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En la constitución alemana están ilegalizados los partidos separatistas

El milagro español

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El axioma de que España es diferente se vislumbra a diario de manera flagrante ante el estupor de no pocos ciudadanos, al contemplar cómo se ríen de los ciudadanos de a pie de forma tan descarada dentro y fuera de nuestro país.

Las tropelías políticas a las que estamos asistiendo, de echarse los trastos a la cabeza unos a otros, sin importar lo más mínimo el bienestar de la sociedad solo ellos mismos y su sillón, está resultando tan indignante que están poniendo al país al borde de un ataque de nervios.


Los independentistas catalanes, que no llegan ni al 50% de los habitantes de Cataluña, han puesto en jaque la gobernabilidad de un país que por no haber resuelto el problema en sus comienzos, con la aplicación, en su totalidad, de la ley que para eso la tenemos, nos está doliendo la cabeza a todos. Los cabecillas y sus secuaces se escapan libremente presumiendo de ello, recibiendo prebendas públicas y eligiendo las leyes del país que más les favorezcan para resolver de forma más leve el tremendo embrollo en el que ellos mismos se han metido. Por si todo esto fuera poco, parió un juez alemán de un modesto juzgado regional, un feto prematuro y medio putrefacto que como se lleve a término la actuación, se va a sentar un precedente tan impropio que traerá unas consecuencias funestas para toda Europa, ya que cada cual podrá hacer lo que les plazca sin temor a represalias, pues buscarán el lugar idóneo para resolver su problema. Si no se respetan las leyes constitucionales de cada país, que hagan una común para la unión europea, pero mientras tanto deben respetarse las distintas constituciones existentes. En España, Puigdemont está procesado por rebelión (artículo 472 de nuestra constitución), sedición (artículo 544), malversación y otros posibles de desobediencia y prevaricación.


Si las leyes alemanas no coinciden en su totalidad con las definiciones de las nuestras, que no se metan en esos berengenales y dejen que cada país juzgue y condene a sus culpables que para eso infringieron su propias leyes. Si el delito de rebelión, el más grave y por lo tanto el que más años de cárcel conlleva, no lo valoran por no tener acción violenta públicamente el personaje en sí, sí ha arengado con su comportamiento a que lo realizasen otras personas, por lo tanto tan culpables son la cabeza pensante como los brazos ejecutores. En la constitución alemana están ilegalizados los partidos separatistas, si tan demagogos y democráticos somos, copiemos también de ellos lo que nos hubiera permitido no tener este enredo. Desestabilizar, caprichosamente con engaños y fantasías amparándose en la ignorancia de sus seguidores, a una región y por consiguiente retrasando el buen funcionamiento de un país, requiere un escarmiento ad hoc para que en lo sucesivo sepan a qué atenerse el que cometa semejante atrocidad.


Los separatistas se ríen de todos, un juez de medio pelo (regional) alemán se ríe de todo un juez del Tribunal Supremo Español, los partidos minoritarios, se unen y se ríen de los votados mayoritariamente, los delincuentes también se ríen porque son tratados como héroes, los que saquean las arcas de todos se revuelcan de la risa y no devuelven ni un solo euro, por reír que no quede, lo malo es que mientras tanto el ciudadano normalito, de a pie, llora la vergüenza de sentirse abandonado, robados económicamente, y desvalijados de toda dignidad. El milagro consiste en la capacidad de aguante que demostramos todos. ¿Por qué será? ¿¡¡Qué hemos hecho Señor para merecer esto!!?

El milagro español

En la constitución alemana están ilegalizados los partidos separatistas
Carmen Muñoz
sábado, 7 de abril de 2018, 10:43 h (CET)

El axioma de que España es diferente se vislumbra a diario de manera flagrante ante el estupor de no pocos ciudadanos, al contemplar cómo se ríen de los ciudadanos de a pie de forma tan descarada dentro y fuera de nuestro país.

Las tropelías políticas a las que estamos asistiendo, de echarse los trastos a la cabeza unos a otros, sin importar lo más mínimo el bienestar de la sociedad solo ellos mismos y su sillón, está resultando tan indignante que están poniendo al país al borde de un ataque de nervios.


Los independentistas catalanes, que no llegan ni al 50% de los habitantes de Cataluña, han puesto en jaque la gobernabilidad de un país que por no haber resuelto el problema en sus comienzos, con la aplicación, en su totalidad, de la ley que para eso la tenemos, nos está doliendo la cabeza a todos. Los cabecillas y sus secuaces se escapan libremente presumiendo de ello, recibiendo prebendas públicas y eligiendo las leyes del país que más les favorezcan para resolver de forma más leve el tremendo embrollo en el que ellos mismos se han metido. Por si todo esto fuera poco, parió un juez alemán de un modesto juzgado regional, un feto prematuro y medio putrefacto que como se lleve a término la actuación, se va a sentar un precedente tan impropio que traerá unas consecuencias funestas para toda Europa, ya que cada cual podrá hacer lo que les plazca sin temor a represalias, pues buscarán el lugar idóneo para resolver su problema. Si no se respetan las leyes constitucionales de cada país, que hagan una común para la unión europea, pero mientras tanto deben respetarse las distintas constituciones existentes. En España, Puigdemont está procesado por rebelión (artículo 472 de nuestra constitución), sedición (artículo 544), malversación y otros posibles de desobediencia y prevaricación.


Si las leyes alemanas no coinciden en su totalidad con las definiciones de las nuestras, que no se metan en esos berengenales y dejen que cada país juzgue y condene a sus culpables que para eso infringieron su propias leyes. Si el delito de rebelión, el más grave y por lo tanto el que más años de cárcel conlleva, no lo valoran por no tener acción violenta públicamente el personaje en sí, sí ha arengado con su comportamiento a que lo realizasen otras personas, por lo tanto tan culpables son la cabeza pensante como los brazos ejecutores. En la constitución alemana están ilegalizados los partidos separatistas, si tan demagogos y democráticos somos, copiemos también de ellos lo que nos hubiera permitido no tener este enredo. Desestabilizar, caprichosamente con engaños y fantasías amparándose en la ignorancia de sus seguidores, a una región y por consiguiente retrasando el buen funcionamiento de un país, requiere un escarmiento ad hoc para que en lo sucesivo sepan a qué atenerse el que cometa semejante atrocidad.


Los separatistas se ríen de todos, un juez de medio pelo (regional) alemán se ríe de todo un juez del Tribunal Supremo Español, los partidos minoritarios, se unen y se ríen de los votados mayoritariamente, los delincuentes también se ríen porque son tratados como héroes, los que saquean las arcas de todos se revuelcan de la risa y no devuelven ni un solo euro, por reír que no quede, lo malo es que mientras tanto el ciudadano normalito, de a pie, llora la vergüenza de sentirse abandonado, robados económicamente, y desvalijados de toda dignidad. El milagro consiste en la capacidad de aguante que demostramos todos. ¿Por qué será? ¿¡¡Qué hemos hecho Señor para merecer esto!!?

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