Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Política | Reflexión | Nazismo | comunismo

La pedagogía del desastre duradero

La hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, el fascismo, el nazismo o el derrumbe del bloque comunista fueron muy ilustrativos en las contraproducentes potencialidades de la acción política
Augusto Manzanal Ciancaglini
lunes, 20 de mayo de 2019, 16:48 h (CET)

Según el Global Risks Report 2019 publicado por el Foro Económico Mundial, la Cuarta Revolución Industrial está marcada por una línea borrosa entre lo humano y lo tecnológico. En este marco, diversos fenómenos, como la crisis del 2008, los atentados terroristas o la gran oleada migratoria, han ido confluyendo en un punto que genera determinados posicionamientos ideológicos.

Muchos occidentales, arrastrando una cada vez más profunda inseguridad laboral, terminan atemorizados, solos y confinados en una voluble capsula que recorre un confuso magma de desinformación plagado de noticias falsas, las cuales a su vez circulan con una velocidad asfixiante; la interacción de estas con las noticias confirmadas produce una mezcla en un plano de inmediatez tan estrecho que todo empieza a hacerse indemostrable. De esta forma, se disminuye tanto la capacidad de discernir como la empatía y surge una tendencia a la polarización.

El enojo de los aislados que se conectan solo virtualmente y en grupos muy compactos en cuanto a la afinidad ideológica, nubla los criterios, uniformiza los pensamientos y engendra una ansiedad cada vez más incontrolable que muchas veces se traduce en opciones políticas radicales.

Ahora bien, la paradoja aparece en los instrumentos para superar esta conmoción, los cuales se encuentran dentro de sus consecuencias: gradualmente se pueden reajustar los fundamentos de esta ruptura social, pues el valor pedagógico de la vergüenza ajena, el despropósito político y la mentira desnudada, junto a la misma interconexión impulsada por la tecnología, tienen que ir despejando ideas frágiles apuntaladas por nexos endebles.

De norte a sur emergen el laberinto del brexit y la larga crisis de Venezuela, mientras que por el este sobresale el auge y la caída del fanático Estado Islámico, ejemplos actuales de la pedagogía del desastre.

La hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, el fascismo, el nazismo o el derrumbe del bloque comunista fueron muy ilustrativos en las contraproducentes potencialidades de la acción política. Hoy parecería que todo sucede más rápido, pero los desastres continúan siendo dilatados. La institucionalidad va a un ritmo más lento y eso mitiga la velocidad de la tecnología de la información y la impaciencia de sus usuarios que opinan infundadamente. Por ende, el Estado de derecho, con todos sus defectos, debe seguir siendo el principal filtro que atenúa los errores del ciudadano.

Diversos eventos económicos e innovaciones comunicacionales convergen hasta atizar comportamientos irreflexivos. Sin embargo, la historia enseña que los traumas sociales originados por las revoluciones tecnológicas tarde o temprano se canalizan parcialmente a través del Estado. Dado que la política y la tecnología suelen representar la causa y la solución de la mayoría de los infortunios humanos, en ese fecundo circuito se va forjando paulatinamente el progreso.

Noticias relacionadas

Entre los judíos norteamericanos, donde su comunidad ha sido «preservada de los horrores de lo que sucedió en Europa», el Holocausto se estudia y se conmemora con fervor. Cabe señalar, por ejemplo, que Washington es el lugar de un museo colosal dedicado al Holocausto. Así, el Holocausto ha sido utilizado para “justificar muchos acontecimientos políticos” contemporáneos.

Hoy quiero invitarlos a reflexionar en torno a un fenómeno recurrente en las democracias occidentales, a saber, la ilusión de una política decadente que ha logrado con éxito que ningún voto rompa ninguna cadena. La creencia inquebrantable en el sufragio como catalizador de un cambio profundo define una de las grandes ficciones perversas de nuestro tiempo.

Tras la retirada de Estados Unidos y la OTAN y el cese del apoyo al gobierno republicano, los talibanes tomaron el poder en Afganistán con poca resistencia y prácticamente sin combates. Actualmente, países de la región como Rusia, China, Irán y los estados de Asia Central han establecido relaciones activas y multilaterales con los talibanes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto