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“La imprevisión ¿es una falta grave o una providencial compañera que velando al pobre los males del porvenir, le deja disfrutar del bien presente? C. Arenal.

España a la estela de Grecia. Vuelco a la izquierda y parón económico

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La esperanza de que, en España, ocurriera lo mismo que en el Reino Unido, donde el señor Cameron, desmintiendo todas las encuestas y previsiones, se hizo con una sorprendente y holgada victoria que le permite continuar con su política de reformas, de contención de la inmigración y de enfrentamiento con la CE, ha sucumbido ante la realidad de un electorado guiado por una ceguera incomprensible que, si Dios no lo remedia, va a tener que pagar más pronto que tarde. En nuestro país, como era previsible, la Historia se repite y volvemos a encontrarnos ante una situación semejante a la que se produjo en el 14 de Abril de 1.931, cuando se proclamó la II República en España a pesar de que, en el global de los votos, los monárquicos fueron los vencedores de las elecciones. La espantada de Alfonso XIII y la victoria de los republicanos en las grandes urbes propiciaron el gran “pucherazo” que tan graves consecuencias trajo al país, con la irrupción de un régimen republicano de izquierdas.

Como era previsible, los extremistas de Podemos, aún con resultados inferiores a los que hace unos meses se hubieran podido esperar de la pujanza y simpatía despertada por el partido de Pablo Iglesias, en su irrupción en la política nacional; han conseguido unos buenos resultados en las principales ciudades, por medio de sus “marcas blancas”, como han sido los de Barcelona con Ada Colau, Madrid con Manuela Carmena ( en este caso demostrando que la corrupción, cuando afecta a las izquierdas, se consiente y no influye en los votos) o en otras importante plazas, como son los casos de La Coruña, Santiago, Cádiz y Zaragoza. En nueve autonomías el PP ha sido el más votado, pero es muy posible que los subsiguiente pactos electorales de las izquierdas entre sí, acaben por impedirle gobernar en la mayoría ellas o, acaso, en ninguna. El cinturón sanitario anunciado por el PSOE contra el partido de Rajoy ya ha sido ratificado por las declaraciones de varios dirigentes del PSOE que, según afirman, van a pactar con todos los partidos de izquierdas que se ofrezcan, orillando a los populares. ¿Les recuerda a ustedes otros tiempos, en época de Zapatero, esta política antidemocrática?

Y uno se pregunta ante semejante debacle, ¿qué es lo que tendrá en mente el señor Pedro Sánchez, el secretario general de PSOE, respecto al rumbo que piensa imprimir a las comunidades y municipios sobre los que podrá gobernar?, ¿cuáles van a ser las concesiones que estará dispuesto a hacer a los de Podemos para que le ayuden a gobernar? Como ya advertimos a lo largo de los últimos meses, en los que ya se mascaban los resultados electorales que se han producido, el riesgo de una excesiva dispersión de los votos y el que sea preciso pactar para gobernar significa que, quienes negocien, van a tener que ceder parte de sus propuestas electorales a favor de algunas de aquellos con los que lleguen a acuerdos, lo que puede acabar por convertir a España en una segunda Grecia, corregida y aumentada, en manos de incompetentes y resentidos dispuestos a acabar con la riqueza de la nación con tal de arruinar, o intentarlo, a lo que ellos llaman “las castas” que, sin embargo, constituyen la base y el meollo de nuestra economía.

En el caso concreto de Barcelona, la vencedora, señora Colau, ya ha anunciado que se propone celebrar la consulta electoral sobre el famoso “derecho a decidir”. Esta activista, antisistema y transgresora de las leyes, alguien que no se había significado como independentista, ya ha rolado hacia el territorio nacionalista antes de que haya conseguido ser investida como alcaldesa de Barcelona. ¿Qué política fiscal piensa introducir y cuál va a ser su actitud ante el tema de la vivienda, cuando anunció la incautación de las viviendas desocupadas y permitir que el colectivo de okupas se instale en las viviendas privadas, sin derecho a desalojarlos? ¿Alguien piensa que por este camino, por los procedimientos conocidos del partido comunista y por la socialización de la pobreza, en un país en vías de recuperación, van a conseguir estos nuevos gobernantes, elevar el nivel de vida de la ciudadanía?

Si en Catalunya, ante la posibilidad, aunque remota, de que se produjera una deriva hacia la independencia; desde el mes de enero del 2014 hasta el mes de marzo del 2015, se produjo la deslocalización de casi 1.000 empresas y la inversión extranjera en la autonomía sufrió un descenso de 15’8% durante el mismo 2.014, según datos del Ministerio de Economía; no nos podemos imaginar el efecto que, esta nueva configuración del mapa político de España, después de las elecciones del 24 de Mayo, va a tener ante una Europa que había confiado en España, que alababa su trayectoria económica, sus reformas laborales, su solidez financiera y su fidelidad; un país que había conseguido superar con éxito la crisis bancaria y que comenzaba a crear empleo durante los últimos meses, de modo que el desempleo global ya era inferior al que nos legaron los socialistas del señor Rodríguez Zapatero.

Si se llegan a aplicar las políticas de Podemos, como parece anunciar la presunta alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cuando promete paralizar las obras en marcha, en la capital de España, que representan 9.000 millones de euros; si la señora Ada Colau, una activista revolucionaria, implanta su conocida política contra la Ley Hipotecaria y su conocida pasividad ante las ocupaciones de viviendas por los antisistemas, sin el más mínimo respeto por el derecho a la propiedad, junto a sus anuncios de aumentos de impuestos para poder subvencionar su insostenible política de ayudas sociales ¿ a dónde va a parar el Estado de Derecho y el respeto por las normas constitucionales?

Nadie olvide que, el dinero, es cobarde por naturaleza y, todo lo conseguido durante los últimos años del gobierno del PP, en cuanto a hacernos con la confianza de los inversores foráneos, de ganarnos el apoyo de países como Alemania o Francia o de tener la confianza de los EE.UU del señor Obama; se puede esfumar en una sola semana si, los inversores extranjeros, se percatan de que su dinero, invertido en nuestras bolsas; sus empresas instaladas en nuestras autonomías o sus negocios y capitales invertidos en solares e inmuebles edificados en tierras españolas, corren el peligro de ser afectados por medidas de tipo comunistoide, incautatorias o limitativas del libre derecho a la libre disposición y uso, dictadas por gobiernos locales de tendencia radical y anticapitalista o por normas laborales que encarezcan la mano de obra, impidan el despido o pretendan limitar la libertad de dirección y organización de las empresas; todo ello sin contar con el rechazo que puedan provocar aumentos de impuestos o de cargas sociales. Es obvio que ninguna multinacional va a permitir que sus costes de producción mermen su margen de ganancia cuando, como ya ha ocurrido en otros casos, tienen la oportunidad de trasladarse a otras ubicaciones donde son recibidos con los brazos abiertos por quienes ven en ellas ocupación para cientos o miles de parados.

Es posible que no tardemos en ver como nuestra prima de riesgo vuelve a subir por las nubes, nuestros intereses por la deuda emitida por el Gobierno se disparan de nuevo y Bruselas en lugar de felicitaciones y ayudas, nos vuelve la espalda y nos trata como a un miembro molesto y peligroso, como está sucediendo con el caso griego. Nos lo habremos buscado, como suele suceder cada vez que entra la derecha para arreglar lo que las izquierdas han descompuesto y, cuando lo logra, regresan de nuevo los culpables con su demagogia y cinismo para beneficiarse de lo conseguido por aquellos. Un círculo fatal que no deja de producirse y que nos lleva a continuos enfrentamientos entre unos y otros.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con pena y preocupación como, el desprecio por las enseñanzas de la Historia o su desconocimiento nos vuelven a poner ante la eterna disyuntiva: ceder o enfrentarnos. Y esto es lo que ocurrió el 18 de Julio de 1.936. Malos tiempos y peores augurios para España.

España a la estela de Grecia. Vuelco a la izquierda y parón económico

“La imprevisión ¿es una falta grave o una providencial compañera que velando al pobre los males del porvenir, le deja disfrutar del bien presente? C. Arenal.
Miguel Massanet
lunes, 25 de mayo de 2015, 23:13 h (CET)
La esperanza de que, en España, ocurriera lo mismo que en el Reino Unido, donde el señor Cameron, desmintiendo todas las encuestas y previsiones, se hizo con una sorprendente y holgada victoria que le permite continuar con su política de reformas, de contención de la inmigración y de enfrentamiento con la CE, ha sucumbido ante la realidad de un electorado guiado por una ceguera incomprensible que, si Dios no lo remedia, va a tener que pagar más pronto que tarde. En nuestro país, como era previsible, la Historia se repite y volvemos a encontrarnos ante una situación semejante a la que se produjo en el 14 de Abril de 1.931, cuando se proclamó la II República en España a pesar de que, en el global de los votos, los monárquicos fueron los vencedores de las elecciones. La espantada de Alfonso XIII y la victoria de los republicanos en las grandes urbes propiciaron el gran “pucherazo” que tan graves consecuencias trajo al país, con la irrupción de un régimen republicano de izquierdas.

Como era previsible, los extremistas de Podemos, aún con resultados inferiores a los que hace unos meses se hubieran podido esperar de la pujanza y simpatía despertada por el partido de Pablo Iglesias, en su irrupción en la política nacional; han conseguido unos buenos resultados en las principales ciudades, por medio de sus “marcas blancas”, como han sido los de Barcelona con Ada Colau, Madrid con Manuela Carmena ( en este caso demostrando que la corrupción, cuando afecta a las izquierdas, se consiente y no influye en los votos) o en otras importante plazas, como son los casos de La Coruña, Santiago, Cádiz y Zaragoza. En nueve autonomías el PP ha sido el más votado, pero es muy posible que los subsiguiente pactos electorales de las izquierdas entre sí, acaben por impedirle gobernar en la mayoría ellas o, acaso, en ninguna. El cinturón sanitario anunciado por el PSOE contra el partido de Rajoy ya ha sido ratificado por las declaraciones de varios dirigentes del PSOE que, según afirman, van a pactar con todos los partidos de izquierdas que se ofrezcan, orillando a los populares. ¿Les recuerda a ustedes otros tiempos, en época de Zapatero, esta política antidemocrática?

Y uno se pregunta ante semejante debacle, ¿qué es lo que tendrá en mente el señor Pedro Sánchez, el secretario general de PSOE, respecto al rumbo que piensa imprimir a las comunidades y municipios sobre los que podrá gobernar?, ¿cuáles van a ser las concesiones que estará dispuesto a hacer a los de Podemos para que le ayuden a gobernar? Como ya advertimos a lo largo de los últimos meses, en los que ya se mascaban los resultados electorales que se han producido, el riesgo de una excesiva dispersión de los votos y el que sea preciso pactar para gobernar significa que, quienes negocien, van a tener que ceder parte de sus propuestas electorales a favor de algunas de aquellos con los que lleguen a acuerdos, lo que puede acabar por convertir a España en una segunda Grecia, corregida y aumentada, en manos de incompetentes y resentidos dispuestos a acabar con la riqueza de la nación con tal de arruinar, o intentarlo, a lo que ellos llaman “las castas” que, sin embargo, constituyen la base y el meollo de nuestra economía.

En el caso concreto de Barcelona, la vencedora, señora Colau, ya ha anunciado que se propone celebrar la consulta electoral sobre el famoso “derecho a decidir”. Esta activista, antisistema y transgresora de las leyes, alguien que no se había significado como independentista, ya ha rolado hacia el territorio nacionalista antes de que haya conseguido ser investida como alcaldesa de Barcelona. ¿Qué política fiscal piensa introducir y cuál va a ser su actitud ante el tema de la vivienda, cuando anunció la incautación de las viviendas desocupadas y permitir que el colectivo de okupas se instale en las viviendas privadas, sin derecho a desalojarlos? ¿Alguien piensa que por este camino, por los procedimientos conocidos del partido comunista y por la socialización de la pobreza, en un país en vías de recuperación, van a conseguir estos nuevos gobernantes, elevar el nivel de vida de la ciudadanía?

Si en Catalunya, ante la posibilidad, aunque remota, de que se produjera una deriva hacia la independencia; desde el mes de enero del 2014 hasta el mes de marzo del 2015, se produjo la deslocalización de casi 1.000 empresas y la inversión extranjera en la autonomía sufrió un descenso de 15’8% durante el mismo 2.014, según datos del Ministerio de Economía; no nos podemos imaginar el efecto que, esta nueva configuración del mapa político de España, después de las elecciones del 24 de Mayo, va a tener ante una Europa que había confiado en España, que alababa su trayectoria económica, sus reformas laborales, su solidez financiera y su fidelidad; un país que había conseguido superar con éxito la crisis bancaria y que comenzaba a crear empleo durante los últimos meses, de modo que el desempleo global ya era inferior al que nos legaron los socialistas del señor Rodríguez Zapatero.

Si se llegan a aplicar las políticas de Podemos, como parece anunciar la presunta alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, cuando promete paralizar las obras en marcha, en la capital de España, que representan 9.000 millones de euros; si la señora Ada Colau, una activista revolucionaria, implanta su conocida política contra la Ley Hipotecaria y su conocida pasividad ante las ocupaciones de viviendas por los antisistemas, sin el más mínimo respeto por el derecho a la propiedad, junto a sus anuncios de aumentos de impuestos para poder subvencionar su insostenible política de ayudas sociales ¿ a dónde va a parar el Estado de Derecho y el respeto por las normas constitucionales?

Nadie olvide que, el dinero, es cobarde por naturaleza y, todo lo conseguido durante los últimos años del gobierno del PP, en cuanto a hacernos con la confianza de los inversores foráneos, de ganarnos el apoyo de países como Alemania o Francia o de tener la confianza de los EE.UU del señor Obama; se puede esfumar en una sola semana si, los inversores extranjeros, se percatan de que su dinero, invertido en nuestras bolsas; sus empresas instaladas en nuestras autonomías o sus negocios y capitales invertidos en solares e inmuebles edificados en tierras españolas, corren el peligro de ser afectados por medidas de tipo comunistoide, incautatorias o limitativas del libre derecho a la libre disposición y uso, dictadas por gobiernos locales de tendencia radical y anticapitalista o por normas laborales que encarezcan la mano de obra, impidan el despido o pretendan limitar la libertad de dirección y organización de las empresas; todo ello sin contar con el rechazo que puedan provocar aumentos de impuestos o de cargas sociales. Es obvio que ninguna multinacional va a permitir que sus costes de producción mermen su margen de ganancia cuando, como ya ha ocurrido en otros casos, tienen la oportunidad de trasladarse a otras ubicaciones donde son recibidos con los brazos abiertos por quienes ven en ellas ocupación para cientos o miles de parados.

Es posible que no tardemos en ver como nuestra prima de riesgo vuelve a subir por las nubes, nuestros intereses por la deuda emitida por el Gobierno se disparan de nuevo y Bruselas en lugar de felicitaciones y ayudas, nos vuelve la espalda y nos trata como a un miembro molesto y peligroso, como está sucediendo con el caso griego. Nos lo habremos buscado, como suele suceder cada vez que entra la derecha para arreglar lo que las izquierdas han descompuesto y, cuando lo logra, regresan de nuevo los culpables con su demagogia y cinismo para beneficiarse de lo conseguido por aquellos. Un círculo fatal que no deja de producirse y que nos lleva a continuos enfrentamientos entre unos y otros.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, vemos con pena y preocupación como, el desprecio por las enseñanzas de la Historia o su desconocimiento nos vuelven a poner ante la eterna disyuntiva: ceder o enfrentarnos. Y esto es lo que ocurrió el 18 de Julio de 1.936. Malos tiempos y peores augurios para España.

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