Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Copa del Rey 2015

Carta de un barcelonista español al independentismo

Roberto Carrera Hernández
miércoles, 3 de junio de 2015, 08:28 h (CET)



Estimats amics:

Me pregunto cómo os fue aquel día. Lloré desconsoladamente sobre mi cama, durante horas. ¿Os acordáis? El Celta había ganado tres goles a dos al Barcelona, temporada 1992/1993, y dejaba vía libre al Madrid para el título de Liga. Sin la decena cumplida, para un niño residente en Mondariz, un pequeño pueblo de la provincia de Pontevedra, el hecho de que los celestes jugaran a poco más de una hora de su casa le era indiferente. Había entregado conscientemente una parte de mi corazón al Barça, un amor tan noble y puro que no entendía de distancias.

Entre lágrimas y risas el vínculo ha crecido irreemplazable e imperecedero. No puedo dejar de ser del Barça. No hay nada que pueda hacer o puedan hacer que rompa ese lazo. No quiero, pero sinceramente a veces me sorprende que tampoco pueda. Sabes de lo que hablo, ¿verdad?

Por eso quería escribiros hoy y daros las gracias. Sin doble sentido, desde el fondo de mi alma. Porque resulta que tampoco puedo dejar de ser español, otra faena del artificio humano. Y tú me haces libre. Tan libre como “el Madrid es España”. Gracias a vuestra doble intolerancia habéis conseguido protegerme del odio, la gran lacra que corrompe al ser humano. Yo jamás podría haberlo hecho solo. Ni creo que pueda ahora. Y os lo agradezco.

No digo que no me duela que me ignores, porque me duele. No digo que no me avergüence, porque me avergüenzo. No digo que no me sienta humillado, porque me siento humillado. Pero es el duro peaje a pagar para mantener puro el amor de aquel niño de lágrima floja. Lucha, lucha, lucha por lo que quieres. Eso hago. Nunca llevo camisetas a la cabina de prensa. Pero me traje el sábado la mía del año 1993. Porque lo sabía. No la tenía puesta, me estaba abrazando.

Mira hacia dentro y dime, ¿dónde está “aquesta gent, tan ufana i tan superba”? ¿Dónde? Tienes la suerte de vivir a su lado, y actúas como un arrendador despiadado manipulando su esencia y empequeñeciendo su grandeza. Vuelve a ser barcelonista. Por favor. Por el Barça.

Sabes que tienes todo el tiempo del mundo, porque ya te dije que no tengo otro camino. Y soy consciente de que es muy difícil facturar el odio y no subirlo contigo al campo. Lo entiendo, porque soy tan humano como tú. Pero también soy tan barcelonista como tú. Y si aquel niño de nueve años pasó de llorar su alma a explotarle el corazón en el segundo milagro de Tenerife, ¿acaso esto será más difícil?

Me despido ya. Me alegra que lo hayamos hablado, no tendría sentido de otra forma. Y como buen gallego, me voy preguntando. ¿Estás seguro de que nos separan himnos y banderas?

Tant se val d'on venim, si del Sud o del Nord. Ara estem d'acord, estem d'acord: una bandera ens agermana. Blaugrana al vent, un crit valent. Tenim un nom, el sap tothom: BARÇA, BARÇA, BARÇA!!!

Una abraçada.



Noticias relacionadas

Es invisible, intangible y, sin embargo, nos atraviesa por completo. Puede cambiarnos el humor en cuestión de segundos, hacernos llorar sin motivo aparente, evocarnos un recuerdo lejano o unirnos a desconocidos en un mismo latido. La música es mucho más que una forma de entretenimiento, es una fuerza capaz de modificar nuestro estado físico, emocional, mental y hasta social. A veces sin que siquiera lo notemos.

Del mismo modo que siempre hay una primera vez para lo que hacemos –primer llanto, primeras palabras, primeros pasos, primeros amores…–, sucede lo mismo con su antónimo, que también hay siempre una última vez para todo, aunque, a diferencia de la otra, en muchas ocasiones desconozcamos que no habrá más.

Apoyo a los países que eligen controlar sus fronteras, y que van en contra de la hipócrita integración que propone la mafiosa Unión Europea. España se ve muy perjudicada en una Europa de libre circulación de personas, ya que nuestros intereses internacionales (que a menudo no coinciden con los de otros países europeos) son más difíciles de defender dentro de un “club de alterne” como es en lo que se ha convertido la Unión Europea.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto