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Las pasadas elecciones europeas, caracterizadas por la irrupción en el panorama dizque político del chico de la coleta, ha perjudicado notablemente los planes de la líder socialdemócrata, que se veía ya como heredera del PSOE

De UPyD y de la multitas y bronquitas

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Se consumó lo previsto en el guión. Sosa Wagner, eurodiputado recién elegido como cabeza de cartel de la formación magenta por segunda vez, denuncia un linchamiento contra él durante el Consejo Político que su partido celebró el pasado sábado. Su pecado: haber pedido desde las páginas del diario “El Mundo”, antaño tan entregado a doña Rosa, llegar a acuerdos entre UPyD y Ciudadanos. Y hacerlo en un momento en que los primeros se han estancado y los segundos están de moda. Vale, el editorial no era inocente. Concedamos eso a Rosa Díez, quien lleva lustros despreciando a Albert Rivera. Pero no es menos cierto que las pasadas elecciones europeas, caracterizadas por la irrupción en el panorama dizque político del chico de la coleta y su banda, ha perjudicado notablemente los planes de la líder socialdemócrata, que se veía ya como heredera de la formación política en que militara y en la cual perdió un congreso frente a esa lumbrera de occidente conocida como José Luis Rodríguez Zapatero, que es el PSOE. Después de los insultos públicos, que no argumentos políticos, protagonizados sobre todo por la aspirante a lideresa Irene Lozano, vino lo que Sosa Wagner ha descrito como “carnicería”. Que es un corte de mangas en toda regla al clamor mediático de los del wishful thinking del pacto entre UPyD y C´s de imposible cumplimiento.

Colea también el “multita o bronquita” de Esperanza Aguirre, a quien a finales de verano todos daban por candidata segura al ayuntamiento de la capital. Es la única posibilidad real, encuestas mandan, que tiene el PP, de conseguir mayoría absoluta en el municipio… y en la Comunidad. De ahí que no sean pocos los que vean, detrás de la decisión de la Audiencia de convertir una falta en delito, una mano negra y un intento de apear de la candidatura a la mejor baza de los populares. La propia Aguirre recuerda que el mismo magistrado, en un caso “muchísimo más grave” decidió que los hechos constituían una falta. Que el juez haya tomado la decisión en contra del criterio del fiscal, amparándose en una hasta ahora desconocida asociación que ejerce la acusación particular, no ayuda a despejar cualquier duda acerca de la independencia judicial. En el CIS, ya saben, sus Señorías están igualmente valoradas que políticos y periodistas. O sea, nada. En las próximas semanas iremos viendo en qué queda la cosa, pero si bien es cierto que el mismo día en que se conocía la imputación fuentes del PP afirmaban que eso cercenaba cualquier posibilidad de la presidenta del PP de Madrid, no es menos cierto que pocas horas después se vuelve a imponer el pragmatismo político.” Aguirre no nos gusta, ha enredado mucho contra la casa. Pero es la única que lo puede conseguir”, sostienen. Además, en Madrid, tener lío con un agente de movilidad, lo más que puede causarte, es que te ganes la simpatía de unas cuantas de sus víctimas. Y eso no es poca cosa.

De UPyD y de la multitas y bronquitas

Las pasadas elecciones europeas, caracterizadas por la irrupción en el panorama dizque político del chico de la coleta, ha perjudicado notablemente los planes de la líder socialdemócrata, que se veía ya como heredera del PSOE
Almudena Negro
martes, 9 de septiembre de 2014, 07:03 h (CET)
Se consumó lo previsto en el guión. Sosa Wagner, eurodiputado recién elegido como cabeza de cartel de la formación magenta por segunda vez, denuncia un linchamiento contra él durante el Consejo Político que su partido celebró el pasado sábado. Su pecado: haber pedido desde las páginas del diario “El Mundo”, antaño tan entregado a doña Rosa, llegar a acuerdos entre UPyD y Ciudadanos. Y hacerlo en un momento en que los primeros se han estancado y los segundos están de moda. Vale, el editorial no era inocente. Concedamos eso a Rosa Díez, quien lleva lustros despreciando a Albert Rivera. Pero no es menos cierto que las pasadas elecciones europeas, caracterizadas por la irrupción en el panorama dizque político del chico de la coleta y su banda, ha perjudicado notablemente los planes de la líder socialdemócrata, que se veía ya como heredera de la formación política en que militara y en la cual perdió un congreso frente a esa lumbrera de occidente conocida como José Luis Rodríguez Zapatero, que es el PSOE. Después de los insultos públicos, que no argumentos políticos, protagonizados sobre todo por la aspirante a lideresa Irene Lozano, vino lo que Sosa Wagner ha descrito como “carnicería”. Que es un corte de mangas en toda regla al clamor mediático de los del wishful thinking del pacto entre UPyD y C´s de imposible cumplimiento.

Colea también el “multita o bronquita” de Esperanza Aguirre, a quien a finales de verano todos daban por candidata segura al ayuntamiento de la capital. Es la única posibilidad real, encuestas mandan, que tiene el PP, de conseguir mayoría absoluta en el municipio… y en la Comunidad. De ahí que no sean pocos los que vean, detrás de la decisión de la Audiencia de convertir una falta en delito, una mano negra y un intento de apear de la candidatura a la mejor baza de los populares. La propia Aguirre recuerda que el mismo magistrado, en un caso “muchísimo más grave” decidió que los hechos constituían una falta. Que el juez haya tomado la decisión en contra del criterio del fiscal, amparándose en una hasta ahora desconocida asociación que ejerce la acusación particular, no ayuda a despejar cualquier duda acerca de la independencia judicial. En el CIS, ya saben, sus Señorías están igualmente valoradas que políticos y periodistas. O sea, nada. En las próximas semanas iremos viendo en qué queda la cosa, pero si bien es cierto que el mismo día en que se conocía la imputación fuentes del PP afirmaban que eso cercenaba cualquier posibilidad de la presidenta del PP de Madrid, no es menos cierto que pocas horas después se vuelve a imponer el pragmatismo político.” Aguirre no nos gusta, ha enredado mucho contra la casa. Pero es la única que lo puede conseguir”, sostienen. Además, en Madrid, tener lío con un agente de movilidad, lo más que puede causarte, es que te ganes la simpatía de unas cuantas de sus víctimas. Y eso no es poca cosa.

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