Algunos catalogan este tipo de películas, “Red de Libertad”, como “cine católico”, con cierto aire peyorativo. Ciertamente, la película no esconde la verdad de la fe, imprescindible para entender la historia que cuenta.
Pero es cine, ni más ni menos, con el mérito añadido de que está hecho contracorriente y de que, a pesar de no competir en igualdad de condiciones, es capaz de llevar a las salas a mucha gente; un público que además de buscar en el cine un legítimo entretenimiento, también sabe apreciar el enorme valor de un testimonio tan actual como el de una religiosa que entrega su vida por completo a aquellos que han sido descartados y que han quedado al margen de lo que se suele escribir en las grandes páginas de la historia.
