Gabriela López

Llega la primavera y, como cada año, la operación bikini vuelve a estar en boca de todos. Una vez más queremos recomendar a nuestros lectores una vida sana y equilibrada, ya que las dietas drásticas pueden resultar muy perjudiciales. Es inevitable: llega el buen tiempo y todos nos empezamos a preocupar del aspecto de nuestro cuerpo. La gran mayoría nos lamentamos de no habernos cuidado lo suficiente en invierno, cuando encontrar excusas es tan fácil: hace muy mal tiempo para salir a hacer deporte, la ropa de abrigo nos ayuda a ocultar todo lo que no queremos enseñar, nos apetecen comidas copiosas y chocolates calientes para entrar en calor... El invierno es, en definitiva, el peor enemigo de la vida sana.

La buena noticia es que ya hemos dejado atrás los meses fríos, y con ellos se nos han acabado las excusas. Ya apetecen comidas más ligeras y se pueden practicar actividades al aire libre, de modo que nuestro consejo es aprovechar la primavera para empezar una dieta equilibrada y poder volver a lucir nuestra ropa veraniega sin ningún complejo.

Llegados a este punto, aligerar las comidas puede suponer una prueba de fuego para nuestra fuerza de voluntad: de repente vamos a pasar mucha hambre, y a todas horas; por lo que debemos superar la tentación de picar algo poco saludable y buscar un sustituto sano para calmar el ansia. Para ello nuestros mayores aliados pueden ser los batidos; aunque lamentablemente no nos referimos a los de chocolate o vainilla si no a los batidos ricos en vitaminas, nutrientes y proteínas, que nos pueden ayudar a complementar comidas y también a adelgazar.

Existen innumerables recetas de licuados para bajar de peso, de modo que no nos costará trabajo dar con una que nos guste y además nos sirva para sustituír meriendas o aperitivos o completar comidas y ayudarnos a equilibrar nuestra dieta.

Dependiendo de las frutas o verduras que se usen, un batido puede tener múltiples propiedades: prevenir enfermedades cardiovasculares (con sandías, pomelos, tomates o papayas), disminuír la inflamación vascular y aumentar el flujo sanguíneo (con cerezas, arándanos y ciruelas), disminuír el colesterol LDL y proteger nuestras células con su acción antioxidante (con peras, manzanas y espárragos), y mejorar nuestro sistema inmune (con zanahorias, calabazas, albaricoques o mangos). Incluso los clásicos zumos de naranja, melocotón o piña aportan multitud de vitaminas, intervienen en la protección del sistema inmunológico y ayudan a combatir la oxidación de nuestras células.

Es importante tener en cuenta que no es recomendable sustituír las comidas principales del día por licuados o batidos, pues aunque provocarían una bajada de peso rápida, no son una fuente de nutrientes equilibrada como lo son los alimentos al natural, y no ayudarían a crear una conciencia para mantener una dieta equilibrada a largo plazo.

Como siempre, nuestra recomendación es buscar el equilibrio. Una operación bikini drástica puede descompensar nuestro organismo, pero adoptar esta primavera unas costumbres de alimentación y ejercicio físico moderadas nos puede ayudar a superar el próximo invierno sin que los excesos se nos vayan de las manos.