los problemas reales de la sociedad y que busquen soluciones porque, de lo contrario,  el pueblo harto ya de pasarlo mal les castigará no solo con la indiferencia sino con la perdida de la poltrona poderosa. 

Humo, solo humo

Hemos pasado de la pandemia a la liberación de los que practican la sedición cometiendo presuntos delitos contra el estado
Manuel Ibañez Ferriol
jueves, 24 de junio de 2021, 08:42 h (CET)

Los políticos son especialistas en crear cortinas de humo para despistar al conjunto de la población. Ahora la nueva cortina son los indultos a los independentistas. Hemos pasado de la pandemia a la liberación de los que practican la sedición cometiendo presuntos delitos contra el estado. Pero hemos tenido que soportar durante casi dos años, la inoperancia de los gobiernos, tanto central como los autonómicos, en materia sanitaria. No han sabido gestionar de forma correcta la pandemia que nos han inoculado a todo el Planeta desde distintos lugares o países que solo buscan herirse y claro lo mejor es infectarnos a todos. Pero ¿por qué los enfermos crónicos han sido abandonados sin hacerles ni un sencillo análisis de sangre durante todo este tiempo?


No he sido de los que han salido al balcón a dar aplausos gratis. Me voy a explicar. Los médicos y el personal sanitario lo son de forma vocacional. Su labor es encomiable y apasionante, pero no soy partidario de esos reconocimientos ya que el trabajo es totalmente altruista. Por tanto, si es una vocación ¿de qué nos sirven las palmas?


Los enfermos crónicos, sobre todo los que padecen cáncer, no ha recibido la correspondiente medicación además de la atención porque primaba los infectados por el Covid-19. Si tan maravillosa es la sanidad española como nos hacen creer, ¿por qué no se ha seguido tratando a los enfermos con padecimientos crónicos graves? Es totalmente denunciable el abandono sufrido por los grupos de riesgo, a los que solo se les atendía si estaban infectados. 


Si un sistema sanitario es bueno, todos debían de haber sido atendidos por igual ya que la sanidad es universal para toda la población. Al ver casos así, nos tenemos que cuestionar si la sanidad es solo para los que pueden pagarla. Imagino que será como la justicia: si tienes pecunio, estás salvado porque podrás satisfacer la minuta del bufete de abogados. Por tanto, estamos ante dos situaciones en las que solo prima el vil metal. Y que no nos cuenten el cuento de que somos los mejores, tenemos una sanidad excepcional y que somos tratados de forma magnífica. No me lo puedo creer a tenor de los resultados.


Por otra parte, se ocultan los datos reales de personas fallecidas, no ya en los hospitales sino en las residencias. Quizás porque ha recibido la consigna del silencio para que el poder gobernante salga victorioso ante las cifras que son verdaderamente horrorosas. Si solicitas en el Registro Civil el correspondiente certificado de los fallecidos a diario no solo te lo niegan, sino que te preguntan para que lo quieres. Y si tienes la suerte de conseguirlo resulta no ser real si lo cotejas con las funerarias y los tanatorios. Además, es más sencillo comprobarlo. ¿Por qué en los cementerios municipales se construyen nichos y columbarios a marchas forzadas? En determinadas residencias se silencian en los servicios religiosos los nombres de las mujeres -que son mayoría en las de tipo privado-, colocándose nombres falsos o de familiares o de hombres conocidos o no, pero si la residencia es femenina, omiten pronunciar el nombre de la posible fallecida para así será no crear alarma o seguir percibiendo las subvenciones de la administración.


Se nos sigue conminando nuestra libertad personal. Los hombres -y las mujeres claro está-, somos libres desde nuestro nacimiento. Para los cristianos -y para todos los habitantes del planeta llamado Tierra-, Jesucristo nos hizo libres, independientes y nos liberó de las ataduras de la muerte resucitando. Todas las declaraciones de Derechos Humanos y Constituciones tienen como principio la libertad. ¿Por qué se nos sesga haciendo que nos vacunemos? Somos seres libres y por tanto si no queremos hacerlo, estamos en nuestro derecho. ¿Por qué hay empresas que amenazan con el despido si alguno de sus trabajadores decide no vacunarse?


Seamos consecuentes y no hagamos caso de las cortinas de humo. Reclamemos lo que nos corresponde por justicia y dejemos atrás esas cortinas tan llenas de nebulosas exigiendo a los políticos de turno que nos ha tocado padecer o sufrir que se ocupen de los problemas reales de la sociedad y que busquen soluciones porque, de lo contrario,  el pueblo harto ya de pasarlo mal les castigará no solo con la indiferencia sino con la perdida de la poltrona poderosa. 

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