Sabes muy bien ahora, Gregoríh Elixeit,
lo que puedo llegar a sentir en mi
interior de manzanita madura de tres euros.
¿Sabes qué siento mi Gregorio?,
no, es imposible que lo sepas.
Tu orgulloso corazón de hombre
no te lo permite ni te lo comunica.
Tu alma no siente inquietud
como puedo hacerlo yo.
Pobre de mí,
que siempre me enamoré
de lo prohibido, cerca de un río.
Queriendo buscar fácilmente
un buen camino lleno de misericordia,
pisé la grama húmeda
y ella poco a poco
se secó.
Y fue para mi bien...
¿Sabes qué? …
sólo hay amor
entre seres de buen corazón
y cuando son sinceros,
y quieren llegar
juntos a viejos en la misma casita,
aunque desaparezca la belleza
y llegue el dolor.
Lo demás es “amor irreal”
y para un momento,
o por dinero.
Por ello,
viendo las horas pasar
en ese viejo reloj de mi sala
quiero olvidarte para siempre,
cuando sé que aún siento
que no viví todo lo que quería
vivir estando a tu lado en todas partes…
Pero ese algo intenso y puro,
jamás, óyeme bien, será,
nuestro cariño jamás fructificará,
nunca se unirán nuestros cuerpos
ni verán un amanecer juntos.
Y que decir de nuestras almas…
tan distintas, indiscretas
y anticuadas.
Imposible.
Viendo las horas pasar
quiero olvidar lo que sentí por ti
y que tanto daño me produce,
pues en mi futuro
otros árboles frutales debo sembrar.
Viendo el agua de los ríos
que van a dar al amplio mar,
recuerdo una y otra vez,
"agua que no has de beber…
déjala correr".
Contemplando el mar inmenso
me quedo en calma, como distante.
Siento que una ola me abraza
y me lleva agua adentro
y grito fuerte:
Uyuyayyy “Libertad”.
Quiero salir de esta cárcel
en la que me metí contigo
pues tú no eres ni siquiera un gran amigo.
Quiero correr como un tigre
en el bosque de Acuericielle
y ver algo más
que el tiempo se me va sin querer,
y que aún, triste y amargamente
en mi pobre corazón estás presente…
no sé si por miedo
o por pena de las buenas.
Bueno, todo va a pasar,
mejores tiempos vendrán.
Las nubes oscuras del cielo
se van a ocultar tras el monte
Goaivypure.
Bueno,
pronto nos sentiremos mejor,
pronto seré alcaldesa
de la selva Rimbanciwirt Vhurout
y me adentraré en el bosque Guawarín,
muy lejos de todo lo vivido
y prometo…
no regresar jamás.
Para mis amigas de paseos Raquel y Fina.