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Así empezaba el discurso de un político en precampaña

Paz, piedad, perdón

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La actividad política de la mañana del día 29 de abril comenzaba con la Sesión de Pleno del Congreso de los Diputados número 260. En ella las preguntas eran como siempre, aunque sin la gracia y el mordiente de otros días.

“El Gobierno y los del PP, después del subidón que les ha dado Rajoy, hoy van de sobraos. Y los socialistas, mientras tanto, guardándose los mordiscos para dárselos entre ellos”, diría alguien que había preferido la Tribuna de Prensa del Congreso a un acto de promoción de Carmona como candidato a la alcaldía de Madrid.

Junto a Carmona, se podrían atisbar algunas de las zancadillas puestas por algunos de sus compañeros de partido, pero la atención estaba en otro sitio. Caído Tomás Gómez, por empujón, no era el momento, aún, de ver si entre los despojos del de Parla, renacía el Ave Fénix que, dicen, temen la Secretaría General socialista y el ex fraile Gabilondo.

En la información que facilita el Servicio de Prensa del Congreso, estaban las preguntas al Presidente del Gobierno: ¿Piensa su Gobierno continuar ofreciendo protección a los evasores y defraudadores?, preguntaba Coscubiela. ¿Piensa el Gobierno impulsar un Plan de lucha contra la Pobreza a partir de los ingresos recaudados por la Agencia Tributaria…? seguía Duran i Lleida. ¿Cómo valora el Presidente del Gobierno la desigualdad existente en nuestro mercado de trabajo?, remataba el líder de la Oposición Pedro Sánchez.

Algo más abajo, se leía las preguntas, dos, formuladas a la Vicepresidenta. En esta Sesión a Soraya Sáenz de Santamaría le interrogaban Rosa Díez, sobre el “Caso Rato”, y Antonio Hernando sobre los distingos entre intereses privados y públicos del Gobierno.

“Paz, Perdón, Piedad”.

La frase se decía cuando la Vicepresidenta se sentaba en su escaño después de terminar, con más pena que gloria, sus respuestas.

“Paz, Perdón, Piedad”.

Las tres palabras, de Manuel Azaña, no se oyeron en el Hemiciclo del Congreso. Se decían en el Salón Ámsterdam de un hotel del Paseo de la Castellana (El Eurostars Madrid Tower) en la Tertulia Social y de Economía que promueve el Foro Social y Económico Aragonex.

Con ellas iniciaba su discurso el ingeniero Arturo Aliaga, consejero de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón y candidato a la presidencia de Aragón por el Partido Aragonés (PAR).

Lo que dijera Aliaga, dada la situación política nacional y la realidad del PAR podría tener interés. El Partido Aragonés ha gobernado tres legislaturas con el PSOE, ahora lo hace con el PP de Luisa Fernanda Rudi y era oportuno conocer lo que pudiera decirse desde un partido nacionalista de centro derecha que dice buscar la estabilidad y la gobernabilidad de su autonomía. Por extensión, lo dicho para Aragón podría servir para el resto de España.

El Consejero maño hizo la presentación de la realidad física, topográfica y demográfica de su autonomía y, tras algunas razones para justificar sus pretensiones políticas, hizo la primera afirmación con aspiración de titular: “No somos los del botijo”.

Después, enlazándolos con una cierta gracia y razonándolos con la mente analítica de un ingeniero metido en la política, siguieron otros titulares:

El PAR en coalición con el PP y “con gran respeto por el PP”.

Sobre el partido Ciudadanos, “Yo diré algo: algunos son unos mercenarios que no tenían sitio en otros partidos (El PP o el PAR) y han encontrado acomodo en Ciudadanos.”

“No quiero que Aragón sea en mayo un campo de pruebas para no sé qué de las Elecciones Generales.”

“A nosotros no nos han inventado en la Universidad Complutense. Ni nos han inventado para hacer daño”.

“No queremos gobierno excluyentes. Ni exclusivos. Ni que todos vayan contra uno”. “Lealtad a España. No nacionalismos excluyentes ni rupturas”.

“El Justicia de Aragón y el Derecho de Aragón valen su peso en oro”. “Antes leyes que reyes”.

“Reforma de la Constitución sí, pero sin que nadie sea más que nadie”.

La conexión de España con Francia puede transformarse en una Y que tenga el centro en Aragón.

Posibles coaliciones con todos los partidos políticos, siempre sobre programas.

“No a los programas para Aragón desde Barcelona y transmitidos en fotocopias”. “No somos casta, la casta es la que está en la Universidad”.

“No conozco el programa económico de Ciudadanos, pero algunas de sus propuestas son estrambóticas”.

Después del acto de Aragonex, y la puesta de escena de Aliaga, la actividad política, como es normal, siguió con la Sesión de Control de los Grupos Parlamentarios al Gobierno y todo lo que hay alrededor: La delgadez extrema de Manuel Chaves (haciendo de tripas corazón, o de corazón tripas). La figura tranquila, sin par, de Gaspar Zarrías. El ceño de Martínez Pujalte. La comparecencia (inaudita) del más televisivo de todos los televisivos de TVE ante la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. Disquisiciones varias sobre declaraciones de bienes, sueldos e incompatibilidades de los electos. Legalidades e inmoralidades de conductas y personas. Y hasta el cese, tras prueba cuatrimestral, del “segundo” del primero de los digitales.

Tras comer, a la hora del café, un trío de diputados populares y un periodista se pudieron a hablar de toros: de la corrida de Valladolid del 10 de Mayo, de la canción mejicana a José Tomás, de Enrique Ponce y hasta de la capa corta de don Francisco Romero y López.

La conversación la cortó otro periodista que recordó la frase de Azaña: Dejad a Curro Romero en paz. Paz, piedad, perdón. Que a mí no me gustan los toros.

¿Paz, piedad, perdón? ¿Por los toros? ¿Sólo por los toros?

Paz, piedad, perdón

Así empezaba el discurso de un político en precampaña
José Luis Heras Celemín
jueves, 30 de abril de 2015, 08:00 h (CET)
La actividad política de la mañana del día 29 de abril comenzaba con la Sesión de Pleno del Congreso de los Diputados número 260. En ella las preguntas eran como siempre, aunque sin la gracia y el mordiente de otros días.

“El Gobierno y los del PP, después del subidón que les ha dado Rajoy, hoy van de sobraos. Y los socialistas, mientras tanto, guardándose los mordiscos para dárselos entre ellos”, diría alguien que había preferido la Tribuna de Prensa del Congreso a un acto de promoción de Carmona como candidato a la alcaldía de Madrid.

Junto a Carmona, se podrían atisbar algunas de las zancadillas puestas por algunos de sus compañeros de partido, pero la atención estaba en otro sitio. Caído Tomás Gómez, por empujón, no era el momento, aún, de ver si entre los despojos del de Parla, renacía el Ave Fénix que, dicen, temen la Secretaría General socialista y el ex fraile Gabilondo.

En la información que facilita el Servicio de Prensa del Congreso, estaban las preguntas al Presidente del Gobierno: ¿Piensa su Gobierno continuar ofreciendo protección a los evasores y defraudadores?, preguntaba Coscubiela. ¿Piensa el Gobierno impulsar un Plan de lucha contra la Pobreza a partir de los ingresos recaudados por la Agencia Tributaria…? seguía Duran i Lleida. ¿Cómo valora el Presidente del Gobierno la desigualdad existente en nuestro mercado de trabajo?, remataba el líder de la Oposición Pedro Sánchez.

Algo más abajo, se leía las preguntas, dos, formuladas a la Vicepresidenta. En esta Sesión a Soraya Sáenz de Santamaría le interrogaban Rosa Díez, sobre el “Caso Rato”, y Antonio Hernando sobre los distingos entre intereses privados y públicos del Gobierno.

“Paz, Perdón, Piedad”.

La frase se decía cuando la Vicepresidenta se sentaba en su escaño después de terminar, con más pena que gloria, sus respuestas.

“Paz, Perdón, Piedad”.

Las tres palabras, de Manuel Azaña, no se oyeron en el Hemiciclo del Congreso. Se decían en el Salón Ámsterdam de un hotel del Paseo de la Castellana (El Eurostars Madrid Tower) en la Tertulia Social y de Economía que promueve el Foro Social y Económico Aragonex.

Con ellas iniciaba su discurso el ingeniero Arturo Aliaga, consejero de Industria e Innovación del Gobierno de Aragón y candidato a la presidencia de Aragón por el Partido Aragonés (PAR).

Lo que dijera Aliaga, dada la situación política nacional y la realidad del PAR podría tener interés. El Partido Aragonés ha gobernado tres legislaturas con el PSOE, ahora lo hace con el PP de Luisa Fernanda Rudi y era oportuno conocer lo que pudiera decirse desde un partido nacionalista de centro derecha que dice buscar la estabilidad y la gobernabilidad de su autonomía. Por extensión, lo dicho para Aragón podría servir para el resto de España.

El Consejero maño hizo la presentación de la realidad física, topográfica y demográfica de su autonomía y, tras algunas razones para justificar sus pretensiones políticas, hizo la primera afirmación con aspiración de titular: “No somos los del botijo”.

Después, enlazándolos con una cierta gracia y razonándolos con la mente analítica de un ingeniero metido en la política, siguieron otros titulares:

El PAR en coalición con el PP y “con gran respeto por el PP”.

Sobre el partido Ciudadanos, “Yo diré algo: algunos son unos mercenarios que no tenían sitio en otros partidos (El PP o el PAR) y han encontrado acomodo en Ciudadanos.”

“No quiero que Aragón sea en mayo un campo de pruebas para no sé qué de las Elecciones Generales.”

“A nosotros no nos han inventado en la Universidad Complutense. Ni nos han inventado para hacer daño”.

“No queremos gobierno excluyentes. Ni exclusivos. Ni que todos vayan contra uno”. “Lealtad a España. No nacionalismos excluyentes ni rupturas”.

“El Justicia de Aragón y el Derecho de Aragón valen su peso en oro”. “Antes leyes que reyes”.

“Reforma de la Constitución sí, pero sin que nadie sea más que nadie”.

La conexión de España con Francia puede transformarse en una Y que tenga el centro en Aragón.

Posibles coaliciones con todos los partidos políticos, siempre sobre programas.

“No a los programas para Aragón desde Barcelona y transmitidos en fotocopias”. “No somos casta, la casta es la que está en la Universidad”.

“No conozco el programa económico de Ciudadanos, pero algunas de sus propuestas son estrambóticas”.

Después del acto de Aragonex, y la puesta de escena de Aliaga, la actividad política, como es normal, siguió con la Sesión de Control de los Grupos Parlamentarios al Gobierno y todo lo que hay alrededor: La delgadez extrema de Manuel Chaves (haciendo de tripas corazón, o de corazón tripas). La figura tranquila, sin par, de Gaspar Zarrías. El ceño de Martínez Pujalte. La comparecencia (inaudita) del más televisivo de todos los televisivos de TVE ante la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. Disquisiciones varias sobre declaraciones de bienes, sueldos e incompatibilidades de los electos. Legalidades e inmoralidades de conductas y personas. Y hasta el cese, tras prueba cuatrimestral, del “segundo” del primero de los digitales.

Tras comer, a la hora del café, un trío de diputados populares y un periodista se pudieron a hablar de toros: de la corrida de Valladolid del 10 de Mayo, de la canción mejicana a José Tomás, de Enrique Ponce y hasta de la capa corta de don Francisco Romero y López.

La conversación la cortó otro periodista que recordó la frase de Azaña: Dejad a Curro Romero en paz. Paz, piedad, perdón. Que a mí no me gustan los toros.

¿Paz, piedad, perdón? ¿Por los toros? ¿Sólo por los toros?

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