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Hablamos con Elsa de la Haza, portavoz de Blablacar España, tras la polémica de esta semana

“Compartir gastos para viajar en coche es legal, no un negocio”

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El Ministerio de Fomento desató el lunes la incertidumbre entre los usuarios de las redes sociales que conectan a personas para compartir coche en sus viajes. Una día antes de la huelga de taxistas que dejaría Madrid y Barcelona sin servicio público de taxi durante 24 horas, advertía a los usuarios de coches compartidos que no cuenten con la correspondiente autorización de que esta práctica constituye una "infracción muy grave" que puede ser sancionada con multas de entre 401 y 600 euros.

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El equipo de Blablacar España.
Al día siguiente desde Fomento aclaraban que no multarán a usuarios de plataformas como Blablacar o Uber, porque ponerse en contacto para realizar un servicio de transporte no requería autorización. Sin embargo, esa es la finalidad de Blablacar, una red social que pone en conecta a usuarios que viajan, mientras que Uber, diana de las quejas de los taxistas, funciona como un servicio de taxi convencional, pero pone en contacto a personas que quieren realizar un trayecto generalmente dentro de una ciudad, con un conductor no profesional que cobrará por ello.

Tras la primera información proporcionada por el Ministerio de Fomento, interpretada por todos como un aviso a navegantes, desde Blablacar se apresuraron a tranquilizar a los usuarios. “La primera noticia de Fomento era un poco confusa, abarcaba todo lo referente a compartir coche y los usuarios comenzaron a preguntarnos, por lo que hicimos un comunicado para aclarar que realmente no teníamos nada que ver con esto”, señala Elsa de la Haza, portavoz de Blablacar en España.

“Nos ha salpicado la polémica”, explica De la Haza, que recalca que “se han mezclado conceptos” ya que los usuarios de la red sociales no hacen nada ilegal, pues no realizan una actividad profesional ni tienen ánimo de lucro. “Nosotros no tenemos nada que ver con esta polémica, compartir gastos es legal, no un negocio” explica la portavoz, que recuerda que, junto con otros portales similares, Blablacar firmó un acuerdo en 2011 con el Gobierno para promover el uso compartido del coche, así como con diferentes universidades.

Sin embargo, desde marzo se enfrentan también a la patronal de autobuses, Fenebus, que ha interpuesto cinco denuncias contra la compañía por considerar que esta práctica representa un “peligro para la seguridad vial y supone competencia desleal” para las empresas de transporte por carretera.

De la Haza lamenta que se cataloge así a Blablacar, ya que las ofertas no son incompatibles. “En Alemania conviven el compartir coche con otros métodos desde hace 40 años, y no colisionan, todo lo contrario, es un enriquecimiento de la oferta y de las opciones para la sociedad", señala.

¿Cómo se financia Blablacar?
La empresa opera ya en 12 países de Europa, donde tiene un total de 130 trabajadores. Sin embargo, en España no obtiene beneficio directo ya que, hasta ahora, únicamente pone el soporte para que los viajeros se encuentren de la forma más segura posible, con sistemas de verificación.

La portavoz de Blablacar España explica que “como somos una start up europea nos financiamos de los inversores iniciales que confiaron en el proyecto y de la sostenibilidad que ya está teniendo el modelo en Francia”. Y es que allí la empresa ya está cobrando un porcentaje de la transacción.

Ese sistema comenzará a aplicarse en España antes de que acabe el año. El usuario realizará el pago por internet al realizar la reserva de un asiento y Blablacar pagará una vez concluido el viaje al conductor, quedándose con un 10% que habrá que pagar de más con motivo de “gastos de gestión”.

Pese a la polémica, Elsa de la Haza señala que tras la aclaración por parte de Blablacar y de Fomento “no ha bajado la organización de viajes a través del portal, incluso ha aumentado”.

Ahora parece que la guerra entre los modelos tradicional y del mundo digital tendrá dos vertientes: los taxistas contra Uber, y los autobuses contra Blablacar.

“Compartir gastos para viajar en coche es legal, no un negocio”

Hablamos con Elsa de la Haza, portavoz de Blablacar España, tras la polémica de esta semana
Alfredo Hinarejos
jueves, 12 de junio de 2014, 17:55 h (CET)
El Ministerio de Fomento desató el lunes la incertidumbre entre los usuarios de las redes sociales que conectan a personas para compartir coche en sus viajes. Una día antes de la huelga de taxistas que dejaría Madrid y Barcelona sin servicio público de taxi durante 24 horas, advertía a los usuarios de coches compartidos que no cuenten con la correspondiente autorización de que esta práctica constituye una "infracción muy grave" que puede ser sancionada con multas de entre 401 y 600 euros.

120614Blablacar
El equipo de Blablacar España.
Al día siguiente desde Fomento aclaraban que no multarán a usuarios de plataformas como Blablacar o Uber, porque ponerse en contacto para realizar un servicio de transporte no requería autorización. Sin embargo, esa es la finalidad de Blablacar, una red social que pone en conecta a usuarios que viajan, mientras que Uber, diana de las quejas de los taxistas, funciona como un servicio de taxi convencional, pero pone en contacto a personas que quieren realizar un trayecto generalmente dentro de una ciudad, con un conductor no profesional que cobrará por ello.

Tras la primera información proporcionada por el Ministerio de Fomento, interpretada por todos como un aviso a navegantes, desde Blablacar se apresuraron a tranquilizar a los usuarios. “La primera noticia de Fomento era un poco confusa, abarcaba todo lo referente a compartir coche y los usuarios comenzaron a preguntarnos, por lo que hicimos un comunicado para aclarar que realmente no teníamos nada que ver con esto”, señala Elsa de la Haza, portavoz de Blablacar en España.

“Nos ha salpicado la polémica”, explica De la Haza, que recalca que “se han mezclado conceptos” ya que los usuarios de la red sociales no hacen nada ilegal, pues no realizan una actividad profesional ni tienen ánimo de lucro. “Nosotros no tenemos nada que ver con esta polémica, compartir gastos es legal, no un negocio” explica la portavoz, que recuerda que, junto con otros portales similares, Blablacar firmó un acuerdo en 2011 con el Gobierno para promover el uso compartido del coche, así como con diferentes universidades.

Sin embargo, desde marzo se enfrentan también a la patronal de autobuses, Fenebus, que ha interpuesto cinco denuncias contra la compañía por considerar que esta práctica representa un “peligro para la seguridad vial y supone competencia desleal” para las empresas de transporte por carretera.

De la Haza lamenta que se cataloge así a Blablacar, ya que las ofertas no son incompatibles. “En Alemania conviven el compartir coche con otros métodos desde hace 40 años, y no colisionan, todo lo contrario, es un enriquecimiento de la oferta y de las opciones para la sociedad", señala.

¿Cómo se financia Blablacar?
La empresa opera ya en 12 países de Europa, donde tiene un total de 130 trabajadores. Sin embargo, en España no obtiene beneficio directo ya que, hasta ahora, únicamente pone el soporte para que los viajeros se encuentren de la forma más segura posible, con sistemas de verificación.

La portavoz de Blablacar España explica que “como somos una start up europea nos financiamos de los inversores iniciales que confiaron en el proyecto y de la sostenibilidad que ya está teniendo el modelo en Francia”. Y es que allí la empresa ya está cobrando un porcentaje de la transacción.

Ese sistema comenzará a aplicarse en España antes de que acabe el año. El usuario realizará el pago por internet al realizar la reserva de un asiento y Blablacar pagará una vez concluido el viaje al conductor, quedándose con un 10% que habrá que pagar de más con motivo de “gastos de gestión”.

Pese a la polémica, Elsa de la Haza señala que tras la aclaración por parte de Blablacar y de Fomento “no ha bajado la organización de viajes a través del portal, incluso ha aumentado”.

Ahora parece que la guerra entre los modelos tradicional y del mundo digital tendrá dos vertientes: los taxistas contra Uber, y los autobuses contra Blablacar.

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