Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Batallas reflexivas | Pena de muerte | Legislación | Delitos | Asesinatos

Las ventajas de la pena de muerte

La pena de muerte pretende reducir los delitos relacionados con esta pena, como por ejemplo los asesinatos
Cude
viernes, 23 de mayo de 2014, 06:47 h (CET)

El principio de proporcionalidad puede resumirse con la siguiente premisa: “una acción es proporcional si equivale a otra anterior.” Este principio no se puede aplicar ante una persona que ha causado la muerte de 150 individuos, por ejemplo. El motivo es claro: se está aplicando una fórmula de 150 por una persona. De este modo, en un caso como el reflejado, no se respondería al principio de proporcionalidad, ya que la primera acción fue estratosféricamente más injusta respecto a si se hubiera matado a una persona. Por lo tanto, la acción es proporcional a la inversa, ya que no significa que no haya causa suficiente, sino más bien al contrario, hay una causa excesiva para condenar a muerte a esa persona.


Por otro lado, hay que tener presente la teoría retribucionista. Ésta consiste en que una pena supone un castigo por haber alterado el orden social. Por ejemplo, desde esta teoría se pretende que una persona que haya planificado la matanza de 150 individuos tenga que ser castigada por el daño hecho a esas personas y a su entorno. Por lo tanto, la pena de muerte está justificada por la teoría retribucionista, es decir, porque es justo que quien haya asesinado a otra persona sea castigada con la propia muerte.

Continuando con otra teoría, es necesario introducir la prevención general. Ésta consiste en conseguir intimidar o estimular a la sociedad para que no se cometan delitos. Haciendo referencia al ejemplo anterior, la pena será útil para que la sociedad sea consciente de cuáles son las consecuencias de uno o más asesinatos. En este sentido, la pena de muerte sería una fórmula de socialización de la población, ya que se está lanzando el siguiente mensaje: no mates, porque si lo haces, ya sabes las consecuencias que habrán. Por lo tanto, la pena de muerte está justificada, porque es una medida que pretende reducir los delitos relacionados con esta pena, como por ejemplo los asesinatos.

Por otro lado, si la persona “A” asesina a “B” se produce la muerte de “B”. A pesar de todo, antes de la muerte de “B”, éste hubiera tenido el derecho a la legítima defensa; es decir, si “B” hubiera actuado antes de su muerte y hubiera matado a “A”, la muerte de “A” no se hubiera considerado injusta, ya que respondería a un acto de legítima defensa. De este modo, como que “B” no ha podido ejecutar su legítima defensa, es lícito que la sociedad pueda aplicarla, no considerándose por lo tanto, un asesinato del Estado.

Finalmente, otro factor que justifica la pena de muerte es que se evitaría un gasto público descomunal. Antes de nada, hay que tener en cuenta que los delitos que responden a la pena de muerte y a la cadena perpetua suelen ser bastante similares. Por ejemplo, cuando un individuo es juzgado como un asesino en serie, las dos opciones más claras son las mencionadas, a no ser que una de ellas o ambas estén prohibidas por la legislación. Desde una perspectiva económica, es mejor aplicar la pena de muerte, ya que mantener toda la vida a una persona asesina, o en todo caso, a varias personas asesinas, es un coste bestial para la administración pública.

Noticias relacionadas

Los legisladores actuales se han acostumbrado, de una forma que yo llamaría indecente, a lo que se le ocurre (sea lo que sea) a alguno de esos personajes (masculinos, femeninos y neutros) de la rampante y vulgar moda de los pijos progres. Estamos observando en los últimos tiempos que el legislador actual se entromete en ámbitos privados sin ningún recato, creando normas para regular los modelos que necesita para la promoción de su disparatada ideología.

En medio de la escalada del aluvión de desastres climáticos que nos acorralan y de los incesantes conflictos que nos persiguen, defender los valores humanos y la ética humanitaria, es una de las más urgentes necesidades del momento. Hoy más que nunca precisamos reponernos, trabajar en los valores interiores de cada cual, para encontrar el reposo necesario y la primordial quietud que generan las razones de la esperanza, que todos nos merecemos por el mismo hecho de nacer.

Ni teléfono ni internet, lo justo para sentirse desnortado y pensar en otras posibilidades. Al abrir la ventana escuché a varias personas que llevaban un transistor en la mano, pegado al oído como aquel fatídico 23F o las tardes de domingo para conocer los resultados del fútbol. Decidí no esperar más y pensé dónde podía estar alguno de los dos transistores que tenía en otra época. No tardé en encontrarlos y, tras poner pilas nuevas, resulta que funcionaban como el primer día.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto