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Con la muerte en los talones

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Después de la temporada marcada por el Real Madrid, la plantilla y Mourinho tienen la última oportunidad para intentar reconciliarse con la afición en cierto modo y poder brindar un título que aunque no sabe a gran victoria, también reinará en las vitrinas del club si el próximo viernes deciden saltar al terreno de juego a por la victoria.

No hay película que pueda describir mejor lo que se le avecina a la “Casa Blanca” este próximo viernes. Comidas de hermandad, unión de vestuario, diálogo y entrenamientos dinámicos para intentar dejar de lado la sombra más oscura que lleva varios meses, o quizá varios años, deambulando por los rincones de Valdebebas. Todo parece poco para olvidar por lo menos durante 90 minutos estas idas y venidas que hacen que el equipo se muestre inseguro, completamente a la deriva y como si disputara una pachanga de recreo.

“Con la muerte en los talones” se encuentra toda la plantilla y en especial el técnico luso. La temporada, pese a llegar a semifinales de Champions y pelear hasta el final por una remontada que casi se llegó a forjar y que vibraba en el corazón de todos los aficionados, no está siendo de lo más fructífera. Los seguidores quieren victorias, triunfos y pelea en el terreno de juego. Por lo pronto esta temporada no se ha cumplido casi nada de eso. Van, vienen, pero no terminan de comprometerse. Cuando llega la hora de la verdad, parece que hasta los más grandes pinchan y aflojan el ritmo y luego pasa lo que pasa. Este deporte es colectivo, es de grupo y parece que en ocasiones no quieren entenderlo. Ni el mismísimo Mourinho, con todo lo que presume, ha logrado sacar lo mejor de la plantilla al completo. Siguen trabajando a golpe de individualismo y eso se traduce en ser segundones en una Liga que se dejaron escapar hace mucho tiempo y una Champions donde vieron las orejas al lobo. Con una plantilla como la que tiene el Real Madrid, el pelear únicamente por el triunfo de Copa, parece que sabe a poco.

Ahora bien, no subestimemos un choque como este. Un gran derbi que se vivirá en el Bernabéu el próximo viernes. Un encuentro donde  la concentración y las ganas marcarán la diferencia. El Atlético ha firmado una buena temporada y con Falcao en estado de gracia todo es posible. Finales de altura para triunfos que se traducen de forma diferente en ambos clubes. La forma de afrontar la final es decisiva y la afición espera ver un enfrentamiento de altura donde no haya tregua. 90 minutos de contras, de jugadas dignas de una final y de sed de goles.

Es el último cartucho para los de Mourinho, para ellos y para él mismo. Una temporada sin levantar un título acarrearía muchos más detractores, si cabe, al técnico y aunque es vox pópuli que la próxima temporada el actual campeón de Champions y también ya de Europa League contará con sus servicios en el banco, no es plato de buen gusto cerrar una etapa de esta forma tan desagradable. La victoria copera apaciguaría un poco las aguas y pondría un pequeño broche de orgullo y satisfacción para poder comenzar a pensar en un nuevo proyecto de cara a la próxima campaña.

Con Mou o sin Mou, con Iker o sin Iker, con Cristiano o sin él. Eso ya es cosa del planteamiento del club como entidad, pero desde luego que si confían en sus intereses y apuestan por volver a ser un equipo que pelee por todo y presuma de señorío, de entre esos tres cracks, hay uno que sin duda sobra. Por sus formas y también por el balance final de títulos conseguidos. A los hechos me remito, solo hay que hacer cuentas. Se han conseguido muchos logros con la llegada de Mourinho, pero no olvidemos que también se han perdido cosas mucho más importantes por el camino. Una vez más, con la muerte en los talones. No queda otra que encomendarse a una plantilla unida y con el objetivo puesto en una victoria sin precedentes.

Con la muerte en los talones

Lara Franco Andrés
jueves, 16 de mayo de 2013, 13:58 h (CET)

Después de la temporada marcada por el Real Madrid, la plantilla y Mourinho tienen la última oportunidad para intentar reconciliarse con la afición en cierto modo y poder brindar un título que aunque no sabe a gran victoria, también reinará en las vitrinas del club si el próximo viernes deciden saltar al terreno de juego a por la victoria.

No hay película que pueda describir mejor lo que se le avecina a la “Casa Blanca” este próximo viernes. Comidas de hermandad, unión de vestuario, diálogo y entrenamientos dinámicos para intentar dejar de lado la sombra más oscura que lleva varios meses, o quizá varios años, deambulando por los rincones de Valdebebas. Todo parece poco para olvidar por lo menos durante 90 minutos estas idas y venidas que hacen que el equipo se muestre inseguro, completamente a la deriva y como si disputara una pachanga de recreo.

“Con la muerte en los talones” se encuentra toda la plantilla y en especial el técnico luso. La temporada, pese a llegar a semifinales de Champions y pelear hasta el final por una remontada que casi se llegó a forjar y que vibraba en el corazón de todos los aficionados, no está siendo de lo más fructífera. Los seguidores quieren victorias, triunfos y pelea en el terreno de juego. Por lo pronto esta temporada no se ha cumplido casi nada de eso. Van, vienen, pero no terminan de comprometerse. Cuando llega la hora de la verdad, parece que hasta los más grandes pinchan y aflojan el ritmo y luego pasa lo que pasa. Este deporte es colectivo, es de grupo y parece que en ocasiones no quieren entenderlo. Ni el mismísimo Mourinho, con todo lo que presume, ha logrado sacar lo mejor de la plantilla al completo. Siguen trabajando a golpe de individualismo y eso se traduce en ser segundones en una Liga que se dejaron escapar hace mucho tiempo y una Champions donde vieron las orejas al lobo. Con una plantilla como la que tiene el Real Madrid, el pelear únicamente por el triunfo de Copa, parece que sabe a poco.

Ahora bien, no subestimemos un choque como este. Un gran derbi que se vivirá en el Bernabéu el próximo viernes. Un encuentro donde  la concentración y las ganas marcarán la diferencia. El Atlético ha firmado una buena temporada y con Falcao en estado de gracia todo es posible. Finales de altura para triunfos que se traducen de forma diferente en ambos clubes. La forma de afrontar la final es decisiva y la afición espera ver un enfrentamiento de altura donde no haya tregua. 90 minutos de contras, de jugadas dignas de una final y de sed de goles.

Es el último cartucho para los de Mourinho, para ellos y para él mismo. Una temporada sin levantar un título acarrearía muchos más detractores, si cabe, al técnico y aunque es vox pópuli que la próxima temporada el actual campeón de Champions y también ya de Europa League contará con sus servicios en el banco, no es plato de buen gusto cerrar una etapa de esta forma tan desagradable. La victoria copera apaciguaría un poco las aguas y pondría un pequeño broche de orgullo y satisfacción para poder comenzar a pensar en un nuevo proyecto de cara a la próxima campaña.

Con Mou o sin Mou, con Iker o sin Iker, con Cristiano o sin él. Eso ya es cosa del planteamiento del club como entidad, pero desde luego que si confían en sus intereses y apuestan por volver a ser un equipo que pelee por todo y presuma de señorío, de entre esos tres cracks, hay uno que sin duda sobra. Por sus formas y también por el balance final de títulos conseguidos. A los hechos me remito, solo hay que hacer cuentas. Se han conseguido muchos logros con la llegada de Mourinho, pero no olvidemos que también se han perdido cosas mucho más importantes por el camino. Una vez más, con la muerte en los talones. No queda otra que encomendarse a una plantilla unida y con el objetivo puesto en una victoria sin precedentes.

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