En la búsqueda del look de novia más personal, son muchos los accesorios que pueden sumar puntos para diseñar el mejor estilismo. No solo las joyas, el velo o los tocados añaden personalidad al vestido nupcial, también pueden sumarse prendas desmontables, piezas de quita y pon y uno de los complementos más tradicionales: el mantón de Manila. Carmina Pairet, fundadora de la firma Vestir Arte, especializada en todo tipo de mantones (antiguos, vintage, nuevos, bordados a mano o máquina, flecados en España o en el extranjero) nos da las claves para llevarlo cuando lo luce la protagonista del gran día.

VESTIR ARTE. FOTO: NOLITA STUDIO
“Las novias pueden apostar por el mantón de Manila como inversión más allá del día de la boda. Es un complemento que puede combinarse hasta con looks cotidianos y que en el caso del look nupcial puede hacer las veces de capa, prenda de abrigo o incluso pieza clave en un segundo estilismo para el gran día”, señala la experta. Y agrega: “en este caso suelen decantarse por los tonos blancos, cremas y beis. Las más clásicas escogen los que tienen el bordado en el mismo tono (monocromáticos), mientras que las más arriesgadas prefieren aquellos que incorporan bordados a color”.
Sobre cómo colocarlo nos cuenta: “puede llevarse abierto o doblado sobre un hombro; a modo de chal (doblado por la mitad de forma más cuadrada o en pico); colocado cruzándolo por la zona delantera del cuerpo o a modo de capote”.

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Cómo elegir el mantón de Manila:
A estas propuestas sobre el mantón de Manila en novias, Carmina Pairet, de Vestir Arte, también nos deja algunas instrucciones para elegir la pieza más apropiada y entender algo más sobre la misma.

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“Nuestras clientas suelen preguntar qué es mejor si un mantón antiguo o un mantón nuevo y siempre contesto que depende. Los mantones antiguos suelen ser más caros que lo nuevos, pero no siempre es así. Si quieres un mantón muy bordado y a mano, el precio de uno nuevo puede superar a un antiguo. Si lo que quieres es estrenar un mantón y saber que está en condiciones óptimas cuando lo hagas, un mantón nuevo es una buena opción. Si te inclinas hacia tejidos modernos y colores contemporáneos, un mantón nuevo podría ser la elección adecuada. Además, si te importa seguir las tendencias de moda actuales, un mantón nuevo puede ofrecer diseños actuales que se ajusten a la moda. Si es para mantón de invitada, será más fácil dar con uno que se ajuste a tu estilismo.

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La elección entre un mantón hecho a mano o un mantón a máquina, también es una cuestión de presupuesto. Si aprecias la artesanía tradicional, un mantón antiguo o mantón bordado a mano podría ser más acorde con tus gustos. En el caso que no tengas un presupuesto elevado, puedes optar por un mantón pre-loved o de segunda mano, que será una opción siempre más asequible. Se pueden encontrar mantones de los años 1940 a 1980 bordados a mano a muy buen precio, lo que les convierte en una gran opción, siempre que estén bien conservados.

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En cualquier caso, también es muy importante fijarse en el fleco y enrejado del mantón porque es una parte esencial del mantón y es la que suele sufrir más desperfectos. Siempre existe la posibilidad de volverlo a flecar.
Los mantones mecánicos antiguos hechos entre los años 20 y los años 50 casi no se diferencian de los mantones realizados a mano. A veces resulta difícil diferenciarlos. Sí es más sencillo diferenciar un mantón de mano antiguo de uno a mano más actual. Uno del siglo XIX con respecto a los del siglo XX.

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También hay perfiles de clienta que solo buscan mantones cantoneses anteriores al siglo XX, no quieren uno bordado a mano en España.
Los mantones actuales hechos a máquina que son excesivamente industriales, ya que no están realizados en seda, lo que hace que se note al tacto. El bordado mecánico actual es mucho más gordo y al darle la vuelta, no es igual por delante que por detrás. El fleco sí suele estar bien hecho”.

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