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La política, ejercicio a nivel público de la función parental, está infectada de gente menuda, sin altura de miras además. Función parental que conlleva prohibición, protección y propulsión (fácil de recordar como las tres pes). Prohibir con el fin de proteger y propulsar luego en la sociedad que se lidera actividades que la ayuden en su crecimiento. Y es aquí donde la altura de miras adquiere su más alto significado. Junto a políticos que procuran llevar a cabo su labor correctamente, cohabita una "flora política" de charlatanes, provocadores y trepas, que conocen muy bien las técnicas de marketing y publicidad, pero que andan muy justitos de madurez y talla política.
En titulares -de lo particular a lo universal- por si les da pereza leerlo entero. Un fondo buitre expulsa a los vecinos de toda la vida de un barrio de Madrid, mediante proceso de apropiación. El 45% de los hogares en alquiler están empobrecidos. La juventud no puede tener vivienda, aunque trabaje. Si alquilas, no puedes comprar. Los jóvenes -ahora- no pueden ahorrar. La solución -con voluntad política- es crear un parque público de viviendas en alquiler.
Trece años hace del 15M, cuando espontáneamente grupos de personas acamparon en plazas en la mayoría de las ciudades de España. Fue un movimiento pacífico reclamando mejoras en todos los aspectos sociales para la población. Mejoras que, trece años después, el PSOE se está arrogando como propias.
Nuestro paso por aquí abajo, se sustenta en allanar los caminos vivientes y en facilitar pulsaciones existenciales. Todo hay que hacerlo con amor, reconociendo, respetando y apreciando a los demás. Por desgracia, aún no hemos aprendido a convivir en paz, porque nos falta cultivar los remos interiores, con la capacidad de escucha, mediante un soplo de entendimiento y de cooperación mutua.
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