Cuando los políticos se llenan la boca y el ego utilizando sin ningún pudor las palabras pobreza, necesidad o justicia, en la mayoría de los casos hablan de una realidad que ni conocen ni tienen interés en conocer.

Cada vez que pasamos de un año a otro me pongo a pensar de forma casi obsesiva en el tiempo, algo de lo que todos hablamos pero del que sabemos poco.

Navidad, unas fiestas ancestrales que se montaron sobre otras relacionadas con Mitra o con Saturno o con Osiris o con el solsticio de invierno. ¿Qué más da?

“Tenemos que cambiar la forma en que distribuimos la salud. Se la tenemos que llevar a la gente a sus casas.

Al llegar estas fechas, me embarga una cierta tristura, una extraña soledad. De niños, comenzaba un tiempo nuevo, un tiempo de rito y de celebración.

En esta época del año recibimos y enviamos más mensajes de los habituales. Algunos se dirigen a familiares y amigos cercanos, pero muchos a personas “olvidadas” durante 365 días.

Tras mi primer articulo en este Diario la semana pasada, pedí a mis amigos que lo leyeran y me lo criticaran.

La fascinación es el motor que casi siempre impulsa (a/hacia) la creatividad; se ubica entre la alucinación y lo irresistiblemente tangible. Es algo difuso y emocionante, fugaz e intemporal…

Por propia razón de ser y de cohabitar, somos gente apasionada. Ahí radica la expectativa de volver a ilusionarnos.

En los anales de la civilización más antigua del mundo se encuentran referencias a “salvajes que merodeaban por el lejano Oeste”, del Reino del Centro. “Vestían pieles y se cobijaban en cavernas. Hablaban a gritos y comían con las manos”.

Por el aumento del 30% en el gasto en Defensa el próximo año, se diría que España se enfrenta a una amenaza militar inminente: oleadas de extremistas agazapados en las montañas de países vecinos con el propósito de recuperar Al Andalus,.

Me encanta esta coyuntura de buenos propósitos. Ojalá no fuese un tiempo pasajero y gobernase por entero nuestras vidas. Sin duda, deberíamos poner en práctica, ese retorno a la humildad, al acercamiento de la gente, algo que siempre nos engrandece las vísceras.

Como cada año, ha llegado el tiempo de Navidad en el que unos a otros nos deseamos felicidades, aunque realmente no tenemos nada claro qué sea la tal felicidad.

Se nos critica a las personas mayores por no adaptarnos al mundo moderno. Sin embargo, nosotros nos responsabilizamos por todo lo que hemos hecho y no culpamos a nadie por ello. Podemos, parafraseando a Neruda, confesar que hemos vivido.

En medio de un contexto de precariedad laboral y de altos niveles de desempleo, la Plataforma de Voluntariado de España (PVE) promueve una “certificación de competencias a través del voluntariado”.

Hablamos de nuestra inmersión en ambientes regidos por la información a través de la imagen. Pero me da la impresión de que reina una cierta CONFUSIÓN al respecto.

El control del opio es lo que siempre se ha jugado en Afganistán. Por él se mata y muere; pero antes de esa guerra por la adormidera, Carlos Marx denunció que la religión, la católica en especial, por aquello de la resignación, era el auténtico opio del pueblo.

Todos los años se celebra El Día internacional del voluntariado social. Aunque es cada día y en cualquier lugar del mundo en donde “celebramos” con nuestra participación y entrega lo que dijo Javier Pérez de Cuéllar, ex Secretario General de la ONU.

Hace unos días murieron dos hombres intoxicados por la mala combustión de una estufa en la furgoneta en la que dormían.

Confieso que me gusta este duodécimo y último período del año en el calendario gregoriano, diciembre, por aquello de los buenos propósitos a final de mes.