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Opinión
Etiquetas | Brexit | UK | Boris Johnson
Johnson consiguió el voto táctico de Farage a cambio de nada y de ninguna concesión

Voto táctico

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Según todas las encuestas Boris Johnson apunta a ganar los comicios británicos, pero esto viene haciendo que se propongan a todos aquellos que estén por un nuevo referéndum sobre la Unión Europea el que voten por aquel partido que en su distrito está más en posibilidades de derrotar a quienes quieren que se dé el Brexit en menos de 2 meses. ¿Qué produce esa tendencia al voto táctico?

Distintos votos tácticos




En estas elecciones generales británicas cada vez más y más crece la tendencia de muchos electores a ir a sufragar, no tanto por el partido que más les guste, sino por aquel que más puede derrotar al enemigo principal.

En las últimas elecciones que se dieron para renovar a un puesto parlamentario (por Brecon, en el este de Gales, a una semana que Boris Johnson llegó a ser primer ministro el 24 de julio) se impuso la primera expresión del voto táctico. Los liberales demócratas desbancaron a los conservadores y ganaron esa representación parlamentaria con el apoyo de los demás partidos pro-europeos como lo son los verdes y el partido de Gales.

Luego, el partido del Brexit de Nigel Farage decidió retirar la mayoría de sus candidatos para dejarles la cancha libre a los conservadores. Tanto en Brecon, como antes en Peterborough, que fueron las últimas elecciones para renovar un puesto en el parlamento (“byelections” en inglés), los partidos anti-europeos perdieron por competir separados, pese a que en esos dos distritos había ganado en el referéndum del 206 la opción de salirse de la UE.

Al hacer que renuncien la mayoría de sus candidatos, el partido del Brexit pasó de haber sacado el 32% en Gran Bretaña en mayo a quedar como el peor parado en estos comicios, pues en todos los sondeos bordea el 3% y sin ninguna chance de ganar un solo parlamentario. Sin embargo, gracias a su sacrificio Boris Johnson ha logrado contener la posibilidad que los liberal demócratas le quiten bancas y puede avanzar en los distritos laboristas.

La idea del voto táctico se ha extendido a Irlanda del Norte donde el Sinn Féin, el principal partido nacionalista, va a dar sus votos en ciertos distritos para favorecer a los otros partidos pro-europeos (como la Alianza liberal o los socialdemócratas), a pesar que este partido nunca asume sus bancas pues considera que hacerlo implica aceptar la anexión británica de su región. En un distrito de Belfast los unionistas se unen para evitar que allí ganen los republicanos.

LAB-LIB




Ahora la idea del voto táctico viene siendo auspiciada por el ex primer ministro laborista Tony Blair y por el diario The Guardian quienes plantean que la gente que está por votar liberal en distritos donde solamente los laboristas pueden derrotar a los conservadores, deben recapacitar y taparse la nariz para votar por los rojos pues sino ganarían los azules y en menos de dos meses estaríamos fuera de la UE. De la misma manera, los electores laboristas deberían secundar a los liberales, verdes y nacionalistas de Escocia o Gales allí donde ellos sean quienes más pueden evitar que Johnson triunfe.

Una muestra de lo que puede pasar es que en Uxbridge, el distrito donde Boris Johnson se presenta para ser reelecto parlamentario, los liberales demócratas habrían dejado de hacer campaña para favorecer al joven laborista Ali Milani para que él pudiese desbancar al primer ministro y con ello anularle cualquier posibilidad de ser reelecto.

Sin embargo, no existe ningún acuerdo a nivel nacional entre los líderes laboristas Jeremy Corbyn y liberal demócrata Jo Swinson. Esto, pese a que las encuestas siguen arrojando una significativa diferencia en favor de Johnson y unos posibles resultados donde los conservadores lograrían mayoría absoluta y estos dos partidos perderían bancas, algo que implicaría que tanto Corbyn como Swinson debieran renunciar a sus cargos directivos apenas se conozcan una posibles cifras de la derrota.

No es nada fácil realizar tal acuerdo. Si bien la época en la cual Tony Blair y Paddy Ashdown lideraban a a los partidos rojo y amarillo, respectivamente, sí se dieron ese tipo de acuerdos, ahora laboristas y liberal demócratas tienen jefaturas muy contrapuestas. Blair se movía hacia la derecha y Ashdown hacia la izquierda lo cual hacía que ambos tuviesen elementos en común y dialogaran para hacer una entente progresistas para sacar para siempre a los conservadores del poder.

La cosa empezó a cambiar cuando Nick Clegg movió al liberalismo democrático hacia la derecha y hacia conformar una coalición detrás de los conservadores, con lo cual se impidió que Gordon Brown siga de primer ministro. La coalición azul-amarilla hizo numerosos ajustes que desgastaron a los liberales demócratas (y que hicieron que los laboristas desbanquen a Clegg), mientras que ello generó las condiciones para que dentro de la base laborista avance un nuevo líder que presione a los rojos a moverse hacia la izquierda.

Mientras la nueva lideresa liberal demócrata Jo Swinson fue secretaria de Clegg y considera a Corbyn tan malo como Johnson, Corbyn siempre ataca a los recortes sociales impuestos por la coalición conservadora-liberal del 2010-15.

Boris




La primera elección que tuvo que enfrentar Johnson (Brecon) su partido la perdió debido al voto táctico de los pro-europeos, pero ahora él ha aprendido y este gran estratega electoral puede terminar venciendo el 12 de diciembre habiendo logrado el voto táctico del partido del Brexit y evitando que se unan contra él sus principales rivales.

Johnson consiguió el voto táctico de Farage a cambio de nada y de ninguna concesión. Es más, lo único que va a ganar el Partido del Brexit y Farage tras esa decisión es no conseguir un solo parlamentario y en ir a desaparecer de la escena política.


En cambio, los laboristas y liberales sí pudiesen retener o aumentar sus bancas si lograsen alguna forma de acuerdo, aunque sus estrategias electorales diametralmente se lo impiden. Swinson vetó votar por Corbyn cuando él pudo reemplazar a Johnson como primer ministro con el voto del parlamento. Ella ha querido destrozarlo y también al laborismo habiendo reclutado antiguos parlamentarios de dicho partido, y Corbyn no ve con buenos ojos replegar a sus candidatos para permitir que sus antiguos disidentes ganen en ciertos distritos.

Por su parte, Johnson ha logrado hacer que estas elecciones se transformen en un nuevo referéndum sobre la UE, pero uno en el cual solamente bastaría ganar solo con 2/5 de los votos y no con la mitad más uno de los votos.

Voto táctico

Johnson consiguió el voto táctico de Farage a cambio de nada y de ninguna concesión
Isaac Bigio
martes, 10 de diciembre de 2019, 08:24 h (CET)

Según todas las encuestas Boris Johnson apunta a ganar los comicios británicos, pero esto viene haciendo que se propongan a todos aquellos que estén por un nuevo referéndum sobre la Unión Europea el que voten por aquel partido que en su distrito está más en posibilidades de derrotar a quienes quieren que se dé el Brexit en menos de 2 meses. ¿Qué produce esa tendencia al voto táctico?

Distintos votos tácticos




En estas elecciones generales británicas cada vez más y más crece la tendencia de muchos electores a ir a sufragar, no tanto por el partido que más les guste, sino por aquel que más puede derrotar al enemigo principal.

En las últimas elecciones que se dieron para renovar a un puesto parlamentario (por Brecon, en el este de Gales, a una semana que Boris Johnson llegó a ser primer ministro el 24 de julio) se impuso la primera expresión del voto táctico. Los liberales demócratas desbancaron a los conservadores y ganaron esa representación parlamentaria con el apoyo de los demás partidos pro-europeos como lo son los verdes y el partido de Gales.

Luego, el partido del Brexit de Nigel Farage decidió retirar la mayoría de sus candidatos para dejarles la cancha libre a los conservadores. Tanto en Brecon, como antes en Peterborough, que fueron las últimas elecciones para renovar un puesto en el parlamento (“byelections” en inglés), los partidos anti-europeos perdieron por competir separados, pese a que en esos dos distritos había ganado en el referéndum del 206 la opción de salirse de la UE.

Al hacer que renuncien la mayoría de sus candidatos, el partido del Brexit pasó de haber sacado el 32% en Gran Bretaña en mayo a quedar como el peor parado en estos comicios, pues en todos los sondeos bordea el 3% y sin ninguna chance de ganar un solo parlamentario. Sin embargo, gracias a su sacrificio Boris Johnson ha logrado contener la posibilidad que los liberal demócratas le quiten bancas y puede avanzar en los distritos laboristas.

La idea del voto táctico se ha extendido a Irlanda del Norte donde el Sinn Féin, el principal partido nacionalista, va a dar sus votos en ciertos distritos para favorecer a los otros partidos pro-europeos (como la Alianza liberal o los socialdemócratas), a pesar que este partido nunca asume sus bancas pues considera que hacerlo implica aceptar la anexión británica de su región. En un distrito de Belfast los unionistas se unen para evitar que allí ganen los republicanos.

LAB-LIB




Ahora la idea del voto táctico viene siendo auspiciada por el ex primer ministro laborista Tony Blair y por el diario The Guardian quienes plantean que la gente que está por votar liberal en distritos donde solamente los laboristas pueden derrotar a los conservadores, deben recapacitar y taparse la nariz para votar por los rojos pues sino ganarían los azules y en menos de dos meses estaríamos fuera de la UE. De la misma manera, los electores laboristas deberían secundar a los liberales, verdes y nacionalistas de Escocia o Gales allí donde ellos sean quienes más pueden evitar que Johnson triunfe.

Una muestra de lo que puede pasar es que en Uxbridge, el distrito donde Boris Johnson se presenta para ser reelecto parlamentario, los liberales demócratas habrían dejado de hacer campaña para favorecer al joven laborista Ali Milani para que él pudiese desbancar al primer ministro y con ello anularle cualquier posibilidad de ser reelecto.

Sin embargo, no existe ningún acuerdo a nivel nacional entre los líderes laboristas Jeremy Corbyn y liberal demócrata Jo Swinson. Esto, pese a que las encuestas siguen arrojando una significativa diferencia en favor de Johnson y unos posibles resultados donde los conservadores lograrían mayoría absoluta y estos dos partidos perderían bancas, algo que implicaría que tanto Corbyn como Swinson debieran renunciar a sus cargos directivos apenas se conozcan una posibles cifras de la derrota.

No es nada fácil realizar tal acuerdo. Si bien la época en la cual Tony Blair y Paddy Ashdown lideraban a a los partidos rojo y amarillo, respectivamente, sí se dieron ese tipo de acuerdos, ahora laboristas y liberal demócratas tienen jefaturas muy contrapuestas. Blair se movía hacia la derecha y Ashdown hacia la izquierda lo cual hacía que ambos tuviesen elementos en común y dialogaran para hacer una entente progresistas para sacar para siempre a los conservadores del poder.

La cosa empezó a cambiar cuando Nick Clegg movió al liberalismo democrático hacia la derecha y hacia conformar una coalición detrás de los conservadores, con lo cual se impidió que Gordon Brown siga de primer ministro. La coalición azul-amarilla hizo numerosos ajustes que desgastaron a los liberales demócratas (y que hicieron que los laboristas desbanquen a Clegg), mientras que ello generó las condiciones para que dentro de la base laborista avance un nuevo líder que presione a los rojos a moverse hacia la izquierda.

Mientras la nueva lideresa liberal demócrata Jo Swinson fue secretaria de Clegg y considera a Corbyn tan malo como Johnson, Corbyn siempre ataca a los recortes sociales impuestos por la coalición conservadora-liberal del 2010-15.

Boris




La primera elección que tuvo que enfrentar Johnson (Brecon) su partido la perdió debido al voto táctico de los pro-europeos, pero ahora él ha aprendido y este gran estratega electoral puede terminar venciendo el 12 de diciembre habiendo logrado el voto táctico del partido del Brexit y evitando que se unan contra él sus principales rivales.

Johnson consiguió el voto táctico de Farage a cambio de nada y de ninguna concesión. Es más, lo único que va a ganar el Partido del Brexit y Farage tras esa decisión es no conseguir un solo parlamentario y en ir a desaparecer de la escena política.


En cambio, los laboristas y liberales sí pudiesen retener o aumentar sus bancas si lograsen alguna forma de acuerdo, aunque sus estrategias electorales diametralmente se lo impiden. Swinson vetó votar por Corbyn cuando él pudo reemplazar a Johnson como primer ministro con el voto del parlamento. Ella ha querido destrozarlo y también al laborismo habiendo reclutado antiguos parlamentarios de dicho partido, y Corbyn no ve con buenos ojos replegar a sus candidatos para permitir que sus antiguos disidentes ganen en ciertos distritos.

Por su parte, Johnson ha logrado hacer que estas elecciones se transformen en un nuevo referéndum sobre la UE, pero uno en el cual solamente bastaría ganar solo con 2/5 de los votos y no con la mitad más uno de los votos.

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