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Adrián Candal

Cuestión demagógica

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Últimamente se vienen escuchando quejas en los medios de comunicación sobre la “intromisión” de asuntos políticos en el fútbol y deporte. Los programas que deberían ser meramente informativos opinan libremente sobre asuntos, que nada les ocupan. Centrémonos en el caso que nos ocupa.

Tras el partido del pasado domingo que enfrentó al Barcelona y al Racing de Santander, una periodista del canal catalán TV3, preguntó en catalán, la lengua oficial de Catalunya, una cuestión al camerunés Samuel Eto’o. Este contestó, que le hablase en castellano, explicando posteriormente que dado el agobio que en ese momento tenía el jugador del Barcelona, no entendía la pregunta. La periodista del ente autonómico respondió educadamente en castellano al pichichi de la liga. De esa simple anécdota, los programas de radio se han llenado de minutos criticando la política “imperialista” del nacionalismo catalán.

Evidentemente ni en TV3, ni en la TVG, por poner otro ejemplo los periodistas van a hablar en español si no se pide lo contrario. Para proseguir en el ejemplo, Caparrós atiende cada domingo las preguntas en gallego de los periodistas del la radio gallega. Eo no es un imperialismo, es parte de la vida de A Coruña. El gallego, No hay más polémica. Ni mala educación.

Samuel Eto’o cuando llegó a España siendo un adolescente, entró a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid. Al llegar a un país nuevo, para entenderse mejor, y como es normal, aprendió la lengua propia, el castellano. Ahora, en el Barcelona el contrato del jugador le recomienda que aprenda catalán en dos años. Esto es muy lógico, dado que al igual que en Madrid, el delantero es conveniente que aprenda la lengua que se habla mayoritariamente en Barcelona. La misma cuestión pragmática Hasta ahí todo normal.

Ahora, muchos cargan las tintas contra esta decisión del Barcelona de exigir que su plantilla hable el catalán. Y cuando gente que no está muy preparada, habla de cosas que no entiende, se pueden cometer errores de principiante. Para empezar, el catalán no es ni un dialecto ni una deformación de nada. Es una lengua, igual que el castellano. En la escuela nos enseñaron que no hay lenguas ni mejores ni peores. Simplemente más o menos habladas. Todo lo que se salga de ese tiesto es demagogia. Y es bueno proponer un ejercicio de análisis al lector para que atestigüe en los medios si se produce dicha demagogia.

Después de todo, la afirmación “la política fuera del fútbol” no tiene sentido. La política afecta a todos. También a futbolistas. Y en el fútbol hay política, como en todo ámbito vital. Por lo tanto, pedir que se desligue una cosa de otra es algo que se denomina una pamplina. Volvemos a la demagogia.

Cuestión demagógica

Adrián Candal
Adrián Candal
viernes, 22 de septiembre de 2006, 22:05 h (CET)
Últimamente se vienen escuchando quejas en los medios de comunicación sobre la “intromisión” de asuntos políticos en el fútbol y deporte. Los programas que deberían ser meramente informativos opinan libremente sobre asuntos, que nada les ocupan. Centrémonos en el caso que nos ocupa.

Tras el partido del pasado domingo que enfrentó al Barcelona y al Racing de Santander, una periodista del canal catalán TV3, preguntó en catalán, la lengua oficial de Catalunya, una cuestión al camerunés Samuel Eto’o. Este contestó, que le hablase en castellano, explicando posteriormente que dado el agobio que en ese momento tenía el jugador del Barcelona, no entendía la pregunta. La periodista del ente autonómico respondió educadamente en castellano al pichichi de la liga. De esa simple anécdota, los programas de radio se han llenado de minutos criticando la política “imperialista” del nacionalismo catalán.

Evidentemente ni en TV3, ni en la TVG, por poner otro ejemplo los periodistas van a hablar en español si no se pide lo contrario. Para proseguir en el ejemplo, Caparrós atiende cada domingo las preguntas en gallego de los periodistas del la radio gallega. Eo no es un imperialismo, es parte de la vida de A Coruña. El gallego, No hay más polémica. Ni mala educación.

Samuel Eto’o cuando llegó a España siendo un adolescente, entró a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid. Al llegar a un país nuevo, para entenderse mejor, y como es normal, aprendió la lengua propia, el castellano. Ahora, en el Barcelona el contrato del jugador le recomienda que aprenda catalán en dos años. Esto es muy lógico, dado que al igual que en Madrid, el delantero es conveniente que aprenda la lengua que se habla mayoritariamente en Barcelona. La misma cuestión pragmática Hasta ahí todo normal.

Ahora, muchos cargan las tintas contra esta decisión del Barcelona de exigir que su plantilla hable el catalán. Y cuando gente que no está muy preparada, habla de cosas que no entiende, se pueden cometer errores de principiante. Para empezar, el catalán no es ni un dialecto ni una deformación de nada. Es una lengua, igual que el castellano. En la escuela nos enseñaron que no hay lenguas ni mejores ni peores. Simplemente más o menos habladas. Todo lo que se salga de ese tiesto es demagogia. Y es bueno proponer un ejercicio de análisis al lector para que atestigüe en los medios si se produce dicha demagogia.

Después de todo, la afirmación “la política fuera del fútbol” no tiene sentido. La política afecta a todos. También a futbolistas. Y en el fútbol hay política, como en todo ámbito vital. Por lo tanto, pedir que se desligue una cosa de otra es algo que se denomina una pamplina. Volvemos a la demagogia.

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