Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Política | Mascarilla | Privacidad

​Terrible pandemia

​Estamos empezando a vivir en un mundo viral, por desgracia
|

El libro del filósofo esloveno Slavoj Zizek titulado Pandemia expone numerosas interpretaciones sobre las consecuencias de la crisis causada por el coronavirus. Parte de la afirmación de que estremece al mundo por las muertes y el sufrimiento que está produciendo esta nueva peste del siglo XXI.

Es verdad que la distancia corporal de seguridad es necesaria para evitar la infección por este virus maligno, pero eso no significa que no podamos experimentar internamente la cercanía o presencia de los demás. Parece que se toma más conciencia de que somos seres sociales.

La libertad de expresión y de crítica está amparada y protegida por las leyes como es lógico, pero partiendo de la confianza en la capacidad de opinar de todos. Como escribe Zizek «El principal argumento contra la idea de que el Estado tiene que controlar los rumores para evitar el pánico es que este mismo control propaga la desconfianza y crea aún más teorías conspiratorias».

Ciertamente, se observa un cambio social y civilizatorio considerable y parece que se está creando un nuevo paradigma económico que puede llegar a superar las coordenadas clásicas del mercado. El número de contagios ha aumentado mucho en España, porque una parte de las personas no han cumplido las normas de protección repetidas hasta la saciedad en los medios de comunicación.

Con la interconexión de las personas a nivel mundial y nacional no es de extrañar que los casos aumenten de modo desproporcionado en diversas partes del planeta. El mundo ha tenido mala suerte y sufre la contingencia del covid-19. Podía no haber sucedido.

Zizek pone en cuestión los fundamentos del neoliberalismo económico capitalista y dice que «lo importante es reflexionar sobre el triste hecho de que necesitamos una catástrofe para ser capaces de repensar las mismísimas características de la sociedad en la que vivimos».

Parece que la realidad virtual es el único espacio seguro del todo en relación con nuestra salud o vida. La solidaridad en el ámbito presencial se traduce en la distancia de seguridad y el uso de mascarilla. No es aceptable el control digital, algo que sucede en China, porque es una invasión de la intimidad personal.

En este sentido, los países occidentales con la protección de datos y con el derecho a la privacidad están en la buena línea de los derechos humanos. Porque la libertad individual o los derechos individuales son innegociables. Un simple virus ha cambiado el mundo de la noche a la mañana. Es una lección que ya hemos aprendido. Somos seres contingentes y sujetos al azar y a la casualidad. Y el planeta también, en cierto sentido, es frágil ya que puede sucumbir. Dentro de unos cinco mil millones de años quedará destruido por el Sol.

Por eso hace falta una solidaridad universal, si no queremos vivir escenarios de pesadilla. A nivel político Zizek está convencido de que es necesaria una especie de comunismo o socialismo que sirva de base a una real justicia social global.

El caso de Estados Unidos con casi 200.000 muertos por coronavirus da una idea de la magnitud de la tragedia humana que está padeciendo por la falta de medidas de protección obligatorias para todo el país. Y el responsable no hace falta citarlo, porque está en la mente de todos.

Las medidas de control y regulación de la gente para evitar los contagios no son arbitrarias y tienen sus límites y son útiles para salvar vidas. Si no se les da importancia el derecho a la vida desaparece y da igual todo.

Desde la perspectiva de Slavoj Zizek «La trampa es que aun cuando la vida acabe regresando a cierta normalidad, no será la misma que la que teníamos antes de la epidemia». Sobre esto tengo mis dudas. Lo que es indudable, a mi juicio, es que tenemos que repensar sobre nuestra orientación vital con todo lo que esto supone.

No se sabe lo que va a durar esta pandemia aunque se piensa que puede ser un par de años. En todo caso, lo que es evidente es que la vida de cada persona tenga la edad que tenga debe ser cuidada al máximo. Es entendible que Zizek insista en la asistencia incondicional, sin reparar en gastos. Todos tenemos derecho a vivir. No todo vale en este nuevo estado de cosas causado por la pandemia.

Estamos empezando a vivir en un mundo viral, por desgracia. De todos modos, es esencial organizar la vida cotidiana de una manera estable y dotar de significado a lo que se realiza.

​Terrible pandemia

José Manuel López García
miércoles, 2 de septiembre de 2020, 09:15 h (CET)

El libro del filósofo esloveno Slavoj Zizek titulado Pandemia expone numerosas interpretaciones sobre las consecuencias de la crisis causada por el coronavirus. Parte de la afirmación de que estremece al mundo por las muertes y el sufrimiento que está produciendo esta nueva peste del siglo XXI.

Es verdad que la distancia corporal de seguridad es necesaria para evitar la infección por este virus maligno, pero eso no significa que no podamos experimentar internamente la cercanía o presencia de los demás. Parece que se toma más conciencia de que somos seres sociales.

La libertad de expresión y de crítica está amparada y protegida por las leyes como es lógico, pero partiendo de la confianza en la capacidad de opinar de todos. Como escribe Zizek «El principal argumento contra la idea de que el Estado tiene que controlar los rumores para evitar el pánico es que este mismo control propaga la desconfianza y crea aún más teorías conspiratorias».

Ciertamente, se observa un cambio social y civilizatorio considerable y parece que se está creando un nuevo paradigma económico que puede llegar a superar las coordenadas clásicas del mercado. El número de contagios ha aumentado mucho en España, porque una parte de las personas no han cumplido las normas de protección repetidas hasta la saciedad en los medios de comunicación.

Con la interconexión de las personas a nivel mundial y nacional no es de extrañar que los casos aumenten de modo desproporcionado en diversas partes del planeta. El mundo ha tenido mala suerte y sufre la contingencia del covid-19. Podía no haber sucedido.

Zizek pone en cuestión los fundamentos del neoliberalismo económico capitalista y dice que «lo importante es reflexionar sobre el triste hecho de que necesitamos una catástrofe para ser capaces de repensar las mismísimas características de la sociedad en la que vivimos».

Parece que la realidad virtual es el único espacio seguro del todo en relación con nuestra salud o vida. La solidaridad en el ámbito presencial se traduce en la distancia de seguridad y el uso de mascarilla. No es aceptable el control digital, algo que sucede en China, porque es una invasión de la intimidad personal.

En este sentido, los países occidentales con la protección de datos y con el derecho a la privacidad están en la buena línea de los derechos humanos. Porque la libertad individual o los derechos individuales son innegociables. Un simple virus ha cambiado el mundo de la noche a la mañana. Es una lección que ya hemos aprendido. Somos seres contingentes y sujetos al azar y a la casualidad. Y el planeta también, en cierto sentido, es frágil ya que puede sucumbir. Dentro de unos cinco mil millones de años quedará destruido por el Sol.

Por eso hace falta una solidaridad universal, si no queremos vivir escenarios de pesadilla. A nivel político Zizek está convencido de que es necesaria una especie de comunismo o socialismo que sirva de base a una real justicia social global.

El caso de Estados Unidos con casi 200.000 muertos por coronavirus da una idea de la magnitud de la tragedia humana que está padeciendo por la falta de medidas de protección obligatorias para todo el país. Y el responsable no hace falta citarlo, porque está en la mente de todos.

Las medidas de control y regulación de la gente para evitar los contagios no son arbitrarias y tienen sus límites y son útiles para salvar vidas. Si no se les da importancia el derecho a la vida desaparece y da igual todo.

Desde la perspectiva de Slavoj Zizek «La trampa es que aun cuando la vida acabe regresando a cierta normalidad, no será la misma que la que teníamos antes de la epidemia». Sobre esto tengo mis dudas. Lo que es indudable, a mi juicio, es que tenemos que repensar sobre nuestra orientación vital con todo lo que esto supone.

No se sabe lo que va a durar esta pandemia aunque se piensa que puede ser un par de años. En todo caso, lo que es evidente es que la vida de cada persona tenga la edad que tenga debe ser cuidada al máximo. Es entendible que Zizek insista en la asistencia incondicional, sin reparar en gastos. Todos tenemos derecho a vivir. No todo vale en este nuevo estado de cosas causado por la pandemia.

Estamos empezando a vivir en un mundo viral, por desgracia. De todos modos, es esencial organizar la vida cotidiana de una manera estable y dotar de significado a lo que se realiza.

Noticias relacionadas

Los cimientos del posmodernismo se tambalearon en la edición más convulsa y polémica que se recuerda en toda la historia de Eurovisión. Todo el agitpro de Occidente dirigió sus esfuerzos a cancelar a Israel, ese pequeño oasis capitalista que aún pervive en Oriente Medio y trata de sojuzgar a la Palestina dominada por la organización terrorista Hamas.

Un error flagrante que se ha cometido en los sistemas de enseñanza-aprendizaje es el de haber sustituido al profesor por el alumno en el epicentro protagónico de dichos ámbitos. El pretender resarcir al docente de su ostracismo no ha de implicar perjuicio ninguno para el educando, el cual se vería aupado, de este modo, a un mayor privilegio, toda vez que dispondría, así, de verdaderos referentes en su proceso de formación.

Activistas se han concentrado en Tenerife este sábado a las puertas de Loro Parque, en Puerto de La Cruz, al grito de “basta ya de explotación animal”. Los acuarios son empresas que se benefician económicamente del cautiverio y la esclavitud de los animales, seres secuestrados de su hábitat al antojo de los egoístas humanos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto