El quince de Octubre del año 2009, el ganadero paraguayo Fidel Santiago Zavala Serrati, quien entonces tenía 45 años, fue secuestrado en su mismo establecimiento situado en Paso Barreto, Concepción.

Los hechos sacudieron a la sociedad paraguaya y tuvieron amplia cobertura periodística, quizás la mayor en la historia de estos hechos punibles acaecidos en el país.

En el secuestro había participado una decena de integrantes de la plana mayor del grupo insurgente, quienes también se llevaron su camioneta.

Durante los tres meses que estuvo secuestrado, el país asistió indignado a la impotencia de las autoridades, hasta que Fidel fue liberado por gestión propia y privada de sus familiares.

Hoy Fidel es la esperanza de resurrección para el Partido Patria Querida, agrupación que ha ejercido una labor parlamentaria alejada de los cuestionamientos y escándalos que marcan a los demás partidos presentes en el Congreso.

Patria Querida, que llegó a ser la tercera fuerza del Congreso, fue perdiendo predicamento y protagonismo político paulatinamente, hasta que Fidel se sumó a sus filas para resucitarlo de sus cenizas, como un ave Fénix.

El candidato, como es lógico, señaló en su campaña a los medios que una de sus motivaciones para lanzarse a la arena política es la intranquilidad reinante en gran parte de la sociedad debido a los secuestros, sobre todo en el norte.

Fidel Zavala ha dicho sin ambigüedades que en el norte del país mucha gente está dolida y temerosa, sintiendo la impotencia ante la falta de resultados de una Fuerza de Tareas Conjuntas que lleva cinco años consumiendo grandes recursos presupuestarios.

Sabe mejor que nadie, que para regresar con vida de un secuestro la vía obligada es mantener alejada a la policía y a los militares, como su propio hermano expresó en una conversación exigida como prueba de vida a los captores.

Como lo ha expresado el candidato a los medios: “Los resultados son los que nos marcan y la realidad es esa”.

En el aspecto lingüístico-discursivo, sobre todo, este domingo los electores tienen la oportunidad de sentar posición ante quienes llevan décadas queriendo manipular una opinión pública arisca a sus pretensiones.

El 23 puede amanecer un país reconciliado, sobre todo con la verdad que fue distorsionada por aquellos que buscaron imponer un discurso ajeno a la voluntad de la gente.

Por supuesto se trata de un tema amplio, pero que una parte importante de la hipocresía de la que está imbuido el discurso hegemónico, puede ser erradicada este domingo y de una u otra forma, eso terminará siendo beneficioso para toda la sociedad.

Este domingo, la sociedad paraguaya tiene la oportunidad de sacudirse de los discursos hipócritas, también en temas como la mentada inseguridad que sufre el norte del país debido a las operaciones de la guerrilla y la impotencia gubernista. Temas recurrentes cuando se apela al ataque político personal desde radios y redacciones, pero que no tiene acción consecuente cuando se trata de dar su verdadera dimensión a las candidaturas.

Votar por Fidel Zavala es la alternativa para sincerarse.