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Crítica de la obra de Ignacio Martínez de Pisón

‘Filek. El estafador que engañó a Franco’, un libro bien alejado de la ficción

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2506184Filek’, subtitulada ‘El estafador que engañó a Franco’, es por ahora la última entrega del escritor aragonés Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960). Editada por Seix Barral, ‘Filek’ recoge las andanzas de un tipo peculiar, Albert von Filek, un auténtico sinvergüenza, un obstinado timador de nacionalidad austríaca y de profesión químico, que engañó descaradamente al mismísimo Dictador. Claro que, para que ello sucediera, se produjeron unas circunstancias extremadamente propicias, la más importante el terco empeño del victorioso golpista por encontrar un tipo de combustible que, en los atroces tiempos de la posguerra y de la II Guerra Mundial, permitiese a España subsistir de modo autosuficiente y alcanzar el triunfo inapelable de la autarquía económica tan anhelada por el gobierno franquista.

Filek, al que Martínez de Pisón descubrió a través de la biografía de Franco escrita por Paul Preston, presumía de orígenes nobiliarios y militares. Su pasado venía jalonado por una serie de estafas de mayor o menor calado. Allí por donde había pasado, perduraban dolorosas huellas de su «buen» quehacer delictivo. Por esta circunstancia, visitó las cárceles republicanas españolas, en cuyas celdas trabaría conocimiento con Ramón Serrano Suñer, con quien compartiría la tensión y los nervios del miedo a ser fusilado en alguna de las frecuentes sacas que condujeron a la muerte a buen número de prisioneros. Concluida la Guerra, su pretendida amistad con el cuñadísimo del Dictador actuaría como pasaporte para que este timador huérfano de cualquier tipo de escrúpulos cumpliera parte de sus objetivos y estuviera a punto de alcanzar el éxito total.


La fascinación por el proyecto de Albert von Filek sólo puede comprenderse a través de la idea megalómana de Franco, empecinado en que España asumiera el papel destacado que la Historia del Mundo le reservaba. La perspectiva de ser los únicos dueños de un combustible revolucionario, que llevaba por nombre «filekina», sintético, capaz para impulsar vehículos a motor, y de detentar en exclusiva una fórmula mágica, secreta, compuesta en realidad por una mezcla de extractos vegetales y agua del río Jarama, resultaba demasiado tentadora para que un gobierno tan necesitado de recursos la dejase escapar, a pesar de que todas las evidencias existentes señalaban que se trataba de una estafa de dimensiones mayúsculas. En este sentido, Franco llegó a rechazar los informes negativos que elaboraron ingenieros y técnicos sobre el combustible, fiándose más de la opinión complacida de su propio chófer sobre la «filekina».

Descubierto el engaño, Filek pasaría una larga temporada al abrigo de la sombra de las cárceles franquistas, que ya había visitado durante el periodo republicano, de las que las autoridades gubernativas parecían empeñadas en no dejarle salir, ya que vetaron su puesta en libertad en varias ocasiones. Fuentes policiales calificaron al estafador como «persona de mala conducta moral, pública y privada, e indeseable en todos los órdenes». El químico austriaco se marcharía de España después de muchos intentos para morir en Hamburgo, sin que siquiera se conozca en qué lugar recibió sepultura.


Con ‘Filek’ Ignacio Martínez regresa a una de sus dos vertientes literarias, la que se interesa por la investigación histórica, de la que ya conocimos su anterior entrega ‘Enterrar a los muertos’, y por un tiempo se olvida de la ficción, representada entre otras por sus novelas ‘El tiempo de las mujeres’, ‘El día de mañana’, cuya adaptación para serie televisiva está a punto de estrenarse si no lo ha hecho ya, ‘La buena reputación’ y ‘Derecho natural’.


A lo largo de la narración, el escritor aragonés deja bien claro que ‘Filek’ no es una novela, sino la reconstrucción de la vida de este singular timador de nacionalidad austríaca, que incluye notas y capítulo bibliográfico. De hecho, durante la lectura informa en numerosas ocasiones sobre la procedencia de la información y datos que maneja. Archivos, hemerotecas, parroquias y registros, virtuales o no, han sido testigos del paso del escritor en pos del rastro de Albert von Filek. Esta búsqueda, además, le ha permitido ofrecer un relato de la España de los primeros tiempos de la posguerra, donde la escasez y la represión constituyeron los brutales pilares en los que se asentaría un régimen dictatorial, que regiría España durante los siguientes cuarenta años. La meticulosidad y rigurosidad de Martínez de Pisón es tal que, en este sentido, cabría preguntarse si la historiografía hispana no se ha perdido un investigador de primer nivel o, al menos, del mismo magnífico nivel que sus producciones literarias aludidas anteriormente.



‘Filek. El estafador que engañó a Franco’. Seix Barral, 2018. 285 páginas, tapa blanda. Precio: 19.00 euros.

‘Filek. El estafador que engañó a Franco’, un libro bien alejado de la ficción

Crítica de la obra de Ignacio Martínez de Pisón
Herme Cerezo
lunes, 25 de junio de 2018, 06:39 h (CET)

2506184Filek’, subtitulada ‘El estafador que engañó a Franco’, es por ahora la última entrega del escritor aragonés Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960). Editada por Seix Barral, ‘Filek’ recoge las andanzas de un tipo peculiar, Albert von Filek, un auténtico sinvergüenza, un obstinado timador de nacionalidad austríaca y de profesión químico, que engañó descaradamente al mismísimo Dictador. Claro que, para que ello sucediera, se produjeron unas circunstancias extremadamente propicias, la más importante el terco empeño del victorioso golpista por encontrar un tipo de combustible que, en los atroces tiempos de la posguerra y de la II Guerra Mundial, permitiese a España subsistir de modo autosuficiente y alcanzar el triunfo inapelable de la autarquía económica tan anhelada por el gobierno franquista.

Filek, al que Martínez de Pisón descubrió a través de la biografía de Franco escrita por Paul Preston, presumía de orígenes nobiliarios y militares. Su pasado venía jalonado por una serie de estafas de mayor o menor calado. Allí por donde había pasado, perduraban dolorosas huellas de su «buen» quehacer delictivo. Por esta circunstancia, visitó las cárceles republicanas españolas, en cuyas celdas trabaría conocimiento con Ramón Serrano Suñer, con quien compartiría la tensión y los nervios del miedo a ser fusilado en alguna de las frecuentes sacas que condujeron a la muerte a buen número de prisioneros. Concluida la Guerra, su pretendida amistad con el cuñadísimo del Dictador actuaría como pasaporte para que este timador huérfano de cualquier tipo de escrúpulos cumpliera parte de sus objetivos y estuviera a punto de alcanzar el éxito total.


La fascinación por el proyecto de Albert von Filek sólo puede comprenderse a través de la idea megalómana de Franco, empecinado en que España asumiera el papel destacado que la Historia del Mundo le reservaba. La perspectiva de ser los únicos dueños de un combustible revolucionario, que llevaba por nombre «filekina», sintético, capaz para impulsar vehículos a motor, y de detentar en exclusiva una fórmula mágica, secreta, compuesta en realidad por una mezcla de extractos vegetales y agua del río Jarama, resultaba demasiado tentadora para que un gobierno tan necesitado de recursos la dejase escapar, a pesar de que todas las evidencias existentes señalaban que se trataba de una estafa de dimensiones mayúsculas. En este sentido, Franco llegó a rechazar los informes negativos que elaboraron ingenieros y técnicos sobre el combustible, fiándose más de la opinión complacida de su propio chófer sobre la «filekina».

Descubierto el engaño, Filek pasaría una larga temporada al abrigo de la sombra de las cárceles franquistas, que ya había visitado durante el periodo republicano, de las que las autoridades gubernativas parecían empeñadas en no dejarle salir, ya que vetaron su puesta en libertad en varias ocasiones. Fuentes policiales calificaron al estafador como «persona de mala conducta moral, pública y privada, e indeseable en todos los órdenes». El químico austriaco se marcharía de España después de muchos intentos para morir en Hamburgo, sin que siquiera se conozca en qué lugar recibió sepultura.


Con ‘Filek’ Ignacio Martínez regresa a una de sus dos vertientes literarias, la que se interesa por la investigación histórica, de la que ya conocimos su anterior entrega ‘Enterrar a los muertos’, y por un tiempo se olvida de la ficción, representada entre otras por sus novelas ‘El tiempo de las mujeres’, ‘El día de mañana’, cuya adaptación para serie televisiva está a punto de estrenarse si no lo ha hecho ya, ‘La buena reputación’ y ‘Derecho natural’.


A lo largo de la narración, el escritor aragonés deja bien claro que ‘Filek’ no es una novela, sino la reconstrucción de la vida de este singular timador de nacionalidad austríaca, que incluye notas y capítulo bibliográfico. De hecho, durante la lectura informa en numerosas ocasiones sobre la procedencia de la información y datos que maneja. Archivos, hemerotecas, parroquias y registros, virtuales o no, han sido testigos del paso del escritor en pos del rastro de Albert von Filek. Esta búsqueda, además, le ha permitido ofrecer un relato de la España de los primeros tiempos de la posguerra, donde la escasez y la represión constituyeron los brutales pilares en los que se asentaría un régimen dictatorial, que regiría España durante los siguientes cuarenta años. La meticulosidad y rigurosidad de Martínez de Pisón es tal que, en este sentido, cabría preguntarse si la historiografía hispana no se ha perdido un investigador de primer nivel o, al menos, del mismo magnífico nivel que sus producciones literarias aludidas anteriormente.



‘Filek. El estafador que engañó a Franco’. Seix Barral, 2018. 285 páginas, tapa blanda. Precio: 19.00 euros.

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